Cartas: Escuelas Capitalistas, Políticas de Identidad

Escolarización Capitalista: Peligrosa para La Clase Obrera Internacional aquí ♦ Somos una Clase Obrera Internacional aquí ♦


Los estudiantes y trabajadores izquierdistas en China utilizaron “carteles con letras grandes” para educar a las masas y luchar contra los seguidores del camino capitalista durante el Gran Salto Adelante en la década de 1950 y la Gran Revolución Cultural en la década de 1960.

Escolarización Capitalista: Peligrosa para La Clase Obrera Internacional

El 8 de enero de 2024, en la provincia china de Henan, un maestro de apellido Wang, que impartía una clase de primer grado en la escuela secundaria superior de Suixian, obligó a sus alumnos a hacer un juramento mortal. “En el aula sólo se estudia. Si violo este juramento, entonces muerte a toda mi familia, primero a mi padre y luego a mi madre”. Posteriormente, el maestro Wang fue cuestionado y criticado por los padres de los estudiantes. Más tarde admitió su error.

Semejante juramento es abiertamente una INCITACIÓN A LA VIOLENCIA contra nuestros hermanos de clase obrera, como ser miembros de la familia. Va EN CONTRA de los principios comunistas de colectividad, unidad, igualdad, cooperación y mutualidad. Las escuelas de los capitalistas chinos pueden obligar a los estudiantes a recitar este tipo de juramento para ganar a los estudiantes de extracción obrera a sus ideologías peligrosamente fascistas que abogan por la violencia contra miembros de la misma clase.

El sistema escolar capitalista de por si promueve ideologías divisivas como el racismo, sexismo, individualismo, nacionalismo, la religión y la competencia. Ha dividido a nuestros hermanos de clase usando el sistema de calificaciones. Los capitalistas explotan más severamente a los estudiantes con calificaciones más bajas o educación incompleta. Los maestros patronales que obligan a los estudiantes a recitar juramentos que abogan por la violencia contra miembros de su misma clase traen más efectos perjudiciales a la mentalidad de nuestros hermanos de clase. Contaminan nuestras mentes con ideologías fascistas violentas.

Estamos trabajando para construir un mundo comunista donde la cooperación, el colectivismo y el compartir serán primordiales. En el mundo comunista, compartiremos nuestro conocimiento con otros y aprenderemos de ellos. Derribaremos las divisiones entre trabajo “manual” y “mental” creadas por la sociedad de clases.

Ya no estaremos confinados a un trabajo específico. Aprenderemos nuevas habilidades mediante la práctica y satisfaremos las necesidades de todos distribuyendo los resultados de nuestro trabajo colectivo. Cuando finalmente construyamos el comunismo, continuaremos luchando contra todas estas peligrosas ideologías antiobreras que quedarán de la sociedad de clases. Estas ideologías mortales algún día desaparecerán para siempre. Invitamos a los estudiantes afectados por el sistema asesino a unirse a nosotros en la lucha global por un mundo comunista sin fronteras, explotación y opresión.

¡LUCHEMOS POR EL COMUNISMO!

—Camarada Rojo en Estados Unidos

Somos una Clase Obrera Internacional

“Ya ni siquiera quiero llamarme judío”, dijo un amigo terriblemente molesto que nació en Israel.

“Naciste en una familia judía, pero también naciste en la clase trabajadora”, respondí. “Principalmente eres un trabajador y deberías pensar en ti mismo de esa manera”.

“Eso es lo que siempre decían mis padres”, recordó.

Cada uno de nosotros tiene una identidad personal con muchos aspectos. Pero todos somos trabajadores o aliados de la clase trabajadora. Cada vez más de nosotros nos identificamos principalmente como comunistas.

Ser trabajador (incluso un trabajador comunista) no hace que desaparezcan otros aspectos de nuestra identidad. Significa que son secundarios, aunque a menudo nos cueste recordarlo.

Dónde crecimos, qué idiomas hablamos, dónde vivimos, nuestras experiencias de vida, todo ayuda a dar forma a nuestra identidad personal. Podemos considerarnos culturalmente judíos o musulmanes, cristianos o hindúes, incluso si no practicamos esa religión.

Podemos identificarnos con otras personas que comparten un conjunto de habilidades (surfistas, poetas, electricistas, enfermeras). O una pasión (fans de Mihlali, Taylor Swift, Shah Rukh Khan, Lionel Messi, Manchester United). La mayoría de nosotros no permitimos que esas cosas nos dividan del resto de la clase trabajadora.

Otras cosas son más difíciles. Sabemos que la “raza”, el género y la nacionalidad se construyen socialmente. Eso significa que son cajas que la sociedad capitalista inventó para clasificarnos, con el propósito de dividirnos. Son parte de la realidad material del sistema salarial.

Entonces, no podemos simplemente decirle a alguien: “No eres negro (ni palestino, ni gay, ni mujer), eres un trabajador”. Experimentamos la opresión y la explotación capitalistas de manera diferente, según en qué cajas nos hayan metido. No podemos derrotar la ideología divisiva de la “política de identidad” negando esta realidad.

Lo que podemos y debemos decir es que la única manera de poner fin a la opresión que cada uno de nosotros experimenta es unirnos como clase trabajadora y destruir el capitalismo. Movilizarnos por el comunismo y desarraigar el sistema salarial.

Luchar, como clase trabajadora unida, contra todos los “ismos” que nos dividen. Identificarnos primero y principalmente como trabajadores. Como le dijeron los padres israelíes de mi amiga, hace cincuenta años.

—Un Camarada

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