SUR DE CALIFORNIA (EE. UU.), 11 de julio— Más de cien manifestantes se congregaron rápidamente para enfrentarse a agentes federales que secuestraban a trabajadores en una plantación de cannabis con licencia en Camarillo. Sin dejarse intimidar por los gases lacrimógenos, gritaron, filmaron y lanzaron piedras contra la odiada “Migra”.
Casi trescientos trabajadores fueron secuestrados por su “parecido mexicano”. Un manifestante, un joven profesor universitario, también fue secuestrado. El ataque fascista mató a Jaime Alanís García, un trabajador agrícola, quien cayó trágicamente del techo de un invernadero.
Desde el 6 de junio, agentes federales enmascarados y militarizados, y cazarrecompensas han llevado a cabo una campaña de terror. Su objetivo: las comunidades obreras del Condado de Los Ángeles y sus alrededores. Trump no oculta su deseo de castigar a las “ciudades demócratas”.
El 7 de julio, terroristas de nueve agencias federales, muchos con uniforme militar, tanques y caballos, invadieron el Parque MacArthur, cerca del centro de Los Ángeles. “Trataron a Los Ángeles como un país extranjero con insurgentes que derrotar”, dijo un reportero. “Para entonces, había poca gente en el parque”, comentó un amigo.
El nazi al mando, Gregory Bovino, desarrolló las tácticas extremadamente brutales contra los trabajadores agrícolas del condado de Kern en enero. Los funcionarios de Trump mienten al decir que “se dirigen a criminales”. En realidad, atacan brutalmente a jornaleros, jardineros, trabajadores agrícolas. A cualquiera que hable español o tenga piel morena. Con o sin papeles, incluidos los ciudadanos estadounidenses. Y a cualquiera que se oponga a sus redadas de la Gestapo.
“Incluso algunos votantes de Trump ven con mejores ojos a los inmigrantes ahora”, señaló un amigo.
El “zar fronterizo” de Trump, Tom Homan, declaró que “los agentes de inmigración y la Patrulla Fronteriza no necesitan causa probable”. Pueden detener a las personas “basándose en la ubicación, la ocupación, su apariencia física, sus acciones”. Un juez federal ha bloqueado temporalmente esta política. Pero pocos creen que los secuestradores respeten la decisión. Es probable que la Corte Suprema la revoque.
El racismo es la vanguardia del fascismo. Pero toda la clase trabajadora está bajo ataque. El “Gran y Hermoso Proyecto de Ley” republicano transfiere masivamente dinero de programas para trabajadores (como Medicaid) a los bolsillos de los multimillonarios. Financiará a diez mil agentes de inmigración más. Y más campos de concentración.
Los capitalistas, como clase, necesitan una clase trabajadora pasiva y aterrorizada. Necesitan robarnos para aumentar sus ganancias y financiar la expansión de las guerras. Intentarán obligar a los jóvenes trabajadores marginados a pelear en esas guerras.
No nos dejemos engañar por los alcaldes demócratas de Los Ángeles, Chicago y Boston que claman que se “enfrentan a La Migra”. Fue el presidente Obama quien le dio a Homan su primer puesto de liderazgo en “Seguridad Nacional”. En 2015, Obama honró a Homan con un premio porque (como lo expresó el Washington Post): “Thomas Homan deporta gente. Y es realmente bueno en eso.”
Trump quizá quiera una guerra civil. Pero los demócratas no se la darán.
La Guerra que Derrotará al Fascismo Será La Revolución Comunista
“¿Cómo crecerá el Partido Comunista Obrero Internacional de todo esto?”, preguntó un camarada.
Estamos hablando con muchos amigos. Algunos tienen miedo y se esconden, intentando proteger el futuro de sus familias. Otros tienen nuevas fuerzas para contraatacar. Queremos reclutarlos a todos para que se conviertan en organizadores comunistas de cualquier manera posible.
Los ataques fascistas han tenido un impacto. Las calles están vacías. Se han cancelado eventos comunitarios. Se han atrasado los proyectos de construcción. Las cosechas se pudren en los campos.
Pero miles, principalmente jóvenes trabajadores, se están organizando creativamente. Recaudan dinero para que los vendedores ambulantes puedan quedarse en casa. Reparten víveres. Patrullan sus comunidades. Trabajan en la comunidad. Leen Bandera Roja.
Y, como en Camarillo, multitudes han salido a bloquear a los secuestradores. En el sur de Los Ángeles y en la ciudad de Bell. En el barrio de Highland Park de Los Ángeles, “gente de todos los colores, negros, blancos y morenos, salieron a defender a la comunidad de los opresores”, dijo un amigo que estaba allí.
En otras partes de EUA, trabajadores haitianos inundaron las calles de Brooklyn (Nueva York) y expulsaron a La Migra. Vecinos de clase trabajadora se han rebelado en Denver, Chicago y otros lugares.
Como una camarada le dijo a una trabajadora inmigrante que le agradeció por estar en la protesta: “Es la lucha de todos”.
“Las masas están mostrando el camino”, dijo otro camarada. “¡Con ideas comunistas, vamos a ganar!”.
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El Comunismo y La Lucha Contra Las Deportaciones Racistas
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“Luchemos Por El Día En Que Ningún Trabajador Sea Llamado Extranjero”