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México: Explotación, Imperialismo y Lucha de Clases
MÉXICO, 12 de noviembre—Estamos presenciando una guerra encarnizada entre las potencias capitalistas del mundo: EEUU, China y Rusia. Cada rincón del mundo es un ring en que están librando esta batalla. Los explotadores capitalistas en México y sus gobiernos (de derecha o izquierda), se disputan el mercado, los recursos naturales y el pluvalor extraido de los trabajadores para maximizar sus ganancias; ya sea de forma “legal” o violenta.
Los capitalistas de EEUU en México lo realizan a través de artimañas legaloides imponen gobiernos, con sus tratados como, El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), o de forma violenta a través de sus cárteles. Apoderarse de las riquezas y sembrar terror en la clase trabajadora.
Además del ejército y la policía, los cárteles de la droga son el brazo armado de estos patrones. En muchos lugares de México se han apoderado de los mercados, cobran cuotas a los comerciantes, determinan las leyes, imponen gobernantes. A la vez, se han apoderado de los recursos naturales (por ejemplo, minerías, bosques, agua y producción de alimentos), venta y trasiego de droga, y siembran el terror en la clase trabajadora (robos, secuestros, violaciones, extorsiones y asesinatos).
Por otro lado, este año, los patrones chinos son los mayores inversionistas en México, después de los de EEUU; sin la necesidad de tratados comerciales.
En una lucha encarnizada se pelean los mercados para las ventas de sus mercancías. Las inversiones de infraestructura para el transporte y extracción de mercancías y recursos naturales (por ejemplo, puertos, corredor interoceánico, tren maya, mineras) están las compañías chinas. Al igual, en la elaboración, venta y trasiego de drogas, y en la mano de obra de los trabajadores.
Sin embargo, en esta guerra patronal, quien sale perdiendo es la clase trabajadora; ya que los obreros son super-explotados, son quien ponen a los muertos. Los jóvenes son las víctimas de la drogadicción, y los campesinos son despojados de sus territorios.
Ante esta situación fascista, los patrones y sus gobernantes se enfrentan a dos situaciones 1) Contener el avance del otro bando patronal y 2) contener el descontento de los trabajadores.
El descontento de la clase trabajadora es evidente, y están emergiendo manifestaciones masivas a través de los maestros, estudiantes, campesinos y obreros. Colectivos del PCOI tenemos discusiones con amigos, familiares y conocidos de la forma en que está siendo sometida la clase trabajadora y de cómo podemos liberarnos para siempre; pero no es suficiente, tenemos que reforzar nuestros esfuerzos.
Para nosotros, la clase trabajadora, es una oportunidad de mostrar a nuestros hermanos de clase que en el capitalismo cualquier lado de la moneda salimos perdiendo, que sólo una sociedad comunista basada en satisfacer las necesidades de nuestra clase es la única solución.
Esta batalla sólo la ganaremos si nos sumamos a los colectivos, discutiendo para entender las ideas comunistas, distribuyendo, escribiendo y leyendo Bandera Roja. Eso lo lograremos de forma organizada a través de un partido obrero internacional que dirija la revolución para sepultar para siempre a todos los bandos patronales.
El terror capitalista tendrá su fin sólo cuando triunfe la revolución comunista ¡Únetenos!
Acabar con la Drogadicción Requiere una Sociedad Basada en la Colectividad y la Conexión Humana
Tras la Revolución China de 1949, una de las crisis más devastadoras a las que se enfrentó el nuevo gobierno fue la adicción masiva al opio. Generaciones enteras habían sufrido las consecuencias del tráfico de opio. Había setenta millones de adictos. Sin embargo, en tan solo cinco años, las masas chinas, lideradas por el Partido Comunista Chino, lograron lo que muchos consideraban imposible: la erradicación casi total del consumo de opio.
La adicción había prosperado bajo las condiciones de explotación imperialista. El Estado revolucionario luchó, al menos en sus primeros años, por anteponer el bienestar colectivo al lucro. Las masas se unieron a la lucha. Se eliminó la base material de la adicción.
La campaña se inspiró en los ideales comunistas para acabar con la adicción al opio como parte de la construcción de una sociedad que satisficiera las necesidades de las masas. Los adictos no fueron tratados como delincuentes, sino como víctimas de la explotación imperialista. Se les ofreció desintoxicación médica, apoyo, oportunidades laborales y, sobre todo, un sentido de propósito social. En lugar de cultivar amapolas para obtener opio y dinero, se animó a los agricultores a cultivar alimentos nutritivos. Los traficantes y distribuidores se enfrentaban a consecuencias legales, pero el principio rector era acabar con la adicción, no castigarla.
Esto fue posible gracias a la voluntad y el esfuerzo colectivos. Tras años de lucha por la revolución, las masas comprendieron que su liberación requería liberarse a sí mismas o a sus familiares de la adicción al opio. Se animaba a las familias a ayudar a sus parientes adictos.
Esto contrasta con nuestra crisis actual: la adicción se fragmenta en dolor individual, impulsando el consumo de drogas lucrativas y la creación de “máquinas de dopamina” digitales. La medicina capitalista trata los síntomas mientras los capitalistas continúan explotándonos y atacándonos. Para acabar con la adicción, necesitamos una revolución que, esta vez, destruya el capitalismo y construya el comunismo, que ponga fin a toda explotación y satisfaga las necesidades de las masas.
El capitalismo fomenta la desconexión. No podemos “tratar” la adicción aislándola de sus raíces. La liberación exige transformar el sistema capitalista que genera la adicción. Nuestra tarea es sustituir el deseo por la conexión, el lucro por el propósito y el capitalismo por el comunismo.
El Socialdemócrata Mamdani Encamina a Jóvenes Trabajadores Enfadados a la Trampa Capitalista
NOTA: Este artículo fue publicado originalmente en Bandera Roja, Volumen 16 #10, julio del 2025
LOS ÁNGELES (EE. UU.), 2 de julio— “Buenas noticias desde Nueva York”, dijo un conductor de autobús de Los Ángeles mientras recibía Bandera Roja.
Se refirió a la victoria de Zohran Mamdani en las primarias demócratas para la alcaldía de la ciudad de Nueva York. Mandani, de 33 años, es socialdemócrata como Sanders y Ocasio Cortez. Derrotó al demócrata del “establecimiento”, Cuomo.
Los partidos socialdemócratas incluyen al Congreso Nacional Africano (Sudáfrica) y MoReNa (México). Todos partidos capitalistas.
“Quizás no tan buenas”, respondió la camarada al conductor del autobús. “Mamdani está atrayendo a muchos jóvenes enfadados al Partido Demócrata”.
Incluyendo a algunos lectores de Bandera Roja que esperamos reclutar para el PCOI.
“Mi amigo me dijo que Mamdani parece estar a favor del pueblo y de los jóvenes, lo cual es un cambio que ella considera necesario en los puestos de liderazgo”, informó un joven camarada.
“Un joven dijo que Mamdani era mejor que Cuomo, pero coincidió en que los cambios que defiende son pequeños y locales”, dijo otro camarada. “Mencioné que todo el presupuesto se destinará a preparativos de guerra. Respondieron que ‘todo el mundo está muy preocupado por la guerra mundial’. Dijeron que Trump está atacando a Mamdani. Respondí que los medios lo convierten en la noticia principal para desviarnos”.
“Su programa es diferente”, dijo otro activista. “Sabe que quizá no pueda lograrlo todo, pero al menos lo está intentando. Y está recibiendo mucho apoyo”.
Jóvenes Trabajadores Desean Hacer la Diferencia
A un amigo le gusta el programa de Mamdani, pero sospecha que se venderá al Partido Demócrata tradicional. “No podemos votar por una revolución”, dijo un camarada.
“Es cierto”, respondió el amigo. “Pero la victoria de Mamdani demuestra que tenemos mucho potencial para presentarnos y ganar las elecciones locales. Podemos marcar la diferencia de esa manera”.
La gente quiere marcar la diferencia. Pero no así. Nos encontramos en una crisis capitalista global. El mundo se precipita hacia la intensificación del fascismo y la expansión de las guerras.
Es fundamental comprender que el “gobierno” es la dimensión política de la dictadura de clase capitalista. Los trabajadores no pueden tomar su control. Las reformas no acabarán con la guerra ni el fascismo.
Marcamos una verdadera diferencia con pequeños pasos para convertir al Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI) en una fuerza capaz de derrocar la dictadura capitalista mediante la lucha armada. Donde y cuando sea posible. Eso incluye leer, compartir y debatir las ideas comunistas en Bandera Roja. Acercándolas a los trabajadores, jóvenes y, especialmente, a los soldados y marineros, quienes son clave para la revolución. Unirse y construir colectivos del PCOI.
“La política de Mamdani es engañosa”, dijo un camarada en Sudáfrica. “Se presenta como un inmigrante de clase trabajadora que lucha contra el sistema, aunque forma parte de él. No busca abordar las contradicciones fundamentales del capitalismo. En cambio, cree que puede reformarlo”.
“El peligro está”, continuó el camarada, “en que, para las masas estadounidenses, cuando sus reformas fracasen, serán vistas como fracasos del ‘comunismo’, lo cual no es cierto”.
Capitalismo, Socialismo y Comunismo
“Este no es un país puramente capitalista”, dijo el conductor del autobús. “Ya hay aspectos del socialismo”.
“El socialismo y el capitalismo tienen más similitudes que diferencias”, respondió el camarada. “El comunismo será diferente. Mamdani quiere tiendas de comestibles estatales. En el comunismo, nadie pagará por la comida. Los trabajadores no necesitarán salarios. Todo se les proporcionará según sus necesidades. Mamdani quiere control de alquileres, pero en el comunismo no habrá alquileres”.
Al irse, el trabajador dijo: “Mi novia y yo estamos hablando de lo mal que tienen que estar las cosas aquí antes de mudarnos a otro país”.
“¿Qué tan mal tienen que estar las cosas para que se conviertan en comunistas revolucionarios?”, replicó la camarada. “¿De verdad crees que la gente puede cambiar?”, preguntó.
“La gente es contradictoria”, dije. “Algunos aman a Trump, pero temen por su atención médica. La balanza puede cambiar. Así que sí, creo que la gente puede cambiar”.
Carta: ¡La Historia Está de Nuestra Parte!
NOTA: Esta carta fue publicada originalmente en Bandera Roja, Volumen 16 #12, agosto del 2025
Se trata de la campaña de Zohran Mamdani para la alcaldía de la ciudad de Nueva York. El artículo del último número de Bandera Roja debería haber dejado más claro que intentar elegir candidatos “progresistas” es una peligrosa distracción. No solo desviará a las masas de la lucha por la revolución comunista, sino que las conducirá al fascismo y a una Tercera Guerra Mundial genocida.
Bandera Roja promueve artículos basados en lo que dicen amigos sobre un tema. Pero creo que el partido necesita dar más liderato al debate, para mostrar claramente cuáles son los riesgos y la solución, y cómo alcanzarlos.
Mamdani fue elegido en 2020 como miembro demócrata de la Asamblea del Estado de Nueva York. Es socialdemócrata, como Bernie Sanders y Ocasio Cortez, ellos lo respaldaron. Ha apoyado activamente a los candidatos del Partido Demócrata durante años. Estos políticos no son radicales ni revolucionarios. Forman parte de la “oposición leal” dentro del Congreso de EE.UU. y del Partido Demócrata.
Apoyan el capitalismo (una rama que denominan Socialismo Democrático, que incluye la esclavitud asalariada con el Estado como patrón) y el imperialismo. El capitalismo de Estado también se utilizó en la Alemania nazi. Se oponen a la revolución y al comunismo.
Durante la República de Weimar en Alemania (1919-1933), mientras los nazis se fortalecían en medio de una crisis capitalista mundial y los preparativos para la Segunda Guerra Mundial, los socialdemócratas se opusieron e incluso “atacaron” a los trabajadores comunistas que abogaban por aplastar el fascismo mediante la revolución. Eran la oposición “leal.”
Algunos comunistas, como R. Palme Dutt, líder del Partido Comunista del Reino Unido, los llamaron “socialfascistas”. Allanaron el camino para dictaduras fascistas, como Hitler.
Deberíamos ver la candidatura de Mamdani en el contexto de la crisis actual y la expansión de la Tercera Guerra Mundial, como menciona el artículo de Bandera Roja. Él dice oponerse al genocidio en Gaza, pero su candidatura se centra en la reparación del metro.
Los gobernantes estadounidenses aun no cuentan con los trabajadores, jóvenes ni soldados patriotas que necesitan. Necesitan políticos como Mamdani y Gavin Newsom para motivar a las masas a apoyar su sistema. Están desesperados por convertir a jóvenes y trabajadores —enfurecidos por el genocidio, el imperialismo y el racismo antiinmigrante— en partidarios y reformistas del capitalismo.
Cuando Obama se postuló a la presidencia, advertimos a nuestros amigos. Algunos discreparon rotundamente, y después nos agradecieron la advertencia.
Promesas como la reparación del metro y el control de alquileres se irán por la ventana en el presupuesto de guerra de los gobernantes. Los gobernantes están desesperados por construir armas para competir con China y librar una guerra contra ella. Atacarán a la clase trabajadora con más fuerza, sin importar quién esté en el poder.
Bandera Roja tiene un papel vital que desempeñar para convencer a los jóvenes y trabajadores de todo el mundo de que el voto y las reformas no acabarán con el fascismo y la guerra de los patrones. Que estas son ilusiones peligrosas. Con una lucha fraternal, comprenderán que el capitalismo, en todas sus formas, es nuestro enemigo mortal.
Necesitamos construir el Partido Comunista Obrero Internacional de masas entre jóvenes, estudiantes, trabajadores y soldados de todo el mundo. Nuestra lucha es por el comunismo y nada menos. Solo el comunismo acabará con la esclavitud asalariada, el racismo, las fronteras, la guerra imperialista y el genocidio.
—Una Camarada
Véase también la página anterior: Cartas: Recordando al Camarada Pat Ryle
