Cartel chino, 1966: «Aplastar a fondo a la camarilla revisionista contrarrevolucionaria de Peng, Lu, Luo y Yang»
Revisionismo: Capitalismo Fascista y Reaccionario: Necesitamos Colectividad Comunista, No Individualismo Capitalista
El incidente de Peng Yu en Nanjing, China, en 2006 expuso la naturaleza mentirosa y antiobrera del gobierno revisionista del Partido Comunista Chino. Aunque se autodenomina Partido Comunista Chino, el PCCh es un partido capitalista. Lidera el capitalismo de Estado chino.
Peng Yu, de veintiséis años, ayudó a una anciana, Xu Shoulan, cuando se cayó en público. Xu mintió y acusó a Peng de haberla derribado. Ella lo demandó.
Ninguna prueba vinculó a Peng con la caída. Pero el tribunal falló a favor de Xu. Afirmó que “nadie, en conciencia, ayudaría a alguien a menos que se sintiera culpable”. Peng se vio obligado a confesar algo que no hizo. ¡El tribunal fascista le ordenó pagar a Xu una indemnización de 10,000 yuanes!
El caso muestra cómo los gobernantes revisionistas de China distorsionan la “justicia” para favorecer sus intereses capitalistas. El revisionismo consiste en ideas y prácticas capitalistas que se hacen pasar por comunistas para engañar y confundir a quienes luchan contra la explotación. Representa un peligro dentro del movimiento comunista. Los gobernantes chinos se proclaman «comunistas», pero China es capitalista y revisionista.
Los actos de colectividad son un valor comunista fundamental. Al castigarlos, el régimen revisionista fascista divide y aterroriza a la clase trabajadora. En lugar de la colectividad, promueven el individualismo extremo.
El sistema salarial del capitalismo obliga a los trabajadores a competir por trabajos de mano de obra esclava en lugar de producir colectivamente para satisfacer las necesidades humanas. Socava el espíritu comunista colectivo que el PCCh tenía en sus inicios, cuando su Ejército Rojo, de masas, hizo la revolución. Quiere que los trabajadores adquieran una mentalidad fascista para que maten voluntariamente a otros trabajadores en la próxima guerra mundial.
Los gobernantes revisionistas chinos se horrorizan por el potencial revolucionario de las masas. Hacen todo lo posible para evitar otro levantamiento obrero revolucionario. Quieren que las masas chinas sean para siempre esclavos asalariados superexplotados y soldados leales.
La decisión de Peng Yu sentó un precedente peligroso. Convirtió la colectividad y la cooperación en delitos. El gobierno defiende a los capitalistas, no la solidaridad obrera. La colectividad históricamente arraigada de las masas comenzó a debilitarse. Menos personas estaban dispuestas a ayudar a sus hermanos de clase, incluso si eso significaba dejarlos sufrir o morir.
Cinco años después, la muerte de Wang Yue, de dos años, en Foshan, China, mostró los extremos del individualismo impulsados por los gobernantes. Fue atropellada por una camioneta y quedó desangrada en la calle. ¡Al menos dieciocho personas pasaron sin ayudarla! Finalmente, un trapero intervino y la llevaron al hospital. Murió a causa de sus heridas pocos días después.
En 2014, un hombre de la provincia de Guangdong ayudó a un anciano. Fue acusado falsamente de atropellarlo. Ante la exigencia de que pagara al anciano, el hombre se suicidó.
En 2017 entró en vigor la “Ley del Buen Samaritano” a nivel nacional. Según esta ley, quienes ofrecen ayuda de emergencia a heridos, enfermos o en peligro no son responsables económicamente de los daños sufridos por las víctimas.
Estas reformas no acabarán con la naturaleza fascista anti obrera del revisionismo y el capitalismo. Los gobernantes revisionistas y su sistema judicial seguirán creando mentiras para desalentar la colectividad y la cooperación. Quieren mantener a los trabajadores divididos e impulsar una mentalidad fascista.
Solo una revolución comunista internacional, organizada por un Partido Comunista Obrero Internacional de masas, erradicará para siempre el revisionismo fascista, la esclavitud asalariada y sus ideologías y acciones individualistas.
En el verdadero comunismo, los colectivos obreros comunistas brindarán asistencia de emergencia de inmediato a cualquier trabajador o joven en una situación desesperada. Actuarán sin vacilación ni temor al castigo. Las masas comunistas lucharán contra la práctica individualista de ignorar y descuidar a quienes necesitan asistencia de emergencia.
No habrá más tribunales que desalienten y penalicen la colectividad. La producción, la distribución y toda la vida se basarán en relaciones colectivas y de camaradería, en lugar de dinero, leyes fascistas, policía, tribunales y guerras imperialistas.
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