Mi Resistencia Comunista Durante las Redadas de La Migra aquí ♦ ¿Un Mundo Comunista Sin Fronteras? Una Charla Entre Compañeros de Trabajo aquí ♦
¡No Deportaciones! ¡No Naciones! ¡Necesitamos un Mundo Comunista Sin Fronteras!
Carta: Mi Resistencia Comunista Durante las Redadas de La Migra
En medio de las redadas fascistas de La Migra que aterrorizan a las comunidades inmigrantes en Los Ángeles, he estado en el frente: organizando, resistiendo y negándome a callar. Estas redadas no son solo decisiones políticas. Son ataques deliberados destinados a dividir, aislar y desaparecer gente de la clase trabajadora. En este momento de miedo e ira, he hablado con miembros de la Guardia Nacional, cuestionando su papel en esta represión y distribuyendo Bandera Roja como acto de desafío, solidaridad y símbolo del futuro por el que luchamos.
He estado en diferentes niveles de acción—distribuyendo literatura en una manifestación de “Sin Reyes”. Al llegar con camaradas para distribuir literatura a las masas, recibí un mensaje de una amiga: “¿Dónde estás?”. Respondí: “En el centro”, donde también estaba mi amiga.
“Esta es mi primera protesta”, exclamó mi amiga con entusiasmo, ya que se habían movilizado políticamente debido a las recientes redadas de La Migra aquí. Hemos hablado en el pasado sobre acontecimientos en las noticias, pero en ese momento tenía Bandera Roja en la mano y compartí mis opiniones comunistas políticas más abiertamente. Presenté a mi amiga en mi vida personal a mis camaradas. Al final de la protesta, una camarada mayor dijo: “Me alegra conocer a tu familia elegida. Espero que nos volvamos a ver pronto.”
Un par de semanas después, conversé con estudiantes y la multitud en las calles de Santa Mónica sobre el comunismo, la abolición y un mundo sin fronteras. Los estudiantes no se convencieron de nuestras ideas. Algunos, incluyendo unos estudiantes israelíes, dudaron o se pusieron a la defensiva. Pero no lo vi como una pérdida. Lo vi como una práctica. Práctica para abrir conversaciones, para mantener los pies en la tierra mientras presentaba visiones radicales de lo que podría ser el mundo.
Esos momentos construyeron puentes, no solo con estudiantes, sino también con otros organizadores comunitarios que se pararon a mi lado, intercambiando experiencias y construyendo una unidad más profunda. En una ciudad dividida por las clases sociales y la violencia estatal, cualquier espacio donde podamos organizarnos y soñar juntos es sagrado.
Mientras organizo, también lucho contra mis propias contradicciones: intento integrar mi vida personal con mi política comunista sin desmoronarme. No hay un plan claro para vivir la política que predicamos, especialmente en un mundo construido para desgastarnos. Estoy aprendiendo a ser honesto con mis camaradas, a pedir ayuda y a rendir cuentas.
La lucha interna por mantenerme arraigado mientras lidio con el agotamiento, la familia y el caos cotidiano del capitalismo es real. Pero sé que este trabajo se trata de transformación, tanto colectiva como personal.
—Camarada en Los Ángeles (EE. UU.)
Carta: ¿Un Mundo Comunista Sin Fronteras? Una Charla Entre Compañeros de Trabajo
Recientemente cuando las redadas en Los Ángeles estaban muy activas, surgió una conversación con algunos compañeros de trabajo. Todo comenzó cuando L comentó el caos y miedo que provocaba ser detenido por no tener documentos, y yo aproveché para poner en la conversación un poco de la línea de nuestro partido “¿Y si viviéramos en un mundo comunista sin fronteras?”
De inmediato, C soltó una carcajada y dijo: “¡Eso no es posible! ¿Quién controlaría un mundo así?” Yo le respondí: “La idea no es que un gobierno controlé todo, sino que compartamos los recursos y las decisiones de forma colectiva. Sin naciones que dividan, sin muros que separen a los seres humanos”
J, preguntó: “¿Y el incentivo? ¿Quién va a querer trabajar si todo es de todos?” Le expliqué que el trabajo dejaría de ser una obligación para sobrevivir y se volvería una forma de contribuir. “Imagina un mundo donde nadie muera de hambre porque el planeta entero cuida de todos”
M, que había estado en silencio, dijo algo que me motivo: “No sé si sea posible ahora, pero la idea de un mundo sin desigualdad ni fronteras me parece algo muy bueno.”
Y me quedé pensando que mientras tenemos estas conversaciones a muchos les suena lejano, pero si más personas se atreven a imaginarlo como en algún momento lo dijo un camarada de
México, se van abriendo más posibilidades de reclutar nuevos camaradas al partido.
A pesar del miedo que me ha provocado personalmente esta situación, muchas veces hablar no solo con personas que queremos reclutar sino también con camaradas del partido ayuda a sentir la solidaridad comunista y afrontar esos miedos con coraje y lucha.
—Camarada Comunista
Lee Nuestro Folleto:
“Luchemos Por El Día En Que Ningún Trabajador Sea Llamado Extranjero”