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Londres, 15 de febrero, 2003: No Guerra Contra Irak
¡De la Guerra Imperialista en Ucrania a la Guerra de Clases por el Comunismo en Todo el Mundo!
Los trabajadores a nivel mundial seriamente impactados por los efectos de la guerra entre Rusia y EE.UU.-OTAN en Ucrania.
Cientos de miles de soldados ucranianos y rusos han muerto o resultados heridos. Ambos ejércitos han dañado y puesto en peligro, intencionalmente o por descuido, a la población civil. Millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en Ucrania, y miles han huido de Rusia.
En Europa, los trabajadores protestan masivamente porque el aumento del desempleo, la inflación y el alza en el costo de la vida reducen su nivel de vida. Se calcula que el 30% de los niños de clase trabajadora saltan una comida al día.
Esta crisis devastadora es consecuencia directa del aumento del costo de la energía debido a la guerra en Ucrania y a las sanciones impuestas por Estados Unidos a Rusia. Es más que probable que la marina estadounidense haya volado el gasoducto NordStream2 de Rusia a Alemania.
Sin duda, las empresas energéticas estadounidenses y sus inversores están sacando ganancias enormemente del aumento de las exportaciones de gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos a Europa, a precios exagerados. Estados Unidos vende ahora a Europa más de la mitad del GNL que importa. Esto hace subir el costo de la energía para los trabajadores estadounidenses (también golpeados por la inflación).
Rusia, a su vez, ha aumentado las exportaciones de petróleo a China y, especialmente, a India, a un precio rebajado que se cotiza en rublos rusos, yuanes chinos (RMB) y rupias indias. Las sanciones cerraron miles de fábricas estadounidenses y europeas en Rusia, pero las empresas chinas crearon empresas conjuntas para reabrirlas.
La Expansión de la Guerra en Ucrania: ¿Estamos Ya en Medio de una Guerra Mundial?
Los imperialistas estadounidenses han invertido más de $120 mil millones de dólares en apoyar al gobierno fascista de Ucrania (al que llaman engañosamente “democracia”). Los trabajadores estadounidenses pagan por ello, incitados y engañados por la propaganda patriótica de los gobernantes. Mientras tanto, el gobierno recorta la sanidad, los programas de alimentación y la educación. Algunos países de la OTAN, empujados por EEUU, están armando a Ucrania a regañadientes, también a costa de sus trabajadores.
Mientras que la producción industrial estadounidense lleva ya algún tiempo en picada, el capitalismo chino ha dado un salto y ha ampliado su alcance global. Los imperialistas chinos en ascenso están rodeando el globo utilizando su armada, ferrocarriles y puertos.
Los imperialistas estadounidenses en declive están cada vez más aislados en África, las Américas e incluso Europa. Esto los hace aún más peligrosos. Pidieron sanciones contra Rusia, esperando que sus socios comerciales los respaldaran. Pero eso no pasó.
Los imperialistas chinos se están preparando abiertamente para apoyar el esfuerzo bélico de Rusia. El presidente Xi declaró recientemente que la “relación bilateral no tiene límites y no hay áreas prohibidas de cooperación.”
El presidente Lukashenko de Bielorrusia, estrecho aliado de Rusia, visitó a Xi. Acordaron cooperar en materia de defensa, servicios ferroviarios, prevención de las “revoluciones de colores” pro-estadounidenses y en lucha contra el terrorismo. Un objetivo no declarado es ensamblar equipos militares chinos para Rusia en Bielorrusia, utilizando la Iniciativa de la Franja y la Ruta para evitar sanciones. ¡Pero nada de esto ayudará a los trabajadores de Bielorrusia ni de China!
China propuso un “plan de paz” al ucraniano Zelenskyy, sabiendo perfectamente que lo rechazaría de plano. Como escribió el poeta comunista Bertolt Brecht durante la última guerra mundial: “Cuando los dirigentes hablan de paz, el pueblo llano sabe que viene la guerra”.
Luchar por la Clase Obrera, No por los Gobernantes Capitalistas Imperialistas
De Ucrania a Taiwán y más allá, el afán de maximizar las ganancias hace inevitable la guerra imperialista. Pero los gobernantes capitalistas no pueden librar sus guerras sin la participación activa de soldados, marineros, infantes de marina y trabajadores industriales. Los mismos militares y trabajadores cuyas familias ya están sufriendo a causa de estas guerras ¡y que pueden perder mucho más!
Y ahí reside la oportunidad de que los obreros industriales y los soldados a dirigir a las masas en una revolución para destruir el sistema patronal.
¿Hay alguna salida para nosotros? Sí. Es el comunismo, el verdadero comunismo, no el capitalismo de estado de Rusia y China que se envuelve en una bandera roja.
El comunismo real organizará la producción “de todos según la capacidad y el compromiso, a todos según la necesidad”. Ningún propietario para sacar ganancias. Nadie obligado por el hambre a someterse a la explotación. El comunismo puede unir las aspiraciones de la clase obrera de todo el mundo a vivir en un mundo sin capitalistas, sus guerras y todas las barreras que han creado para dividirnos y perpetuar la esclavitud asalariada.
La revolución exige un partido comunista -un Partido Comunista Obrero Internacional- que pueda crecer a pasos agigantados en medio de las guerras en expansión de los imperialistas. Un partido que permita a los más oprimidos entre nosotros a dar una dirección clave a la clase obrera internacional. Que nos prepare para tomar el poder y utilizarlo para construir un nuevo mundo comunista sobre las cenizas del viejo.
Hoy construimos este partido reclutando a unos y a otros, que luego reclutarán a decenas y más y finalmente a miles y millones.
Mediante construyendo concentraciones en fábricas, cuarteles, escuelas y otros lugares de trabajo.
Reclutando a jóvenes líderes y ayudándoles a desarrollarse como pensadores y organizadores comunistas.
Analizando nuestro trabajo mediante la autocrítica y la crítica en los colectivos que son las unidades básicas del partido.
Las masas trabajadoras nos convertiremos en la fuerza dirigente del mundo, barreremos a los imperialistas y sus guerras e inauguraremos un brillante futuro comunista.
La Confusa Propaganda de los Patrones de EE.UU. Acerca de la Guerra en Ucrania: Obreros Ansiosos de Discutir Respuestas Comunistas
ESTADOS UNIDOS, 24 de febrero- “La gente está confundida”, declaró un camarada de Nueva Jersey, D. Ha estado luchando contra la oleada de propaganda patriótica occidental en torno al primer aniversario de la guerra OTAN-Rusia en Ucrania. Se ha puesto en contacto con muchos trabajadores, la mayoría de ellos obreros industriales activos o jubilados.
Un amigo de Seattle está harto de la propaganda sobre Ucrania. Hablando de los ataques económicos a la clase obrera mundial, incluidos los trabajadores estadounidenses, dijo: “Sí, puedo ver cómo perjudica a los trabajadores”
C, trabajador jubilado de Boeing, enumeró los ataques cada vez más grandes contra la clase trabajadora agravados por la guerra. “Inflación, dormir en la calle, inseguridad alimentaria”, empezó. “Nunca te libras, aunque estés jubilado”.
Incluso el capitalista New York Times admite que el presidente estadounidense Biden está teniendo más dificultades para venderle la guerra a los trabajadores estadounidenses que están sintiendo la embestida de la inflación.
Un camarada del área de Portland, J, quería saber más. Pidió al partido que organizara un foro de debate. Fue autocrítico al centrarse en las divisiones y escisiones dentro de la clase dominante de EEUU, mientras casi ignoraba cómo se sienten sus compañeros de trabajo.
“Para los comunistas, es más significativo centrarse en cómo está reaccionando la clase trabajadora”, admitió. “Así podemos identificar oportunidades para el crecimiento del partido”.
Los Trabajadores Necesitan Experiencia con los Colectivos Comunistas
Al principio, C. se sintió frustrado. Vio que algunos trabajadores ignoraban la situación de otros. Recordaba el dolor de trabajar donde la dirección enfrenta a los trabajadores entre sí. Demasiados estaban ignorando el aumento de los ataques contra los trabajadores, incluso culpando a las víctimas por esos ataques. Esta actitud permite a los capitalistas salirse con la suya con su belicismo.
El capitalismo organiza la producción para obtener ganancias. Enfrentar a un grupo contra otro es necesario en un sistema impulsado por las ganancias. También lo es promover el individualismo, no la colectividad, aunque la producción a gran escala sea siempre un esfuerzo colectivo.
Discutimos el potencial de la producción colectiva comunista, que no se vería sujeta a esa contradicción. Los trabajadores planificarían colectivamente como preparar toda la fábrica para satisfacer las necesidades colectivas de nuestra clase. No habría clase dominante, ni ganancias. Eso ayudaría a acabar con muchos de los conflictos mezquinos que surgen hoy entre los trabajadores de la producción.
Muchos trabajadores -con el tiempo, todos- pertenecerían a colectivos comunistas que lucharían contra el individualismo y resolverían los problemas juntos.
“Hay fuerza en cada trabajador si la buscas”, añade C. Describe la estrecha relación que desarrolló con un compañero de trabajo más joven. Juntos lucharon contra el individualismo que enfrentaba a unos trabajadores con otros.
“Los trabajadores no son vagos y los sin hogar no quieren vivir en la calle”, concluyó C.
“Los universitarios tampoco quieren buscar las sobras de la cafetería”, añade D. Él ve que esto ocurre en las universidades donde él ayuda a poner en marcha programas para que los jóvenes negros, indígenas y otras personas de color se incorporen a la industria.
J. está convencido de que ésta es una época de guerra y fascismo. Ahora, más que nunca, los trabajadores deben confiar los unos en los otros. Quiere crear un colectivo en Oregón para debatir este tema y generar confianza. Otros le sugirieron que hablara con sus amigos del sistema escolar. Los camaradas de Seattle le pedirán – a un camarada y a un amigo que viven a una hora de distancia – que ayuden.
D. resumió el debate: “Tenemos que dar a la gente confianza en que podemos acabar con este sistema y depositar nuestra confianza en otros trabajadores”.
Se ofreció a ayudar a planificar cuidadosamente la agenda de un foro para que no sea sólo una conferencia. Debemos entablar conversaciones con los trabajadores. Pueda que los trabajadores que invitemos a esta reunión piensen por primera vez en los efectos de la guerra en nuestra clase. Nuestros amigos deben abordar esta cuestión: es en su interés de clase.
Las reacciones de los trabajadores a las mentiras de los medios capitalistas sobre la guerra en Ucrania son inestables y cambiantes. La propaganda de los gobernantes estadounidenses está diseñada para confundirlos. Debemos contrarrestar las ideas patronales con respuestas comunistas y luchar por el crecimiento de los colectivos comunistas.
Barcelona, 15 de febrero, 2003: No Guerra Contra Irak
15 de febrero, 2003: Hace 20 años, más de 12 millones de personas marcharon en casi 800 ciudades de todo el mundo exigiendo “¡No a la guerra de EEUU contra Iraq!”. El imperialismo estadounidense invadió Iraq de todos modos. Mientras las masas marchaban, las tropas ya estaban en camino.
Hoy, los medios de comunicación estadounidenses actúan hipócritamente horrorizados de que Rusia invada Ucrania. Pero esa es la naturaleza del imperialismo, estadounidense o ruso o francés o británico o chino: Guerras de conquista para controlar los mercados mundiales, la mano de obra, los recursos naturales y posiciones estratégicas. Guerras contra imperialistas rivales que intentan conquistar lo mismo.
No podemos detener estas guerras con protestas pacíficas o elecciones o cualquier otra cosa que no sea una revolución comunista. Al librar y ganar la guerra de clases para acabar con la propiedad privada, estados-naciones y el sistema de ganancias, el comunismo eliminará finalmente la base material de la guerra.