Queridos camaradas,
En medio de un genocidio y un caos masivo, estoy organizando activamente para el comunismo y nuestro Partido, el PCOI. Ha pasado más de un año de genocidio imperialista. Mi determinación de organizar para la revolución comunista ha sido inquebrantable desde que tengo vida.
Puedo darte millones de ejemplos de lo que ha alimentado mi deseo inquebrantable de destruir el capitalismo: cuando estaba en Khan Yunis, un misil impactó una escuela donde la gente se estaba refugiando. Yo estaba a solo unos metros de distancia. Calculamos que más de 40 personas murieron y algunas de las que sobrevivieron murieron en una agonía dolorosa.
Recibí un impacto de metralla en la mano derecha. No sabía qué tan grave era la herida. Todos se apresuraban a salvar vidas. Los médicos, el personal de la ambulancia y las enfermeras trabajaban frenéticamente para atender a los heridos graves. Terminé en el pasillo del hospital donde los médicos estaban haciendo el triaje (decidiendo a quien atender, dejando los que no tenían esperanzas de sobrevivir, por último). Se habían quedado sin suministros de emergencia y los pacientes con heridas en la cabeza fueron tratados con vinagre.
Nunca podré olvidar los gritos y los lamentos cuando alguien moría. Y nunca olvidaré hasta el día de hoy que una niña, de unos seis años, sufrió quemaduras tan graves que se le desprendía la carne. Los médicos no tenían forma de salvarla y, muy a regañadientes, la dejaron en el pasillo para que muriera con los demás. Sus gritos me persiguen. Pero esto fue solo el comienzo de miles de historias como la de ella.
Pero también fue el comienzo de mi intento de organizar para el comunismo, donde los trabajadores no tendrán nación, ni fronteras, ni dinero. Esa sociedad comunista creará una nueva base donde las guerras por ganancias se acabarán.
Mi supervivencia básica podría ser más estable. He sido desplazado más de 20 veces. Pero todavía estoy tratando de estar con muchos amigos. Produje Bandera Roja en inglés y la traduje por medio de Google al árabe. Luego la distribuyo a las personas que me rodean. La mayoría de las veces la pasamos tratando de encontrar comida y agua, a veces por más de 12 horas. Pero en las largas filas, esperando la comida, hablamos sobre cómo sería el comunismo.
Mucha gente ha preguntado sobre el grupo del partido en Israel. Eso hace que la gente se sienta animada. Imaginar al PCOI en Israel es absolutamente asombroso. También leemos relatos de algunos sobrevivientes del Holocausto que han denunciado el genocidio de Israel. Luego, hablamos sobre la historia del movimiento palestino y cómo fue moldeado por el nacionalismo.
La historia temprana del partido comunista alentó el nacionalismo. La mayor parte de los dirigentes de Hamás nacieron en los campos de refugiados.
Nuestro partido ha rechazado este nacionalismo. Cuando hablamos de ello en reuniones grandes y pequeñas, la gente que nos rodea quiere saber más. Saben lo corrupto que se ha vuelto Hamás, a pesar de que comenzó como una agencia de ayuda humanitaria para los pobres. El nacionalismo convirtió a Hamás en un pequeño grupo de capitalistas tratando de explotar a las masas.
No quiero que las futuras generaciones de supervivientes del genocidio de Gaza sean la reencarnación de Hamás. Quiero que sean comunistas y cambien el mundo. Estoy hablando de comunismo con jóvenes, algunos de ellos apenas de dos años. Todo el mundo puede aprender a ser comunista. Son muy resistentes. Algunos de ellos han perdido a sus padres. La guerra ha creado en ellos el deseo de vivir sin guerra. Esto nos da una tremenda oportunidad de explicarles cómo construir nuestro partido para el comunismo.
Estos jóvenes son el futuro de nuestro partido. He conocido a cientos de ellos y he hablado con ellos sobre la historia del comunismo. Juego al fútbol con ellos, me ocupo de sus necesidades. A su vez, ellos encuentran torres de telefonía móvil y estaciones de carga para mí. Es un absoluto placer trabajar con ellos; lo que hacemos hoy va a construir una base sólida para el partido. Me llaman cariñosamente “aleamu alshuyueiu alahmir” (tío comunista rojo). Hemos logrado encontrar un trozo de tela roja que utilizamos en nuestras reuniones informales. Te enviaré una foto cuando sea posible.
También me he puesto en contacto con un joven estudiante universitario que estaba matriculado en un programa de enfermería. Cuando todas nuestras universidades fueron destruidas, él logró matricularse en una universidad virtual de Hebrón, donde conoció a gente de Cisjordania. Esto fue posible porque me diste acceso a Internet.
Él lo agradece mucho y distribuye con mucho gusto Bandera Roja con la gente que conoce en línea. El comunismo es el futuro, camarada; los supervivientes de Gaza lo amplifican alto y claro.
Lee Nuestro Folleto:
“Movilizando a Las Masas Para El Comunismo” Aquí
Lee Nuestro Folleto:
“Genocidio en Gaza Exige la Revolución Comunista” Aquí