Terremoto Turquía-Siria: Ganancias Capitalistas, Xenofobia y Guerra Crean Desastres

El Comunismo Acabará con los Mortíferos Desastres Capitalistas Contra la Humanidad aquí ♦ Turquía: ¡El Capitalismo Es el Desastre! aquí ♦ Guerra Civil Siria y la Crisis de Refugiados: Una Historia Mucho Más Grande aquí ♦

Cruces fronterizos entre Turquía y el norte de Siria

El Comunismo Acabará con los Mortíferos Desastres Capitalistas Contra la Humanidad

14 de febrero–El terremoto de magnitud 7.8 de la semana pasada, que causó la muerte de al menos 38,000 personas en el sur de Türkiye (Turquía) y el noroeste de Siria, es en realidad dos historias.

Una, la historia del sur de Türkiye, es un ejemplo más de cómo el capitalismo racista convierte un acontecimiento natural en un desastre. Los geólogos y los ingenieros saben cómo construir edificios que sobrevivan a este tipo de terremotos, pero en el capitalismo las ganancias están por encima de la vida humana. El comunismo acabará con la producción por ganancias. Trabajaremos juntos para reconstruir un mundo comunista sobre los escombros del viejo. Con el bienestar humano como máxima prioridad, utilizaremos la ciencia para construir de forma segura.

La segunda historia es sobre Siria, donde el terremoto golpeó a comunidades ya devastadas por la guerra civil. Donde la rivalidad interimperialista ha matado a cientos de miles de personas y ha obligado a millones a huir de sus hogares. Donde la rivalidad interimperialista y la guerra civil han devastado las infraestructuras sanitarias y de servicios sociales y han hecho que NINGUNA ayuda de rescate pudiera cruzar la frontera desde Turquía a tiempo para salvar a las personas atrapadas entre los escombros.

¡Los trabajadores no tenemos naciones! Luchamos por un mundo comunista sin fronteras. La única guerra que apoyamos es una guerra contra los capitalistas, una guerra revolucionaria por el comunismo.

Turquía: ¡El Capitalismo Es el Desastre!

Muchos de nosotros hemos experimentado cómo el capitalismo racista convierte un acontecimiento natural en un desastre. Hemos visto cómo los capitalistas y el gobierno trabajan mano a mano para sacar ganancias de la miseria de las masas obreras. Hemos visto que la ayuda gubernamental nunca llega a las minorías marginadas y que sólo podemos confiar los unos en los otros.

Türkiye está atravesada por fallas bien conocidas. Tras un seísmo de magnitud 7.4 en 1999, se promulgaron estrictas normas de construcción. Pero la construcción segura reduce las ganancias. Por lo tanto el gobierno capitalista del presidente Erdogan permitió a los contratistas comprar exenciones legales de los códigos de seguridad para hasta 75,000 edificios.

Los nuevos edificios colapsaron como “modo panqueque”, matando a miles de personas. Como respuesta a la ira masiva de la gente que lo ha perdido todo, incluso a sus seres queridos, se ha arrestado a un puñado de contratistas. Algunos detenidos en el aeropuerto de Estambul tenían maletas repletas de dinero. Erdogan, que se enfrenta a la reelección en mayo, espera desviar con esto la ira de sí mismo y de su gobierno corrupto.

Türkiye tuvo un fuerte movimiento obrero en los años 80, suprimido con terror fascista. Erdogan debería tener miedo, no sólo de las elecciones, sino del potencial de la revolución obrera por el comunismo.

Quienes rescataron a desconocidos y vecinos tras el huracán Katrina de 2005 en Nueva Orleans (EE.UU.) y las inundaciones de 2022 en Pakistán, quienes fueron amenazados con ser arrestados por sacar a sus amigos de edificios derrumbados en Watsonville y coches atrapados en Oakland tras el terremoto de Loma Prieto (EE.UU.) de 1989, saben con quién contar en una catástrofe.

La Presidencia Turca de Gestión de Catástrofes y Emergencias (AFAD) no estaba preparada y carecía de personal suficiente. El terremoto se produjo en una región mayoritariamente kurda. Los kurdos son una etnia marginada cuyos territorios históricos abarcan gran parte del este y el sur de Turquía, y partes del norte de Siria, Irak e Irán. Muchos kurdos nunca esperaron la ayuda del gobierno. En 2012, tras un terremoto en la ciudad kurda de Van, el gobierno llegó a bloquear la ayuda.

La población local está tomando la iniciativa para rescatar a sus amigos y vecinos. Por el contrario, el gobierno que dio vía libre a las empresas constructoras para lucrarse con la muerte de los trabajadores está enviando ahora más policías y soldados – que socorristas – para detener a los «saqueadores».

La policía está utilizando las redes sociales para organizar grupos de vigilantes para atacar y golpear a los sirios como «ladrones y saqueadores». Los ataques a los refugiados de la guerra civil siria son parte del arsenal de armas que los patrones usan contra la clase obrera: difundir la xenofobia, atacar a los inmigrantes y refugiados, desviar la ira de las masas del capitalismo.

La Unión Europea (UE) ha enviado a Türkiye decenas de millones de euros para que el país sirva de refugio a solicitantes de asilo procedentes de Siria, Afganistán, Pakistán, Bangladesh y Somalia. Esta cínica medida – exportar los desastrosos resultados de sus guerras en sus antiguas colonias- es comparable solo con el cinismo del gobierno turco que los recibe sin proporcionarles una vida digna.

Por lo menos 3.6 millones de refugiados sirios viven en Türkiye, incluidos 1.7 millones bajo Protección Temporal en las diez provincias afectadas por el terremoto. La mayoría vive en zonas urbanas, no en campos de refugiados. Se enfrentan a una lucha diaria por sobrevivir, así como a crecientes ataques xenófobos, fomentados por políticos que los usan como chivos expiatorios de la crisis económica del capitalismo.

Los políticos de la oposición han amenazado con deportar a los sirios a la guerra civil de la que huyeron. Erdogan amenaza con enviarlos a las zonas del norte de Siria ocupadas por Turquía. Los lectores de todo el mundo reconocerán esta situación. Hace eco a los ataques xenófobos contra los obreros de Zimbabue en Sudáfrica, los ataques a los centroamericanos en México y más allá, y la crisis fronteriza entre Estados Unidos y México, con los demócratas «menos malos» continuando las políticas racistas de Trump.

Guerra Civil en Siria y la Crisis de Refugiados: Una historia Mucho Más Grande

La historia del terremoto en Siria es el futuro: muerte y destrucción cada vez más devastadoras a causa de la rivalidad y la guerra interimperialistas. Los once años de guerra civil en Siria comenzaron con un levantamiento antigubernamental durante la Primavera Árabe del 2011. Se convirtió en una guerra por terceros entre el imperialismo estadounidense y su rival ruso.

La situación se complica por la insurgencia yihadista liderada por el ISIS, los ex combatientes de Al Qaeda conocidos como Hayat Tahrir al Sham (HTS), los combatientes kurdos que ganaron el control de Rojava, en el noreste, y las milicias fascistas respaldadas por Turquía que controlan gran parte de la frontera norte con Turkiye.

Assad respaldado por Rusia sigue en el poder, lo que demuestra la debilidad del imperialismo estadounidense en la región. Obama dijo en 2012 que los ataques químicos de Assad, contra las fuerzas dirigidas por los kurdos y apoyados por la OTAN, eran «una línea roja en la arena.» Pero EEUU no tomó ninguna medida y las fuerzas de Assad consolidaron una serie de victorias militares.

El conflicto de Siria marcó un punto de inflexión en el equilibrio de poder entre los imperialistas estadounidenses y rusos. Los historiadores del futuro lo describirán como una de las primeras batallas de la Tercera Guerra Mundial.

Al menos medio millón de personas han muerto en esta guerra civil. Más de seis millones de refugiados han huido de Siria. Casi siete millones más son refugiados internos, muchos en el noroeste. La región de Afrin/Idlib, justo al otro lado de la frontera turca, ha sido testigo de algunos de los combates más disputados. También es la zona devastada por este terremoto.

La Ayuda como Instrumento de Guerra

Solo un paso fronterizo estaba abierto hasta hoy. Está en la provincia de Idlib, controlada por HTS yihadistas. Pero debido a los daños causados por el terremoto no se abrió para los convoyes de ayuda hasta el jueves. La ayuda humanitaria que pasa por allí sigue siendo limitada.

La ONU pasó la semana pasada hablando con el gobierno sirio (y sus patrocinadores chinos y rusos) para abrir un paso fronterizo entre Afrin, en el norte, y Türkiye. Afrin es mayoritariamente kurdo. Estaba controlada por el ejército kurdo de Rojava hasta que EEUU los abandonó en 2019. Ahora la controla el ejército turco. Cuando por fin llegue la ayuda, los kurdos sirios no recibirán nada de ella.

Mientras tanto, las sanciones de Estados Unidos y la UE han diezmado el sistema sanitario, negándoles a los sirios acceso a recursos médicos y de otro tipo necesarios para la vida diaria y dificultando aún más la respuesta a esta catástrofe.

Las tropas estadounidenses ocupan partes de Siria para controlar su producción de petróleo. Se han quedado de brazos cruzados en lugar de ayudar a las víctimas del terremoto. Las patéticas sumas ofrecidas en concepto de ayuda se ven empequeñecidas por los enormes gastos en la guerra de Ucrania.

A medida que la crisis capitalista se intensifique y las guerras se extiendan, la crisis de los refugiados sirios se reproducirá en todo el mundo. Las guerras civiles en África ya han desplazado a millones de personas que, junto con sus hermanos sirios, surcan el Mediterráneo en busca de asilo en Europa. Las crisis climáticas, la represión y la pobreza envían diariamente a miles de personas a través de Centroamérica y México hacia la frontera estadounidense. La guerra por terceros de EE.UU.-OTAN-Rusia en Ucrania ha desplazado a millones de refugiados.

Todos los imperialistas y nacionalistas juegan cínicamente a juegos de poder mientras las masas obreras mueren entre los escombros.

Esta historia narra el futuro al que todos nos enfrentamos. La guerra, el racismo y la explotación capitalista están matando a nuestra clase. En todo el planeta, el capitalismo-imperialismo crea las condiciones para desastres genocidas.

Ante esta situación, es más importante que nunca construir el Partido Comunista Obrero Internacional allí donde nos encontremos. Es especialmente urgente organizar en el seno del ejército. Los obreros y soldados de todas las naciones pueden convertir estas guerras y desastres en una guerra revolucionaria por el comunismo.

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