Los Imperialistas Chinos Propugnan Por La “Reunificación” Con Taiwán Para La Guerra

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“Reunificación de Taiwán”: ¿Qué Tipo de Unidad?

Los gobernantes imperialistas chinos dicen que “Taiwán es una parte sagrada de China”. El presidente Xi Jinping dijo una vez: “Solo cuando el país y la nación estén bien, la gente de ambos lados del estrecho de Taiwán estará bien”.

Los gobernantes hablan de unidad, pero sus planes resultarán en la muerte de trabajadores tanto en China continental como en Taiwán. Los gobernantes quieren que las masas se unan a ellos para la guerra.

Para los trabajadores de China continental y sus hijos (dondequiera que vivan), que crecieron con esta idea, esta ideología nacionalista es difícil de derrotar. Especialmente porque los líderes capitalistas suenan como si en realidad estuvieran promoviendo la unidad por algo positivo. Pero ¿qué tipo de unidad promueven realmente?

Después de la revolución china, antes de que los capitalistas actuales tomaran el poder, el Partido Comunista Chino (PCCh) apoyó el internacionalismo de la clase obrera. Cuando el victorioso Ejército Rojo, dirigido por el PCCh, tomó el poder en China en 1949, el dictador capitalista del Kuomintang, Chiang Kai-shek, apoyado por Estados Unidos, huyó a Taiwán con su ejército derrotado y sus partidarios. El Kuomintang se apoderó de Taiwán y sometió a las masas de allí a su dominio. El Ejército Rojo comunista intentó invadir Taiwán para liberar a las masas taiwanesas, pero fue detenido por los buques de guerra imperialistas estadounidenses que navegaron por el estrecho de Taiwán para impedirlo.

Más de cuarenta años después de la muerte de Mao, los actuales gobernantes chinos vuelven a abogar por la “reunificación” de Taiwán, esta vez para sus planes de guerras imperialistas. Sin embargo, como en todas las guerras capitalistas, los gobernantes capitalistas reclutarán a los trabajadores de China continental al ejército para matar a sus hermanos de clase trabajadora en Taiwán a quienes los gobernantes chinos consideran “separatistas”.

La pequeña isla de Taiwán ha sido un motivo de discordia entre los gobernantes estadounidenses y chinos desde 1949. Los chinos quieren utilizar a Taiwán para lanzar su armada de alta mar al Océano Pacífico y al resto del mundo. Los estadounidenses están desesperados por evitarlo cercando a China. Al gobierno independentista de Taiwán lo están proveyendo de armas y soldados, tal como financian al gobierno fascista ucraniano. Los imperialistas potencialmente intensificarán estas guerras regionales hasta convertirlas en la Tercera Guerra Mundial nuclear, que sería desastrosa para toda la humanidad y el planeta Tierra.

Las escuelas, al servicio de los capitalistas, enseñan racismo, nacionalismo y patriotismo para ganar a las masas a apoyar a los imperialistas. El nacionalismo une trabajadores y explotadores capitalistas, pero divide a los trabajadores entre sí. La mayor cantidad de muertes causadas por el nacionalismo proviene de las guerras imperialistas, en las que los trabajadores son movilizados para cumplir con “nuestro deber patriótico” de matar a otros hermanos y hermanas de clase para las ganancias de los capitalistas.

La unidad de la clase obrera y la “unidad nacional” son dos tipos opuestos de unidad. La unidad de la clase obrera significa que los trabajadores de China continental, Taiwán, Estados Unidos y todos los trabajadores reconocemos nuestros intereses de clase comunes y apuntamos las armas contra nuestras respectivas clases dominantes.

La “unidad nacional” significa unir a obreros y capitalistas de China continental con los partidarios taiwaneses de la “reunificación” para matar y desplazar a los obreros taiwaneses que no están de acuerdo con la propaganda de la clase dominante china.

El Internacionalismo Comunista de La Clase Obrera

Los trabajadores y los capitalistas nunca tienen intereses comunes, no importa que mentiras digan los gobernantes. Nosotros, los trabajadores, somos esclavos asalariados. Trabajamos por un salario para sobrevivir. Los capitalistas son parásitos sociales que explotan, brutalizan y asesinan a los trabajadores. Hacen guerras para obtener ganancias máximas y controlar los mercados. Los trabajadores del mundo somos nuestros hermanos y hermanas. Compartimos el interés de clase común de ponerle fin a la esclavitud asalariada, las guerras imperialistas, los genocidios y la explotación.

El comunismo verdadero eliminará todas las naciones, fronteras, clases, dinero y salarios. Abolirá todas las divisiones racistas y nacionalistas. Los ideólogos capitalistas que se hacen pasar por científicos promueven la mentira de que la “raza” y la “nacionalidad” son realidades biológicas. En cambio, la ciencia comunista demostrará que solo hay una raza, la raza humana.

En el comunismo, trabajaremos, viviremos y tomaremos decisiones colectivamente. Compartiremos los frutos de nuestro trabajo colectivo para satisfacer las necesidades de todos. El comunismo verdadero nos permitirá elegir conscientemente la colectividad comunista y desarrollar todo nuestro potencial humano.

El Anschluss Nazi de Austria: Expansionismo Fascista Para la 2ª Guerra Mundial Similar a la Prometida “Reunificación” de China con Taiwán

Después de la 1ª Guerra Mundial, Europa atravesaba una crisis económica profunda. Con el Tratado de Versalles, Alemania y Austria sufrían con reparaciones masivas, inestabilidad política y depresión económica. Las masas desempleadas se hundieron más en la pobreza. La Gran Depresión de la década de 1930 empeoró la situación. El potencial revolucionario creció rápidamente entre las masas explotadas.

En respuesta, un nuevo régimen fascista dirigido por Adolf Hitler llegó al poder en Alemania en 1933. La ira de los obreros alemanes fue desviada de la clase capitalista por los nazis, quienes convirtieron al pueblo judío en chivo expiatorio. Arrojaron a comunistas, antifascistas, gitanos y homosexuales a campos de concentración. Promovieron el racismo, sexismo y nacionalismo extremos.

Los gobernantes imperialistas alemanes nazis prometieron una recuperación económica. Promovieron la “unidad nacional” para ganar al fascismo a una población desesperada por un cambio social. También buscaron “unificar” lo que ellos llamaban “regiones étnicas y culturalmente alemanas” en una “Gran Alemania”. Muchos trabajadores austríacos, ganados al fascismo, vieron la “reunificación” de Austria con Alemania como una solución a sus problemas económicos.

Los nazis desataron a sus partidarios en Austria para que estallaran explosivos y bombas de gas lacrimógeno en lugares públicos y negocios de propiedad judía. Para los capitalistas austríacos, el movimiento de “reunificación” nazi fue una oportunidad para reprimir los movimientos izquierdistas que amenazaban sus intereses. Finalmente, en 1938, con la oposición antifascista comunista prácticamente aniquilada, los terroristas nazis tomaron el territorio austríaco sin disparar un solo tiro.

Este evento mortal se conoció como el Anschluss (“conexión” o “unión”). No tenía nada que ver con la unificación de los trabajadores de Alemania y Austria. Esta “reunificación” de Austria con la “Gran Alemania” permitió a los imperialistas alemanes controlar los recursos y mercados austríacos. Fue parte de la preparación de los nazis para una guerra total y el Holocausto mortal de seis millones de judíos, veintiocho millones de rusos y muchos otros.

Al principio, la Unión Soviética y la Internacional Comunista no lograron movilizarse eficazmente contra el ascenso del fascismo. Inicialmente apoyaron la idea de la “unificación alemana” como parte de su postura “antiimperialista” más amplia. Pero en 1941, los gobernantes soviéticos habían revertido sus políticas, se opusieron a la anexión nazi de Austria y movilizaron masivamente a la clase obrera para derrotar al fascismo.

Conforme los imperialistas buscan proteger sus intereses, desviando a las masas de la revolución y ganándolas a luchar por “la patria”, recurren a los partidos fascistas. El fascismo es el capitalismo y el imperialismo gobernando con puño de hierro. Es la respuesta de los imperialistas a la profundización de la crisis capitalista, a las amenazas de insurrecciones obreras y para prepararse para la guerra mundial.

Hoy, los gobernantes imperialistas chinos están siguiendo un camino nacionalista de “reunificación” similar al de la Alemania nazi. Los trabajadores de China continental y Taiwán se enfrentan a la posibilidad de ser obligados a fríamente matarse entre ellos por las ganancias capitalistas. Los comunistas y antifascistas con conciencia de clase que se nieguen a aceptar esta propaganda tipo Anschluss serán violentamente reprimidos por el PCCh fascista y sus partidarios nacionalistas.

Nuestra respuesta debe ser construir un PCOI masivo que movilice y unifique a las masas mundialmente por el comunismo.

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