Detroit, EEUU
EEUU, 5 de septiembre – Miles de jóvenes inmigrantes y sus aliados respondieron rápida y audazmente a la suspensión del programa DACA por la administración de Trump. Han salido de las escuelas, teniendo mítines y marchando. En Los Ángeles, muchos le dan la bienvenida al llamado de nuestro Partido a la revolución comunista para acabar con todas las fronteras.
DACA fue una iniciativa de la era Obama. Dio permisos de trabajo temporales y protección de ser deportados a 800,000 jóvenes inmigrantes indocumentados que han vivido casi toda su vida en EE.UU. Ahora tienen la amenaza de ser deportados a países que no recuerdan, donde no conocen a nadie y cuya lengua ni siquiera hablan. Alrededor de tres cuartas partes de los jóvenes en DACA, también llamados “Soñadores”, fueron traídos de México a EE.UU. desde niños.
Este cruel ataque racista tiene como objetivo azuzar la misma escoria fascista que gritó consignas nazis y ostentó emblemas KKK en Charlottesville. Su intención es aterrorizar a los obreros y jóvenes inmigrantes y obligarlos a aceptar trabajos esclavistas en los campos, fábricas y otros lugares. Es parte de la larga historia de la despiadada esclavitud salarial del capitalismo estadounidense.
Los mineros del carbón y los trabajadores domésticos irlandeses, los obreros chinos que construyeron los ferrocarriles occidentales en el siglo 19. Los europeos del este reclutados para las acerías y los “braceros” mexicanos en el siglo 20… Haití, otros trabajadores del Caribe y filipinos/as en el siglo 21 …. Ellos y muchos más han sido superexplotados por los capitalistas que compiten para maximizar sus ganancias con las prácticas laborales de “dividir y conquistar”, cuotas de inmigración y mentiras racistas.
DACA era una continuación de esta tradición, no una ruptura con ella. Los principales imperialistas estadounidenses y sus politiqueros se dieron cuenta de que necesitarían cada vez más jóvenes inmigrantes en la fuerza laboral y en el ejército. Cuando la senadora demócrata liberal Kamala Harris dijo que “los receptores de la DACA hacen que nuestra nación sea fuerte”, eso es lo que ella quería decir.
Los gobernantes estadounidenses también vieron que la crisis económica que habían ayudado a crear en México estaba alimentando la ira de las masas y la inestabilidad política. Temían rebeliones – y todavía las temen. Esperaban que creando ilusiones sobre el “SUEÑO Americano” aliviara las tensiones mientras fortalecía las fuerzas armadas de EE.UU. para posibles intervenciones.
Al Trump hacer añicos el “SUEÑO” es como si Trump promoviera el nacionalismo blanco: está comprometiendo la capacidad del imperialismo de EE.UU. de construir, entre soldados y trabajadores industriales, el patriotismo multirracial que necesita para enfrentar a sus competidores imperialistas en guerras cada vez más grandes. ¡Los enemigos de Trump no son todos amigos nuestros!
¡No patriotismo, sino la unidad internacional de clase trabajadora! ¡No un camino hacia la ciudadanía, sino un camino hacia la revolución comunista!
Sólo el comunismo puede destruir todos los muros capitalistas y borrar todas las fronteras del capitalismo. Sólo en la sociedad comunista todos podremos vivir sin temor y trabajar sin explotación.
La producción comunista “de cada cual según su capacidad y compromiso, a cada cual según sus necesidades” creará la base material para acabar con el racismo y la xenofobia. Finalmente, todos los seres humanos, individual y colectivamente, realizaremos todo nuestro potencial.
Esto no es un “SUEÑO”. Es un PLAN.