Huelguistas Escolares de Oakland Avanzan Nuestro Entendimiento del Comunismo
OAKLAND (EE. UU.), 26 de mayo – «¡Padres, alumnos y profesores pueden dirigir un piquete, el sistema educativo y toda la sociedad!»
La huelga de profesores de Oakland se ha resuelto, pero la lucha continúa. Los maestros, los padres y los alumnos dieron una buena batalla, pero el frente unido del distrito escolar, los dirigentes sindicales y el Partido Demócrata mantuvo el control.
La huelga continuaba la lucha contra la presión del gobierno estatal y los promotores inmobiliarios para cerrar cinco escuelas en enero de 2022, preludio de nuevos cierres y fusiones. La acción laboral fue provocada por la negativa del distrito escolar, durante seis meses, a negociar seriamente un contrato con el sindicato de profesores.
Un camarada docente informa:
Aunque el Distrito tenía la iniciativa, fueron desafiados inmediatamente. Desde el primer día, cuando estábamos cara a cara en los piquetes, sobrevino un sentimiento de «somos todos o ninguno». Esto se vio reforzado por el apoyo de los padres, forjado en luchas anteriores contra el cierre racista de escuelas. Los alumnos se quedaron en casa en masa. Era una huelga de profesores, pero también una declaración de la clase trabajadora de Oakland. La unidad fue poderosa.
Este mayor entendimiento de nuestro propio poder, junto con la incertidumbre del resultado, creó una tensión que dio lugar a agudas discusiones sobre estrategias y tácticas.
Soy profesor de mucho tiempo. Esta no es mi primera huelga.
Los comunistas en la lucha de clases pueden cometer dos errores. Uno es centrarse en la reforma y quedar obsesionado en dirigir la lucha. Coger el megáfono y dirigir las consignas sindicales. Un segundo error, temiendo perderse en el reformismo, es desestimar la importancia de la lucha cotidiana.
Intenté evitar ambos errores. Estar en los piquetes sin intentar dirigir la lucha me permitió estrechar lazos con varios profesores y presentarme como comunista ante otros.
Los integrantes de los piquetes debatían si manifestarse frente a la casa del director «progresista» del Consejo Escolar. Esto llevó a un debate sobre quién dirige la educación «pública». ¿Eran los oficiales locamente electos? ¿O el Equipo Auxiliar de Gestión y Crisis Fiscal (FCMAT) designado por el Estado, que vela directamente por los intereses del gran capital? Conforme se agrave la crisis capitalista, continuarán los recortes en la financiación de la educación pública, independientemente de quién resulte elegido para el consejo escolar local
Una pregunta similar fue: «¿Por qué los profesores de Oakland han sido tan mal pagados (en comparación con la mayoría de los profesores del Área de la Bahía) durante tanto tiempo?». Seguramente, argumenté, esto era una cuestión sistémica y no una cuestión decidida por la política o las personalidades de los antiguos Consejos Escolares.
El capitalismo necesita unos cuantos jefes, unos cuantos más profesionales y técnicos, y masas de trabajadores cualificados, semicualificados y no cualificados. Construyó su sistema escolar para satisfacer esa necesidad.
El sistema salarial requiere racismo, para mantenernos divididos y garantizar que especialmente los trabajadores negros, latinos e inmigrantes tengan que aceptar los trabajos peor pagados. Oakland, especialmente en las llanuras, ha servido históricamente a la clase capitalista como fuente de trabajadores mal pagados.
Ya que dirigimos las acciones cotidianas de la huelga, argumenté, somos perfectamente capaces (con padres y estudiantes) de dirigir la educación. Incluso podríamos dirigir la sociedad.
¿Cómo sería el comunismo? Se parecería al «capitalismo abolido», dijo uno. Se parecería al socialismo, argumentó otro.
Yo dije que el socialismo no era lo suficientemente bueno. Mantenía los salarios, el dinero y la desigualdad. Dije que necesitamos una sociedad sin patrones, salarios, dinero ni ganancias, en la que compartamos lo que producimos. Hablé de cómo la educación en una sociedad comunista se basaría en la teoría y la práctica para servir a las necesidades de las masas, no a las necesidades del capitalismo.
Los profesores dirigimos las actividades de la huelga, pero no las negociaciones. La solidaridad de clase era positiva y emocionalmente poderosa, pero no era suficiente. Necesitamos una organización revolucionaria, un partido comunista de masas, capaz de enfrentarse a las instituciones combinadas liberales/conservadoras del capitalismo.
Ese es el Partido que estamos empezando a construir en todo el mundo, como se puede ver en las páginas de Bandera Roja. Invitamos a los lectores de Oakland a seguir leyéndolo, a compartirlo con otros, a ponerse en contacto con nosotros y a unirse a nosotros.
Lee Nuestro Folleto:
“Educación Comunista para una Sociedad Sin Clases”