EE. UU. Tiene un Largo Historial de Traicionar a Los Veteranos

EE. UU. Tiene un Largo Historial de Traicionar a Los Veteranos: Soldadxs, Tropas de la Guardia Nacional, Marinerxs, Infantes de Marina: Únanse al PCOI para Luchar por el Comunismo

Detroit (EE. UU.), febrero de 2025: Trabajadores de la Administración de Veteranos protestan contra los recortes de empleo.

SEATTLE (EE. UU.), 25 de marzo— “Esto es justo lo que necesito para demostrar cómo el capitalismo es enemigo de los trabajadores y los soldados”, dijo una amiga sobre el artículo en Bandera Roja sobre los ataques a la Administración de Veteranos (AV). Trabaja con estudiantes de secundaria y usará el artículo en su próxima reunión.

Los recientes recortes en la AV han devastado aún más un sistema ya de por sí deficiente. El gobierno actual amenaza con despedir para junio a otros 80,000 trabajadores y personal médico de la AV.

La clase dominante estadounidense necesita reclutar jóvenes al ejército. Utilizarán su poderío militar contra las naciones que están aumentando su dominio mundial mientras Estados Unidos pierde el suyo.

Millones de trabajadores y soldados han muerto o han sido heridos combatiendo en las sangrientas guerras patronales. Cuando regresan a casa, se les niega la atención médica que necesitan, además de perder sus empleos y viviendas.

El PCOI afirma que la clase obrera internacional puede derrotar al sistema capitalista, pero solo si luchamos por el comunismo. No podemos ganar una reolución sin los soldados. Debemos comprender su importante papel y ganar a nuestros amigos y familiares en el ejército a que ellos se conviertan en luchadores comunistas.

Los Veteranos Contraatacan

La Marcha por la Bonificación y los campamentos de veteranos después de la Primera Guerra Mundial muestran cómo el sistema capitalista descarta a los veteranos. Trump y Musk son fascistas, pero la responsabilidad última recae en el capitalismo.

Después de la Primera Guerra Mundial, a los soldados que regresaban se les ofreció una bonificación de 60 dólares, pero exigieron más. En 1924, el presidente Calvin Coolidge firmó una ley que otorgaría a cada soldado que sirviera en el extranjero un certificado que no se pagaría hasta 1945.

Para 1932, cientos de miles estaban desempleados. La tasa de desempleo rondaba el 30%.

Los veteranos de la Primera Guerra Mundial se organizaron en la Fuerza Expedicionaria de Bonificación (FEB o Ejército de Bonificación) para exigir el pago anticipado de las bonificaciones para poder alimentar a sus familias. En la primavera, 17,000 veteranos, sus familias y simpatizantes viajaron a Washington, D. C. y acamparon cerca del Capitolio.

Los veteranos se organizaron en un barrio marginal a orillas del río Anacostia. No se irían hasta que les pagaran esas bonificaciones. Construyeron estructuras con desechos de un basurero cercano. Diseñaron calles, construyeron instalaciones sanitarias, una biblioteca, una carpa religiosa y una oficina de correos para enviar cartas a casa. Diariamente organizaban una marcha.

La Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley para otorgarles a los soldados sus bonificaciones, pero el Senado lo rechazó.

Cuando Ben Shepherd, líder del Ejército de Bonificación, marchó a la guerra en 1917, un veterano mayor le advirtió: “Ahora son todos héroes. Pero algún día los tratarán como perros”.

El periódico comunista Diario Obrero tenía una perspectiva más optimista. “Cuando venga la revolución, los manifestantes serán las ‘tropas de choque’ de las desempleadas masas estadounidenses”.

La internacional comunista insistió en que el partido comunista estadounidense enviara más veteranos a los campamentos. La izquierda consiguió cientos de votos en las convenciones de Fort Hunt, pero nunca pudieron decir que encabezaron la marcha de bonificación.

A los generales les preocupaba que los marines que vivían cerca del campamento se unieran a los veteranos en su lucha. Veteranos negros y blancos se unieron para luchar contra las tropas armadas. La inteligencia del Ejército y la Marina seguía informando frenéticamente que la protesta era un complot comunista.

El 28 de julio de 1932, el presidente Herbert Hoover presionó al jefe de policía local para que atacara el campamento. Los veteranos se defendieron. Dos murieron a manos de la policía.

Al día siguiente, el general Douglas MacArthur, un anticomunista acérrimo que se haría famoso por su brutalidad en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, ordenó al ejército regular que aplastara los campamentos.

George Patton, quien posteriormente también sería general en la Segunda Guerra Mundial, lideró el ataque contra los veteranos y sus familias. Atacaron con caballería e infantería, liderados por seis tanques y utilizando bayonetas caladas, gases lacrimógenos y otras armas químicas. Un niño de doce años murió. Los soldados del ejército regular incendiaron el campamento, obligando a todos a huir.

El capitalismo ha sido el enemigo durante siglos. Las fuerzas armadas imperialistas continúan sacrificando soldados y veteranos en un altar de ganancias patronales envuelto en la bandera estadounidense.

Solo la revolución comunista puede ponerle fin a esta carnicería. Preparar a los jóvenes camaradas para construir colectivos comunistas en las fuerzas armadas es vital. ¡Volteemos las armas contra los capitalistas!

Veteranos blancos y negros combatieron los ataques de policías y soldados en los campamentos de la Marcha por los Bonos.

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