Las Guerras Comerciales Conducen a Guerras de Disparos aquí ♦ Sólo las Masas Pueden Derrotar al Imperialismo Fascista en Todas Partes aquí ♦
Las Guerras Comerciales Conducen a Guerras de Disparos: La Revolución Comunista Es el Único Camino a Seguir
“Estamos preparados”, dijo el secretario de Defensa de EE. UU., Hegseth, en la televisión. “Quienes anhelan la paz deben prepararse para la guerra. Por eso estamos reconstruyendo nuestro ejército. Vivimos en un mundo peligroso con países poderosos y ascendentes con una ideología diferente”. Habló poco después de que Trump impusiera un arancel adicional del 10% a los productos chinos.
“Si la guerra es lo que EE. UU. quiere, ya sea una guerra arancelaria, una guerra comercial o cualquier otro tipo de guerra, estamos listos para combatir hasta el final”, respondió un portavoz de la embajada china en EE. U.U. China respondió rápidamente con sus propios aranceles. Colocó a 25 empresas estadounidenses bajo restricciones de exportación e inversión, citando amenazas a la seguridad nacional.
La rivalidad interimperialista entre China y EE. U.U. se está intensificando sin un final a la vista. La retórica belicosa de los gobernantes tiene como objetivo ganar a las masas para la guerra.
Los gobernantes capitalistas imperialistas chinos tienen la armada más grande y moderna del mundo. Están construyendo “la madre de todos los portaaviones”, con más potencia de fuego que todo el ejército del Reino Unido. Han realizado ejercicios de fuego real sin previo aviso en la costa sudoeste de Taiwán.
La toma de Taiwán les permitiría desplegar sus submarinos en todo el mundo al acceder a las aguas profundas del Pacífico. Evitarían los sensores submarinos estadounidenses en los estrechos de la Primera Cadena de Islas (Japón, Filipinas, Indonesia y Taiwán).
Los imperialistas estadounidenses no están de acuerdo sobre si defender o no al gobierno taiwanés durante una invasión china. Algunos gobernantes piensan arrogantemente que pueden enfrentar con éxito a China en Taiwán. Otros temen que esto no sea cierto. Preferirían enfrentarse a los imperialistas chinos en otros lugares. Pero favorecen alentar a los nacionalistas taiwaneses a enfrentarse al imperialismo chino de todos modos.
Por lo tanto, el gobierno estadounidense descongeló silenciosamente 870 millones de dólares en programas de asistencia de seguridad para los capitalistas taiwaneses. Los gobernantes chinos criticaron la reanudación de la financiación por violar sus intereses en Taiwán. El portavoz del ejército de defensa chino amenazó a Taiwán: “Vendremos a buscarte tarde que temprano”.
Una guerra de “reunificación” traerá consecuencias desastrosas para la clase trabajadora. Miles tanto en China continental como en Taiwán, y potencialmente en los EE. UU., morirán peleándose entre sí, por los intereses de la élite gobernante. Los sectores más empobrecidos de la clase trabajadora se empobrecerán aún más.
Ya estamos sintiendo los efectos de la guerra por poder entre Rusia y la OTAN y los genocidios en Ucrania y Palestina. Estas guerras regionales fascistas han masacrado a cientos de miles de trabajadores. Han empeorado la crisis energética mundial, provocando un aumento de los precios de la energía. A su vez, el aumento de estos precios y las interrupciones de la cadena de suministro contribuye a la inflación, erosionando el poder adquisitivo de los trabajadores.
La escalada de la guerra comercial entre EE. UU. y China hará que la vida sea aún más insoportable para decenas de millones de trabajadores a nivel mundial.
El objetivo del capitalismo-imperialismo es obtener ganancias a expensas de los trabajadores del mundo. El capitalismo significa competencia sin fin, acumulación de ganancias y terror. Mientras los multimillonarios viven en el lujo, los trabajadores empobrecidos de las regiones devastadas por la guerra han sido desarraigados de sus hogares. Son obligados a vivir sin comida ni agua adecuadas. Muchos refugiados buscan una vida mejor en otro lugar, sólo para ser deportados.
Sólo un sistema social igualitario y humano, el comunismo, pondrá fin a todas las guerras motivadas por el lucro. Satisfará las necesidades de las masas en todas partes. Acabará con las naciones, las fronteras, el dinero y el sistema salarial.
Las masas comunistas redistribuirán colectivamente los alimentos, el agua y otros recursos a las regiones empobrecidas. Eliminaremos la brecha de la riqueza y las clases sociales. Todos los trabajadores vivirán libremente sin miedo a las invasiones imperialistas.
El comunismo se logrará sólo a través de la revolución comunista armada para eliminar a todos los imperialistas capitalistas en todas partes. Para ello, debemos reclutar más jóvenes, trabajadores y soldados para el Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI).
Los trabajadores antifascistas que reconocen que sus intereses están con los trabajadores del mundo y no con los gobiernos capitalistas, unirán fuerzas con las masas comunistas internacionales para derrocar el sistema imperialista capitalista. Los invitamos a unirse al PCOI.
Carta: Sólo las Masas Pueden Derrotar al Imperialismo Fascista en Todas Partes
“Europa occidental no pudo derrotar sola a la Alemania nazi”, reflexionó J. “Para eso fueron necesarios los EE. UU.”. Estábamos hablando de la televisada emboscada de Trump a Zelenski, de Ucrania.
“No estoy de acuerdo”, respondí. “Fueron las masas soviéticas las que derrotaron a los nazis en Leningrado y Stalingrado. Los Estados Unidos no lanzaron el ‘segundo frente’ hasta que los soviéticos ya estaban persiguiendo a los nazis hasta Berlín. Los imperialistas de EE. UU. querían llegar allí primero”.
“No lo sabía”, dijo J. “Me pregunto cuáles serían los equivalentes hoy”.
“Las rivalidades entre las grandes potencias están conduciendo nuevamente a una guerra mundial”, acordé. “Pero los paralelos no son exactos. ¿Quién es fascista ahora?”
“¡Los Estados Unidos!”, dijo J rápidamente. Estuve de acuerdo, agregando que Rusia también lo es. A diferencia de la 2ª Guerra Mundial, cuando los trabajadores mundialmente la vieron como un faro del antifascismo socialista.
Estábamos en una comida al aire libre patrocinado por un grupo activista local. A J y a otros les gusta Bandera Roja, pero no siguen los acontecimientos mundiales con atención. Creen que las luchas locales por la reforma son las únicas formas eficaces.
Le expliqué a J que, durante mucho tiempo, EE. UU. y Europa estuvieron unidos en la OTAN, oponiéndose a Rusia y China (ambas ahora imperialistas).
Pero los imperialistas y capitalistas europeos (Francia, Alemania, Polonia, Gran Bretaña) ahora le creen a Trump cuando dice que no pueden contar con EE. UU para defenderlos de una mayor expansión rusa. Están pasando de ser las “botas sobre el terreno” de la OTAN a prepararse para el liderazgo operativo que antes monopolizaba EE. UU.
¿Hasta dónde llegará esto? ¿Se desintegrará la OTAN? ¿Se dividirá la Unión Europea cuando países como Hungría, con gobernantes abiertamente fascistas, opten por alinearse con los EE. UU. de Trump y la Rusia de Putin? ¿Qué hará China? Hay muchas cosas que no sabemos. Hay muchas cosas que realmente no se pueden saber todavía.
Pero aquí esta lo que parece seguro. Como Mao Zedong le dijo a la periodista estadounidense Anna Louise Strong en 1945 y 1956, el imperialismo estadounidense –incluso con armas nucleares– es un “tigre de papel”. Mao explicó: “En apariencia es muy poderoso, pero en realidad no hay nada que temerle”.
Por supuesto, el imperialismo estadounidense es capaz de infligir una devastación aún mayor a las masas del mundo. Se está preparando para una guerra mundial para hacer precisamente eso, mientras se desliza inevitablemente hacia una decadencia más profunda.
La resistencia europea a Ucrania, las resistencias a los aranceles de Canadá, China y México muestran que el imperialismo estadounidense está más aislado –y por lo tanto más letal– que antes. Trump sueña con una edad de oro y una estatua dorada frente a un centro turístico de Gaza étnicamente limpiado de palestinos. Va a Arabia Saudita pidiendo más inversiones en EE. UU. Estos no son signos de fortaleza. Son una muestra de debilidad.
El imperialismo estadounidense no puede dar por sentado a sus trabajadores industriales, a su juventud o incluso a sus soldados. Lo más importante es no subestimarlos. Las masas en todas partes siguen siendo la fuerza que puede y quiere derrotar al fascismo, con la revolución comunista.
— Camarada en los EE. UU.
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