NEPAL, 12 de Septiembre— Protestas masivas de jóvenes estallaron el 8 de septiembre de la “Generación Z” en Katmandú y otras ciudades tras la prohibición gubernamental de las redes sociales. La policía disparó contra la multitud, matando a decenas de personas. Las manifestaciones aumentaron a decenas de miles incluso después del levantamiento de la prohibición. En los días siguientes, el Parlamento, el Tribunal Supremo, las oficinas de los partidos políticos, los principales medios de comunicación y las residencias de importantes políticos fueron incendiadas. Los líderes gubernamentales huyeron.
Muchos jóvenes nepaleses habían presenciado los levantamientos en Sri Lanka (2022) y Bangladesh (2024). De nuevo, existía un vacío de poder. Pero en lugar de llamar a los soldados de la clase trabajadora a unirse a la revolución comunista, los líderes estudiantiles convocaron a nuevas elecciones. Realizaron una encuesta en Discord y anunciaron su apoyo al expresidente del Tribunal Supremo Sushila Karki como primer ministro interino.
Los organizadores estudiantiles y los medios de comunicación destacaron la “anticorrupción”. Pero los jóvenes de la clase trabajadora estaban indignados por el desempleo masivo. Están indignados por los #NepoKids, cuyos padres adinerados les consiguen trabajos cómodos y puestos de poder. Las masas de jóvenes nepaleses necesitan desesperadamente el comunismo. Comunismo real, no el capitalismo de Estado de los aliados chinos de los gobernantes nepaleses. (Más información en la próxima edición).
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“Movilizar a las Masas para el Comunismo”