PUERTO RICO— Los estudiantes protestan contra los masivos recortes presupuestarios en la Universidad de Puerto Rico en mayo de 2017, resultado de la crisis de la deuda pública fabricada por el imperialismo estadounidense.
Tras el devastador golpe del huracán María a la isla, casi toda la población carece de electricidad – tal vez por meses. Los suministros de alimentos, medicinas y agua potable se están agotando. La clase obrera, usando toda la creatividad y la colectividad que puede reunir, se encuentra en una situación desesperada.
La respuesta racista-capitalista de Trump: “Gran parte de la isla fue destruida, pero lamentablemente tenemos que lidiar con los miles de millones de dólares que se deben a Wall Street y los bancos”.
La clase obrera puertorriqueña no debe NADA a Wall Street ni a los bancos, los cuales los han estado explotando y extorsionando por más de un siglo. Son rehenes del imperialismo de EEUU que, por ley, les cobra 20% más que los precios del continente por los bienes de consumo.
Eso es $7 mil millones adicionales por año, de los cuales el 85% va a las corporaciones de EEUU. El ingreso familiar mediano en Puerto Rico es la MITAD del de Misisipi—el estado más pobre de EEUU.
En 2008, Puerto Rico recibió un total de $4.6 mil millones en ayuda federal. Ese mismo año, envió $71.6 mil millones de regreso a la economía estadounidense, en su mayoría ganancias. Cada centavo de las ganancias patronales proviene de la explotación del trabajo de los trabajadores. Unos 72,000 trabajadores industriales en Puerto Rico producen casi la mitad de su producto interno bruto.
¿Cómo deben los trabajadores “lidiar con” Wall Street y los bancos? Mediante la movilización de masas para una sociedad comunista donde nuestra colectividad y creatividad no serán controladas por el dinero y los mercados. Ahora, después del huracán María, eso es más urgente que nunca.
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