El 17 de febrero decenas de miles de manifestaron en Francia en apoyo de Theo L, el joven negro brutalizado por los policías en Aulnay sous Bois. Marchas y vigilias se realizaron en París, Dijon, Marsella, Poitiers, Rennes, Niza y muchas otras ciudades.
El 2 de febrero Theo, un organizador comunitario sin antecedentes policiales, se encontró con cuatro policías que acosaban a unos jóvenes de origen inmigrante. Cuando uno de los policías golpeó a uno de los jóvenes, Theo trató de intervenir y los policías se le tiraron encima. Lo golpearon, le bajaron los pantalones y lo sodomizaron con una cachiporra, hiriéndolo gravemente. La juventud se volcó a las calles esa misma noche y las protestas se han extendido por Francia y otros países europeos.
Los manifestantes están exigiendo “justicia” a Theo, pero no la conseguirán a través de los tribunales. Ya el ministerio de asuntos internos franceses ha declarado que la lesión fue un “accidente”. Algunos manifestantes han tomado las cosas en sus propias manos y en masa han atacado a la policía.
La gente se pregunta cómo o por qué la policía es tan brutal y ataca a gente que no ha hecho nada. La respuesta es que su trabajo es sembrar el terror y los ataques arbitrarios y brutales contra personas inocentes son muy intimidantes.
Por supuesto, Theo es sólo la última de una larga serie de víctimas de ataques racistas, como lo demuestra la pancarta de arriba. Bajo el comunismo, los trabajadores no necesitarán protección de la policía porque no habrá policía. Los trabajadores manejaremos nuestros propios asuntos y manejaremos las disputas principalmente mediante la discusión y persuasión. Las únicas personas que tendrán miedo de nosotros serán los capitalistas y sus servidores, y no estarán mucho tiempo en este mundo.