Primero de Mayo de 1945, la bandera roja ondea sobre el Reichstag nazi.
Carta: La Respuesta a Trump Es El Comunismo
Muchos camaradas están confundidos con Trump. Sus acciones son tan erráticas que se especula que tiene problemas mentales. ¿Qué está tramando?
Recomiendo un libro que ayudará a entenderlo, El Precio de la Destrucción (The Wages of Destruction) de Adam Tooze (Penguin UK, 2007). Una historia económica del fascismo alemán desde la toma del poder por Hitler en 1933 hasta su derrota en la 2ª Guerra Mundial en 1945.
Alemania, antes de la 1ª Guerra Mundial, era económicamente muy próspera. La tecnología alemana era la mejor del mundo, las universidades alemanas dominaban el mundo académico y el alemán era el idioma de la ciencia y la tecnología. Era una potencia imperialista en ascenso.
Sin embargo, las demás potencias imperialistas (incluidos Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos) no toleraron la competencia alemana y entraron en guerra en contra de ella en 1914.
La derrota de Alemania en la 1ª Guerra Mundial en 1918 destruyó todo su éxito. En la República de Weimar de la posguerra, Alemania comenzó a recuperarse, pero la enorme crisis de sobreproducción de 1929 la golpeó y, una vez más, su posición quedó destruida.
Tooze explica que para 1933, los patrones imperialistas alemanes habían abandonado su antiguo enfoque de cultivar la ciencia y la tecnología alemanas y optaron por una estrategia diferente. Esa estrategia era la guerra.
Todos sus recursos se dedicaron a armamento y preparativos bélicos. Alemania se quedó sin divisas en 1939 y atacó Polonia, desencadenando la 2ª Guerra Mundial.
El Resto del Libro Es Fascinante, Pero La Parte Anterior Es La Que Ayuda a Explicar a Trump
Los patrones de USA, al igual que los alemanes, han abandonado su estrategia pacífica porque simplemente ya no funciona. Para los estadounidenses, su estrategia pacifica es el liberalismo.
El liberalismo respaldó la dominación de EUA al apoyar la ciencia, la industria y la ideología social. Invirtieron muchos recursos en buenas acciones, como la USAID, para con-vencer a la gente de que los estos patrones son personas bondadosas que se preocupan. El liberalismo funcionó durante mucho tiempo, pero con el actual declive de EUA, ha perdido fuerza.
Una facción de la clase dominante ha renunciado al liberalismo y ha decidido desmantelarlo y redirigir los recursos que actualmente se dedican a mantenerlo.
El liberalismo está tan arraigado que su desmantelamiento no puede llevarse a cabo por los canales habituales, ni le-gal ni constitucionalmente. Se necesita a alguien dispuesto a “moverse rápido y romper cosas”. Para eso está Trump.
¿Y qué pasa con los recursos ahorrados? Todavía no hay indicios de un rearme drástico. En cambio, los recursos se destinarán a subsidiar la industria de EUA y a recortes de impuestos para los ricos.
No debemos caer en la trampa de combatir el fascismo de Trump uniéndonos a los liberales. La respuesta a Trump es el comunismo. Adelante hacia el comunismo, no atrás hacia el liberalismo.
—Camarada de la Costa Occidental (EE.UU.)