La “Ley Mordaza” de Trump Matará a Miles de Mujeres en Todo el Mundo

Las Relaciones Sociales Comunistas, el Parto y la Salud de la Mujer

Enero 23— Trump comenzó sus órdenes ejecutivas con un ataque contra las mujeres en todo el mundo. Concerniente al aborto, reintrodujo la “ley mordaza” de la época de Ronald Reagan. Esto causará directamente la muerte de miles de mujeres de abortos clandestinos inseguros.

El capitalismo nunca ha valorado la vida de los niños—o de adultos—de nuestra clase. Pone la responsabilidad de la crianza de niños en las mujeres individuales, sus parejas y sus familias inmediatas. Sustituye a la “aldea” que necesitamos para criar un niño con lo que Marx llamó el “nexo del dinero.”

Masas de mujeres en todo el mundo no pueden proveerles las necesidades básicas a sus hijos. Se ven obligadas a tomar decisiones difíciles cuando salen embarazadas. Las mujeres que no tienen acceso a la anticoncepción y al aborto legal barato y seguro, a menudo toman la alternativa desesperada de un aborto inseguro e ilegal. Miles de mujeres más morirán cada año debido a estos ataques contra los servicios de planificación familiar.

La política exterior de EEUU desde la 2ª Guerra Mundial ha combinado el gasto masivo en lo militar con una pequeña fracción para los servicios sociales. Esto supuestamente es para calmar a las masas, mientras proyecta la imagen que los imperialistas de EE.UU. son buena gente. Una fracción aún más pequeña de este presupuesto va a las clínicas de salud de países empobrecidos por el imperialismo.

Ya es ilegal usar fondos de EEUU para dar abortos. La “ley mordaza” va mucho más allá de eso. Significa que clínicas que reciben fondos de EEUU no pueden utilizar otros fondos para proveer abortos o incluso para recomendarles proveedores de aborto a mujeres. Esto obligará a clínicas de salud mundialmente a elegir entre recibir fondos de EE.UU. o proporcionarles a mujeres una gama completa de servicios de salud.

Lo mismo está sucediendo en EEUU. Planificación Familiar es en EE.UU. la más grande proveedora de servicios de salud para mujeres. Aquí ya es prohibido usar fondos gubernamentales para pagar por abortos. Planificación Familiar provee esos servicios de otros fondos. Influido por fanáticos religiosos que se auto identifican como “pro vida” pero no lo son, el congreso pretende cerrar Planificación Familiar completamente.

En EEUU y mundialmente, las clínicas de salud para mujeres se esfuerzan por proveer a mujeres pobres y a obreras servicios que las mujeres de la clase dominante e incluso de clase media dan por sentado. Estos incluyen el tratamiento de enfermedades sexualmente transmitidas, detección de cáncer cervical y de las mamas, y control de la natalidad. El ataque contra el aborto es la punta de lanza de ataque mundial contra la salud de las mujeres obreras y otras mujeres pobres.

El Comunismo y el Aborto

¿Qué haremos con el aborto y el control de la natalidad, en general, en una sociedad comunista? Sabemos que las mujeres, y la salud de las mujeres, serán tan importantes como la salud del hombre. Aboliremos el dinero, los salarios, la renta y las cuentas. Hombres y mujeres elegirán libremente si desean o no comprometerse en relaciones amorosas. Nadie tendrá la responsabilidad de por si solos alimentar, vestir, educar y amar a un niño/a. Esto permitirá que las mujeres tomen con mayor libertad decisiones acerca de tener hijos.

Viviremos y trabajaremos colectivamente—de cada cual según su dedicación, a cada cual según su necesidad. Todos somos—y siempre hemos sido— individuos y parte de una colectiva. El comunismo nos permitirá poner ese entendimiento en práctica de una manera dialéctica. Visualizamos la lucha política, la vida y la planificación colectiva como la forma en que tomamos decisiones y hacemos las cosas. Si alguien no quiere trabajar, no le haremos hambrear ni lo encarcelaremos—lucharemos políticamente con él/ella.

Esa es nuestra visión básica de las relaciones sociales comunistas. Rechazamos las relaciones sociales coercitivas. Nos basamos en la lucha política para todo, desde quien lava los platos y saca la basura a quien cambia el pañal del bebé.

Así es como lidiaremos con cuestión de dar a luz y criar a los niños. Los niños serán la alegría y la responsabilidad del colectivo. Pero cada persona es un individuo y a la vez un miembro de un colectivo. Tener otro niño/a es una decisión que implicará lucha política colectiva de la misma forma como se toman todas las demás decisiones: ¿debe Susana aprender a trabajar el torno o debe Javier aprender a trabajar la máquina de ordeñar?

Pero la lucha colectiva tiene límites. Al fin de cuentas, si Javier realmente no quiere estar cerca del rebaño de vacas, le encontraremos otro trabajo útil. Y ninguna mujer estará obligada a tener un bebé o un aborto. El colectivo respetará esas decisiones.


Las leyes que ilegalizan el aborto nunca lo pararán. Cuando las realidades económicas de supervivencia en la sociedad clasista obliga a las mujeres a optar por el aborto, las leyes sólo pueden criminalizarlo y hacerlo clandestino. Al igual que las leyes que criminalizan la migración de los obreros a través de las fronteras patronales, esas leyes pueden hacer el aborto peligroso y caro. Si las personas están lo suficientemente desesperadas, violarán la ley.

Cuando los abortos son ilegales, las mujeres ricas pagan mucho para que los médicos las aborten. Las mujeres pobres buscan abortistas no tradicionales y a menudo no esterilizados o personalmente tratan de abortar, a menudo con consecuencias fatales.

La ley que legalizó el aborto en la Unión Soviética permitió a las mujeres recibir abortos seguros y esterilizados. Fue una de las varias reformas dirigidas por mujeres después de la revolución rusa que incluyó cuidado infantil comunal.

Muchas mujeres abortaron en la Unión Soviética, especialmente durante la Nueva Política Económica de los 1920s.

La crianza de niños fue apoyada por una red de servicios sociales. Sin embargo, el sistema salarial y el hecho que mantuvieron la economía familiar hizo inevitable que la crianza de niños fuera una responsabilidad individual. Eso, combinado con una escasez de viviendas y una economía insegura, convenció a muchas mujeres que el aborto era su única opción.

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