MADRID (España), 15 de mayo – Miles de personas marchan en solidaridad con los palestinos contra el genocidio de Gaza.
Genocidio en Gaza: Cuestión Fundamental de Nuestro Tiempo
LOS ÁNGELES (EE.UU.), 2 junio—Gaza fue, durante años, la prisión al aire libre más grande del mundo. Ahora es el campo de exterminio más grande. Las masas a nivel mundial están indignadas. Eso incluye un número cada vez mayor dentro de Israel, donde nuestro Partido Comunista Obrero Internacional está creciendo.
Durante dos meses, las fuerzas de ocupación sionistas (Israel) impidieron que los alimentos, el agua o los suministros médicos llegaran a más de dos millones de niños, hombres y mujeres palestinos. Con la complicidad del imperialismo estadounidense, intencionalmente, están creando hambruna. Muchos han muerto. Muchos más lo harán pronto.
Y las bombas siguen cayendo. Una doctora palestina perdió a su esposo (también doctor) y a nueve de sus diez hijos en un ataque aéreo israelí hace una semana.
En un nuevo y diabólico plan, Israel ha reclutado a contratistas estadounidenses (mercenarios) para entregar un número extremadamente limitado de paquetes de comida desde un solo lugar en Khan Younis. Esto, en lugar de permitir que la ONU y otras agencias internacionales proporcionen comida en cientos de lugares.
Luego, durante ocho días, el ejército sionista disparó contra las multitudes que se dirigían al sitio de distribución de alimentos. Más de cien personas hambrientas fueron asesinadas.
La ira masiva está a punto de estallar. Cientos de miles marcharon en ciudades de toda Europa el 18 de mayo por el “Día de Nakba”. Los cánticos de “Liberen a Palestina” resonaron en las ceremonias de graduación en todo Estados Unidos. Los manifestantes no se han visto desalentados por dos ataques mal dirigidos y muy publicitados contra personas judías en Washington, DC y Boulder, Colorado.
“Hemos estado haciendo esto durante un año y medio”, dijo una camarada en una protesta semanal regular en Los Ángeles. “¿Ves algún cambio?”
“No hay cambios políticos en absoluto”, dijo D, “pero sí cambios sociales.”
“Solíamos tener a treinta o cuarenta personas tocando la bocina de auto en apoyo y quizás quince dándonos el dedo,” acordó N. “Ahora casi todos tocan la bocina de auto, y casi nadie nos da el dedo.”
“Nada ha cambiado con los gobiernos europeos,” lamentó J. “Hablan de genocidio, pero no impiden que las armas vayan a Israel.”
“¿Qué están haciendo los países árabes?” quería saber L. Los gobernantes sauditas están más enojados por no poder reunirse con los traidores palestinos en Cisjordania que por los niños y adultos hambrientos en Gaza.
“Tuvimos fotos de niños hambrientos en la vigilia de ayer,” dijo R. “Algunas personas se detuvieron a mirar. Algunos lloraron. Algunos caminaron rápido y pretendieron no ver.”
Nosotros mismos hemos cambiado. Hemos construido nuevas relaciones. Nuevas comunidades. Hemos aprendido mucho.
“Antes de esto, no sabía que nuestro gobierno es tan corrupto”, dijo R. “Los políticos en el Congreso, casi todos ellos”.
“Por eso siempre digo que ‘Intifada, Revolución’ también se aplica aquí, no solo en Gaza”, respondió la camarada. “El sistema nunca estuvo destinado a servirnos. Se estableció desde el principio para que los más ricos controlaran todo.” A R no le interesaba Bandera Roja cuando lo vio por primera vez. Ahora, como muchos otros en el grupo, toma cada edición.
La conversación continuó y continuará mientras estos amigos y otros persistan en oponerse al genocidio estadounidense-israelí en Gaza.
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