GQEBERHA (Sudáfrica), 4 de marzo— Los camaradas aquí están atentos a las noticias que llegan desde Gaza. Algunos de nosotros vivíamos en el estado de apartheid de Sudáfrica. Lo que aprendimos de esa experiencia es extremadamente valioso para construir nuestro partido en la lucha por la revolución comunista.
“Cuando era un joven luchador en Ciudad del Cabo, fui reclutado por el Partido Comunista Sudafricano (SACP)”, dijo el camarada Bumza a un grupo de jóvenes miembros del PCOI. “En los años 60, las masas se reunían en las calles. Después del trabajo y los fines de semana, un gran número de trabajadores industriales solían protestar. Las mujeres ayudaron a organizar estas rebeliones alentando a los niños a luchar contra el régimen del apartheid.
“Éramos muy militantes, valientes y sin temor”, continuó el camarada. “Pero después de que el Congreso Nacional Africano (ANC) llegó al poder y Mandela fue presidente, todo cambió de repente. Las masas se dieron cuenta de que el apartheid había desaparecido, pero el racismo era más cruel y ahora los opresores eran el ANC.
Entonces, cuando conocí al PCOI por primera vez, recibí una copia de Bandera Roja. Y después el compañero que lo distribuía me invitó a unirme y me invitó a estudiar la dialéctica. Pasé veinte años en el SACP, pero nunca supe qué era la dialéctica. Nos dijeron que era para trabajadores más avanzados”.
Nuestro colectivo está aprendiendo que el estudio del materialismo dialéctico no es difícil, pero las masas pueden hacer avanzar nuestra comprensión. La carta de Hamza lo hizo muy real. La forma en que los camaradas de Gaza están aprendiendo a recolectar agua e instalar paneles solares nos enseña cómo la cantidad se convierte en calidad. Comienza con algunos camaradas enseñándose unos a otros. Enseñan más y las masas aprenden una nueva forma de hacer las cosas.
Hay muchos ejemplos de dialéctica en las cartas del camarada Hamza. Nuestro colectivo encontró muy útil analizar la historia reciente de la clase trabajadora en el Medio Oriente. Un joven vendedor ambulante en Túnez se suicidó, harto del alto desempleo y de su incapacidad para ganarse la vida para su familia. Esto desencadenó un levantamiento y una lucha armada en la década de 2010 que involucró a millones de trabajadores industriales en Medio Oriente.
En Egipto, el gobierno corrupto acabó con el régimen de Hosni Mubarak cuando los trabajadores textiles iniciaron una huelga violenta en la zona del Canal de Suez. Esta lucha afectó directamente a la clase trabajadora en Israel, cuando el 10% de la población participaba activamente en la lucha para unir a los trabajadores palestinos e israelíes.
Esto muestra el enorme potencial de la clase trabajadora industrial, armada con dialéctica, para poner fin al sistema de esclavitud asalariada. Nos estamos concentrando en estos trabajadores más oprimidos en nuestros municipios mediante la introducción regular de Bandera Roja. Nuestra tercera protesta toyi toyi está prevista para dentro de dos semanas. Uniremos a obreros industriales, soldados, estudiantes y trabajadores migrantes de diferentes zonas de África. Esta marcha culminará en un Primero de Mayo 2024 más grande.
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El Genocidio en Gaza Exige una Revolución Comunista Aquí
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