El Salvador es uno de los países más pobres de América Latina, con un alto grado de miseria, crimen y superexplotación. Pero con una clase obrera, campesina y estudiantado muy combativo.
Hace 8 años estas masas tenían la ilusión que el FMLN (ex-grupo guerrillero) en el poder cambiaría las cosas y un futuro mejor brillaría para la clase trabajadora.
Ahora, después de 8 años de gobierno del FMLN, nada relevante ha cambiado en el sistema capitalista. Pero el descontento de las masas sí. Hoy nuestra tarea no es solo desenmascarar a los electoreros, si no movilizar a más y más a la lucha por el Comunismo.
Un grupo de capitalistas quieren dirigir el descontento de las masas en contra del capitalismo y sus partidos electoreros, ARENA y FMLN, buscando un nuevo dirigente “independiente”.
Nayib Bukele, burgués y alcalde de San Salvador, es la figura política más mediática y de más arrastre en la actualidad en la política electoral salvadoreña.
Su expulsión del fmln y su lanzamiento como candidato “independiente” para las elecciones presidenciales del 2019 ha generado un revuelo momentáneo en todo el país, ya que Bukele era una de las cartas ganadoras del fmln para estas elecciones. Hace dos años todos aseguraban que Nayib iba a ser el candidato a la presidencia del fmln. Poco a poco fueron disminuyendo sus posibilidades, pero nunca fue descartado, era la única razón por la cual no lo expulsaban. Bukele ha realizado críticas al fmln (sin un análisis materialista del proceso de la izquierda en el país y desde su perspectiva de burgués) atrayendo a miles de personas fuera y dentro del país.
Debemos enfrentar y cuestionar estas “Nuevas Ideas” que no ayudan en nada a la organización de la clase trabajadora, ni a un verdadero proceso revolucionario.
Bukele busca crear una organización “sin líderes y vertical” donde todos pueden ser parte si “quieren lo mejor para el país”, ó sea, lo que él cree que es lo mejor. Si estos dos periodos del fmln nos han demostrado que ganar elecciones y ocupar cargos en el estado burgués no es ninguna victoria para la clase trabajadora, las masas no deben confiar esta vez en un burgués aventurero.
Cuando el fmln presentó a Mauricio Funes como su candidato presidencial en el 2007, como comunistas llamamos a la clase trabajadora a no caer en las falsas esperanzas de un cambio, a 8 años de que el fmln llegara al ejecutivo (tercer año de su segundo periodo) todas esas esperanzas se han diluido.
En este contexto será necesario que las colectivas del Partido discutan sobre las principales razones del desencantamiento de las masas con el fmln y la inclinación de una parte de las masas hacia el proyecto de Bukele, partiendo desde el análisis comunista que por años hemos construido colectivamente como miembros del PCOI. El simple hecho de que las masas estén desligadas de los partidos electorales no es una oportunidad si no estudiamos las causas de este distanciamiento.
La clase trabajadora ha experimentado procesos revolucionarios de cambio en todo el mundo, estos nos han enseñado grandes lecciones para construir la organización del proletariado que logre eliminar la base material del capitalismo, y construir una sociedad comunista. Se ha producido material intelectual para entender y comprender más profundamente estos procesos.
Cómo PCOI llevamos nuestro plan, nuestro proyecto y nuestra línea política para movilizar a las masas para el comunismo a través de Bandera Roja. Esta es nuestra herramienta que nos permite relacionarnos con las masas y escuchar sus cuestionamientos, críticas y descontentos con los procesos de izquierda en el pasado (alguno de los cuales nosotros también hemos cometido) y fortalecer la línea con su experiencia y tratar de sumar cada vez más miembros a nuestras células.
Hacer masivas nuestras ideas y nuestro partido es nuestra tarea en todo momento. Sólo la organización masiva de la clase trabajadora creará las nuevas relaciones sociales y la estructura donde se construirá la nueva sociedad comunista. Es necesario que fortalezcamos nuestras células, nuestros grupos de estudio y nuestro periódico. Ya no podemos seguir esperando nada de un proyecto como el del fmln o burgueses con complejos de Mesías. Nuestra organización, nuestro partido, nuestra nueva sociedad.