La Historia de un Camarada: Rechazando El Nacionalismo y Luchando por El Comunismo


Me uní al partido hace diez años, cuando tenía veinte años. Había una reunión internacional de camaradas del PCOI de muchas partes todo el mundo. Estaban de visita en Sudáfrica. Un camarada y vecino me invitó a una serie de reuniones.

Cuando conocí el partido y el comunismo, era escéptico y desconfiado. No confiaba en los camaradas debido al racismo que llevaba conmigo, por haber crecido en un ambiente político de nacionalismo negro.

Mi padre era miembro del Congreso Nacional Africano (CNA) y también estaba involucrado en el panafricanismo. Conocí la política del CNA a temprana edad. Me enviaron a la sección local de la liga juvenil del CNA. La primera vez que voté, voté por el Congreso.

Mi padre solía bromear diciendo que, si alguien votaba por otro partido en su casa, tendría que irse. En retrospectiva, no creo que bromeara. Por lo tanto, crecí creyendo que el capitalismo es malo. Y el capitalismo, en mi opinión, solo significaba una persona blanca, especialmente una que pareciera tener dinero.

Cuando me matriculé en la universidad, pensé que el CNA no era lo suficientemente radical para mi entusiasmo. Rápidamente me uní al Movimiento Black Embo, un movimiento panafricano de estudiantes nativos. Eran anticapitalistas según su retórica y parecían militantes en su lenguaje. Y por eso, me uní.

Tenían una ideología muy peligrosa, aunque en ese momento no la entendía. Era una ideología racista que retrataba a todas las personas blancas, jóvenes y mayores, como malvadas, literalmente. Todas las malas acciones del mundo se atribuían a las personas blancas como una raza, independientemente de su clase.

Por lo tanto, mi comprensión del capitalismo se limitaba a esa perspectiva racista. No fue hasta que asistí a las reuniones del Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI), observando y escuchando a camaradas de México, Estados Unidos y El Salvador, que mi mente comenzó a abrirse. Empecé a ver las limitaciones y los peligros de la ideología que antes había adoptado.

En particular, vi que la explotación de los trabajadores es un fenómeno mundial. No solo afecta a los sudafricanos o africanos nativos, sino a toda la clase trabajadora. El sufrimiento en Sudáfrica y África no es exclusivo del continente. Más bien, es consecuencia del capitalismo mundial.

Los camaradas me ayudaron a comprender que el hecho de tener la misma “raza” y provenir del mismo país que Ramaphosa no significa que no sea un enemigo de clase. La matanza de mineros en Marikana también lo dejó muy claro. Que los capitalistas, blancos o negros, son todos iguales, ya que todos explotan y se benefician de un sistema brutal que provoca una crisis tras otra. Un sistema que causa guerras, pobreza y hambruna.

Habiendo comprendido el capitalismo tal como es, hoy soy un organizador y líder comunista. El PCOI me proporcionó liderazgo comunista. No se esperaba que tuviera cualidades inalcanzables para ser un líder. El compromiso, la distribución regular de Bandera Roja y el reclutamiento de amigos son parte del liderazgo.

Hoy, mis amigos son camaradas. Ven la lucha ideológica. Ven el capitalismo como lo que es: un sistema de explotación que utiliza el racismo para dividirnos como clase trabajadora. Decenas de jóvenes camaradas se están uniendo a nuestras células y colectivos. Asistir a reuniones y organizar talleres comunistas y dialécticos nos ha ayudado a comprender la línea comunista de nuestro partido.

Como comunistas aprendemos cada día. Escuchamos a las masas y sus desafíos para comprender mejor el reclutamiento masivo. Estudiantes de secundaria se están uniendo a nuestro partido y organizando a otros estudiantes para distribuir Bandera Roja. Unirse al partido nos permite ver que podemos cambiar el mundo y lograr la revolución comunista.

El capitalismo es un sistema que moldea la sociedad para producir para el beneficio de los capitalistas, no para satisfacer las necesidades humanas, las masas. Cuando los camaradas lo dejaron claro en la reunión, fue cuando se produjo ese cambio en mi interior. No me uní en ese momento. Pero surgieron dudas y preguntas en mi interior, cuestionando la ideología en la que creía.

Fue a través de la lucha constante con mi vecino, una serie de discusiones políticas y la lectura de Bandera Roja que terminé acogiendo el comunismo y rechazando el nacionalismo, que nos divide. Este Enfrenta a las masas entre sí en lugar de unir y combatir a sus enemigos de clase.

Desde entonces, he sido un comunista dedicado a erradicar el capitalismo y su peligrosa ideología en cualquier forma en que se manifieste.

¡Adelante con el Comunismo, Adelante!

¡Adelante con el PCOI, Adelante!

Lee Nuestro Folleto:

“Para Ponerle Fin Al Racismo: Movilicemos a Las Masas Para El Comunismo”

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