Protesta en las calles de Saint Louis, Missouri, Septiembre del 2017
Los atletas todavía se arrodillan en los campos del fútbol estadounidense en todo EE.UU. Las masas siguen manifestándose en Saint Louis.
La ira antirracista corre más profunda y ampliamente entre las masas de lo que los medios de comunicación patronales nunca se atreverán a publicar. No lo sabrías por la prensa patronal, pero a pesar de 307 arrestos, gases lacrimógenos y de pimienta y ataques brutales televisados, las masas siguen en las calles de Saint Louis.
Protestan la absolución de Jason Stockley, el policía blanco que mató al conductor negro Anthony Lamar Smith, luego de una persecución en la que le dijo a su compañero: “Vamos a matar a este hijo de p***”.
El asesinato policial rutinario e impune de hombres y mujeres negras es el ejemplo más descarado del brutal racismo que domina a todas y cada una de las instituciones capitalistas. El racismo divide a la clase trabajadora. Ataca más duramente a los obreros no blancos. Es crucial para el capitalismo mundialmente.
El racismo es la punta de lanza de los crecientes ataques fascistas contra toda la clase obrera. El Estado capitalista -y sus policías- están absolutamente dedicados a enforzar este sistema asesino y sus asesinatos racistas diarios.
El racismo surgió con el capitalismo y el imperialismo lo difundió por todo el mundo. Los destruiremos juntos. Construiremos una sociedad basada en la colectividad y la cooperación, donde planificaremos juntos la producción y cómo garantizar que todos obtengan lo que necesitan. Libres de la necesidad de competir por trabajos para sobrevivir, y de la distinción racista y artificial entre el trabajo “manual” y “mental”, cambiaremos la historia. Barreremos el racismo de la faz de la tierra.
Los medios patronales encubren lo que pasa en Saint Louis, pero dan gran publicidad a las protestas de la Liga Nacional de Fútbol. Los futbolistas, siguiendo el ejemplo de Colin Kaepernick, se arrodillan durante el himno nacional para protestar contra la opresión y el asesinato sistemático de personas negras.
Trump ha pedido que despidan a estos atletas. La prensa ha seguido su ejemplo, encubriendo el tema del racismo que motiva estas protestas, y desviando la discusión hacia el patriotismo.
La semana pasada, Pence, el vicepresidente EEUU, abandonó el estadio por protestas de los jugadores de la NFL los cuales se hincaron durante el himno nacional. Los veteranos de guerras y otros, por otro lado, argumentan que la protesta es patriótica.
¿De quien son las calles? ¿De quien es la bandera?
Durante la tercera noche de protestas en Saint Louis, los policías al desalojar las calles se burlaban de la multitud coreando: “¿De quien son las calles? ¡Nuestras calles!” Los manifestantes a menudo corean esto cuando se toman temporalmente las calles desafiando a la policía. Pero en realidad, las calles—como todas las instituciones del Estado capitalista—pertenecen a los capitalistas y a sus policías.
A veces en grandes manifestaciones podemos desafiar a la policía y tomarnos las calles. Eso es porque no quieren sacar a relucir el puño de hierro, que encubre su democracia o sea su dictadura de clase, mediante el uso de la violencia masiva contra las masas. Los liberales burgueses han criticado a estos policías, diciendo que es importante que el gobierno y la policía mantengan la apariencia de ser neutrales. Pero este eslogan expuso la verdad del dominio de clase. Las calles serán de ellos mientras no organicemos una revolución comunista armada y las tomemos de una vez por todas para las masas obreras. Los obreros industriales y soldados, no atletas profesionales, serán clave para esta lucha.
Es lo mismo con la bandera. “La Bandera Estrellada”, la bandera que alaba el himno nacional de EEUU, no es nuestra bandera. Toda bandera nacional es la bandera de la clase dominante. Los trabajadores no tenemos patria ni nación ni himno nacional. Nuestra bandera es la bandera de la clase obrera internacional: la bandera roja del comunismo. Nuestro himno es La Internacional. El patriotismo es la ideología de los capitalistas. Lo usan para convencernos de que tenemos intereses comunes con nuestros opresores, y para enviarnos a sus guerras para que matemos y muramos por sus ganancias.
La lucha contra el terror policial racista debe atacar la causa—el capitalismo. Los gobernantes nunca dejarán de aterrorizarnos y matarnos. Tenemos que acabar con ellos y su sistema y luchar por un futuro comunista donde finalmente podamos construir un mundo libre de racismo y policías asesinos.
En un mundo comunista, las calles serán nuestras. Continuaremos juramentando nuestra lealtad a la clase obrera internacional. Juntos trabajaremos y superaremos los daños que el racismo nos ha causado.
Las masas en Saint Louis, todas aquellas que por todo EEUU han permanecido en las calles protestando los asesinatos policiales racistas y las masas en pie de lucha en todo el mundo contra el capitalismo racista en todas sus formas, nos dan la confianza de que la clase obrera, armada con ideas comunistas, puede derribar este sistema asesino y construir el futuro que merecemos.
Ciudad de México, juegos Olimpicos 1968: Los estadounidenses Tommie Smith y John Carlos y el australiano Peter Norman, ganadores de las medallas de oro, plata y cobre en carrera, y parte del Proyecto Para los Derechos Humanos, protestan contra el racismo y la pobreza durante el himno nacional de los EEUU.