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Convertir Las Mentiras y El Miedo En Ira y Lucha
Desde que Trump se convirtió en presidente de EE.UU., su plan de deportaciones masivas ha generado miedo, pero también lucha. El gobierno capitalista y los medios de comunicación de la patronal ofrecen una repugnante sarta de mentiras fascistas para pintarnos como los peores. Dicen, por ejemplo, que los inmigrantes hispanos son «violadores y asesinos».
Esto no solo está sucediendo en EE.UU. Los patrones quieren dividirnos en todas partes del mundo. Es por eso que tenemos que luchar con todos sobre esta propaganda capitalista. Eso incluye a nuestros hijos y a las personas con las que interactuamos a diario. Porque toda esta basura propagada por los jefes muchas veces no pasa desapercibida. Crea una idea en las masas de que lo que dicen es verdad.
Debemos entrar en la batalla, confiados en que solo hay una manera de poner fin a esta catástrofe capitalista global: el comunismo. Solo el comunismo puede acabar con las fronteras, las naciones y la xenofobia.
En el comunismo, ningún trabajador necesita estar anclado a un lugar en particular. Los trabajadores tendrán los medios para trabajar y socializar con sus hermanos de clase en todo el mundo. Los trabajadores de cualquier lugar serán bienvenidos en todas partes.
Hay demasiada información sobre este tema en este momento. En mi trabajo es el tema de conversación a diario. El miedo es real y todos lo experimentamos. Incluso aquellos que tienen residencia o ciudadanía tienen miedo.
Recientemente estuvimos hablando de los inmigrantes que fueron enviados a Guantánamo acusados de ser «pandilleros violentos y otros extranjeros ilegales de alto riesgo». Esto ha sido contrarrestado con pruebas de algunos familiares de los que han sido enviados a esta prisión, que demuestran que no forman parte de ninguna pandilla.
Y uno de mis colegas dijo: «para estos racistas todos somos criminales». Aunque también he tenido que luchar con ellos contra el nacionalismo, porque algunos piensan que en sus lugares de origen «los capitalistas son menos malos».
Les digo que los trabajadores no están seguros en ningún lugar. Las naciones, y el nacionalismo, son invenciones capitalistas. Se basan en la mentira de que los trabajadores tienen más en común con sus «propios» patrones que con los trabajadores del otro lado de una frontera creada por los propios patrones.
Es el momento perfecto para ganar más camaradas para el partido con nuestra clara línea de un mundo sin fronteras.
Autocríticamente, toda la propaganda terrorista me ha generado bastante miedo y ansiedad, hasta el punto de que no salgo mucho. Voy del trabajo al apartamento. Esto me ha impedido unirme a las manifestaciones en las que participaron otros compañeros. Pero voy a convertir ese miedo en ira y lucha, porque solo luchando vamos a acabar con este sistema, sus fronteras y sus políticas racistas.
—Camarada en los EE.UU.
La Lucha por un Mundo Comunista Sin Fronteras Continua
Estaba pegado a la máquina de coser, junto con otros 150 obrerxs. De repente escuchamos cientos de voces de obrerxs de la confección afuera de la fábrica gritando: «¡Abajo la 187!» «¡Vamos a la huelga!» La huelga rebelde fue encabezada por trabajadores de la confección que eran amigos nuestros.
Fue en Los Ángeles en 1994, hace treinta años. La Proposición 187 fue un ataque directo contra los inmigrantes en California. Quería acelerar las deportaciones, impedir que los hijos de los «indocumentados» fueran a la escuela o recibieran atención médica. Era similar a las actuales políticas racistas de la pandilla de Trump. El ataque contra los inmigrantes en esos años también fue para desviar la ira que sentían los trabajadores negros contra los ataques racistas de la policía.
Apagamos las máquinas, salimos y marchamos por Broadway, sacando a muchos más obrerxs de otras fábricas. El grupo crecía y crecía. Nuestros temores se convirtieron en ira, después de varias redadas y ataques de políticos que querían culpar a los inmigrantes de su crisis económica. Haciendo creer a los ciudadanos que al disminuir la mano de obra inmigrante, mejorarían la economía.
Algunos compañeros de la confección consiguieron una pancarta que se colocó al frente de la marcha y tomó la dirección política del grupo, con consignas y dirigiéndolos a la alcaldía.
De camino al ayuntamiento del centro de la ciudad, nos unimos a otra marcha de cientos de estudiantes que venían del Este de Los Ángeles. Otros camaradas repartían literatura comunista a las masas en movimiento.
Frente al Ayuntamiento, un camarada dio un discurso contra el racismo y por la revolución comunista. En ese momento había un gran movimiento contra el racismo antiinmigrante. Pronto llevó a una gran marcha de un millón de personas en Los Ángeles. Esta masiva manifestación multirracial rechazó el ataque contra los inmigrantes. Esto sacudió a los patrones, que buscaron medios para calmar la situación.
La proposición fue aprobada en las elecciones de California, pero luego fue declarada inconstitucional por los tribunales federales. Hoy estos ataques están regresando con más fuerza con los planes de Trump.
Hoy sigo luchando, pero con una visión más clara de la necesidad de ganar a los trabajadores para que luchemos por un mundo comunista sin fronteras, no solo por reformas.
La crisis capitalista/imperialista trae consigo ataques racistas, fascistas y homofóbicos. La única salida para la clase obrera internacional es la lucha por el comunismo.
—Camarada «indocumentado» en Los Ángeles (EE.UU.)
Los Capitalistas Necesitan Mano De Obra Inmigrante, Pero Los Trabajadores No Necesitan A Los Capitalistas
Soy un salvadoreño que abandone mi país e inmigre con a mi familia a los EE.UU hace tres años en búsqueda de oportunidades para una mejor vida. Nuestra situación económica bajo el gobierno de Bukele cada vez era más precaria. Todo lo que se publica o se dice de mi país no es más que publicidad de un paraíso para los ricos, los dueños de los medios de producción.
Aquí en los Estados Unidos, es muy difícil para mi madre, mi hermana y yo sobrevivir. Nos hemos enfrentado a mucha discriminación. Pero la misma necesidad de dinero y de pagar nuestras deudas nos hace luchar todos los días. Sabemos que no somos los únicos en la misma situación y, a pesar de estas condiciones, seguimos adelante.
Yo supe de ustedes a través de Bandera Roja. Hace un tiempo me lo comparte una amiga de El Salvador. Me parece muy interesante lo que escriben. Dicen la verdad, no como los demás periódicos a los que estamos acostumbrados, que encubren la crueldad y la avaricia de los poderosos gobernantes. Por el tiempo no puedo leerlo completo, ya que tengo dos trabajos, pero trato de hacerlo. Siempre estoy esperando que me envíen la nueva edición.
He leído cartas escritas para Bandera Roja y eso es lo que me animó a escribir lo que estamos viviendo. Con la victoria de Trump, mi madre y mi hermana tienen mucho miedo de que nos deporten. Tenemos deudas y no tenemos ahorros. En sus trabajos, como en el mío, hay un aire de miedo y tensión. Estamos muy preocupados por las redadas que están llevando a cabo. Todos los días que vamos a trabajar estamos ansiosos por no poder regresar. Hay muchas cosas que se murmuran.
Mi hermana me dice, ¿qué hubiera pasado si Trump hubiera perdido y Kamala hubiera ganado, habría sido todo diferente? Sé que no lo haría, por lo que he leído con ustedes y por lo que explica mi amiga. No importa quién gane, siempre somos nosotros los que salimos perjudicados viviendo bajo los capitalistas.
Creo que somos muchos inmigrantes de todo el mundo y muchos son de la clase trabajadora. No pueden simplemente deshacerse de nosotros. Nos necesitan y yo creo, como dicen en el periódico, que juntos podemos cambiar las cosas. ¡Seguiré leyendo Bandera Roja!
—Amigo de El Salvador en EE.UU.
Lee Nuestro Folleto:
“Luchemos Por El Día En Que Ningún Trabajador Sea Llamado Extranjero” Aquí