EL SALVADOR, 30 de julio—“He tomado la decisión de reunirme con ustedes, bajo el miedo de que me despidan porque en este lugar donde trabajo no hay libertad de asociarse a ninguna organización”, dijo Clelia, una joven obrera.
En un colectivo de 7 personas, compartimos la experiencia de vida de la clase obrera, bajo el sistema capitalista. Clelia, que trabaja confeccionando suéter de una marca X, en una fábrica de la zona franca cerca de la capital salvadoreña, complementó exponiendo su día a día en el trabajo.
Esta obrera junto a su pareja se reunió en este colectivo por segunda vez, buscando una alternativa, una esperanza a la crisis de la esclavitud que viven en esa fábrica.
Una esperanza que se está construyendo en el Partido Comunista Obrero Internacional.
“En esta fábrica hay una constante amenaza, gritos y maltrato en general, de los patrones (en este caso coreanos) y los jefes. No tenemos acceso a consultas ni permisos personales y cuando los tomamos nos descuentan las incapacidades y nos desmejoran el salario. No tenemos horarios de salida, la exigencia de la producción es mayor a otras fábricas.
Algunas mujeres obreras han buscado ayuda en el Ministerio de Trabajo, pero no resuelven nada.
Ninguna institución gubernamental se interesa por nuestros problemas. En esa fábrica nos sentimos como esclavos, nuestra salud mental y física está en juego.
Se ha llegado al extremo de que en los oasis de donde se toma el agua se han descubierto ratas muertas. Pero cuando va a llegar la inspección del Ministerio de Trabajo los patrones los cambian rápidamente y no pasa nada, los resultados siempre son a favor de los patrones.
Por eso quiero ser la voz en medio de 800 obreros y que en un momento seamos una sola voz”, Concluyó Clelia.
“Algo tenemos que hacer ante esta dura condición laboral. Ésta solo terminará si nos organizamos y luchamos por el sistema Comunista en la que la producción será por las necesidades de la humanidad y no por las ganancias”, dijo un compañero del colectivo
Le damos la bienvenida al PCOI y esperamos romper la barrera impuesta por los patrones mediante la amenaza de despedir a quienes se organizan. Bandera Roja tendrá que llegar a los obreros de esa fábrica.
La lucha por el Comunismo nos dará la fuerza para romper las cadenas de la esclavitud capitalista.