Terremoto en Myanmar: Otro Desastre Capitalista


SERBIA, marzo de 2025 — Cientos de miles de personas siguen manifestándose contra la corrupción gubernamental que provocó la muerte de 17 personas en el derrumbe de una estación de tren en noviembre de 2024.

Terremoto en Myanmar: Otro Desastre Capitalista

31 de marzo— Un terremoto de magnitud 7,7 sacudió la ciudad de Mandalay, Myanmar, el 28 de marzo. Liberó una energía equivalente a trescientas bombas atómicas. Un edificio gubernamental en la lejana Bangkok, capital de Tailandia, se derrumbó.

Se estima que el número de muertos es de al menos tres mil personas, probablemente muchas más. La junta militar rinde homenaje a los fallecidos organizando un minuto de silencio el martes, coincidiendo con el Día de los Inocentes. Mientras tanto, continúa bombardeando zonas rebeldes y ha ignorado los llamamientos al alto al fuego.

Los terremotos son naturales, pero este desastre no lo es. Esta región tiene un historial de terremotos potentes. Sin embargo, casi ningún edificio en Mandalay se construyó ni se reforzó para resistirlos. Los residentes se vieron abandonados a su suerte, ellos rescataron supervivientes durante los críticos primeros días. Las tropas gubernamentales impidieron que los voluntarios acudieran a ayudar.

Myanmar ya estaba devastada por la guerra civil y gobernada por una brutal junta militar que tomó el poder mediante un golpe de Estado en 2021. Desde entonces, ha reprimido brutalmente las rebeliones armadas. Ha matado a más de 50,000 personas, incluyendo miles de civiles y cientos de niños. Más de 25,000 han sido arrestados, incluyendo muchos médicos y enfermeras que, por lo tanto, no pudieron ayudar a las víctimas del terremoto.

A pesar de las sanciones internacionales, la junta militar continúa comprando armas de Rusia y China, y probablemente a otros países como Israel, India, Tailandia y Singapur.

Mientras tanto, la economía de Myanmar está en ruinas. La inflación ronda el 25%. Casi la mitad de la población vive en la pobreza, y para la mayoría su vida depende de un hilo.

La minoría rohinyá, mayoritariamente musulmana, tuvo que huir de Bangladesh en 2017 para escapar de un genocidio. Su situación ha empeorado. Se ven amenazados por ambos bandos en la guerra civil de Myanmar.

Algunos rohinyás que viven actualmente en campos de refugiados han tomado las armas. Otros han presentado una denuncia ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC siglas en ingles).

Meta (anteriormente Facebook) es una de las empresas estadounidenses mencionadas en la denuncia. Meta violó sus propios «estándares comunitarios» e infligió propaganda antirrohinyá, lo que contribuyó al genocidio. Sus algoritmos son invasivos, y su prioridad es la publicidad dirigida para mantener a los usuarios “interesados”. Si eso significa difundir propaganda que podría costar vidas, que así sea, dicen los capitalistas.

Esta es una característica clave del capitalismo: nada debería obstaculizar las ganancias. Incluso si se necesita un genocidio para obtener ganancias. Desde Sudamérica hasta África, Vietnam y Ucrania, las atrocidades son la forma de hacer negocios y la pérdida de vidas humanas se llama «daños colaterales».

La clase trabajadora es la que más sufre. Son quienes mueren en viviendas insalubres durante los terremotos. Los que combaten y mueren en las guerras capitalistas. Viven en la pobreza mientras producen alimentos, construyen casas, autos, aviones, trenes y hacen que el planeta funcione. Mientras tanto, los capitalistas mienten diciendo que la riqueza está a punto de filtrarse y que este es el único sistema posible.

No lo es. El comunismo es posible. Los trabajadores tuvieron que salvarse de los edificios derrumbados y las ciudades devastadas por los terremotos. También podemos salvarnos del capitalismo y sus constantes guerras. Podemos organizarnos para construir y reconstruir, para producir y cuidarnos mutuamente sin dinero ni lucro.

Organicemos el Partido Comunista Obrero Internacional para tomar el poder y crear una vida buena y sostenible para todos los seres vivos.

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