En los Estados Unidos, en las últimas semanas, docenas de mujeres han acusado a hombres poderosos, figuras del entretenimiento y polítiqueros, de acoso y agresión sexual. Las mujeres (y algunos hombres) de todo el mundo también se han expresado. Con hashtags como #MeToo, #YoTambien, #Quellavoltache y #Balancetonporc, acusan a los hombres de abusar de su poder, especialmente en el lugar de trabajo, para llevar a cabo ataques sexuales, verbales y físicos. Cuando el diario China Daily publicó un artículo afirmando que el acoso sexual era un problema occidental, las mujeres chinas hablaron y revelaron que, en un estudio de 2013 del boletín China Labor, el 70% de las obreras fabriles en la ciudad sureña de Guangzhou dijeron que habían tenido acosadas sexualmente en el trabajo.
Si bien puede haber un cambio en lo que los hombres, que están a la vista del público, pueden salirse con la suya, el sistema salarial hace que todas las mujeres trabajadoras sean vulnerables al acoso sexual. Una declaración de obreras agrícolas latinas de la organización estadounidense Alianza Nacional de Campesinas refleja esta realidad. “Compartimos la experiencia común de ser atacadas por personas que tienen el poder de contratar, despedir, poner en la lista negra y amenazar nuestra seguridad económica, física y emocional”. En el capitalismo, las mujeres se ven obligadas a tolerar el asalto sexual y el acoso sexual en todas sus formas para sobrevivir
La sociedad comunista pondrá fin a la base material de estos ataques poniéndole fin a los empleos. Terminar con el dinero y el sistema salarial significará que no habrá más jefes. Nadie se verá obligado a tolerar un trato humillante y degradante para sobrevivir. En lugar de tener que encontrar un empleo, y aguantar lo que el patrón o supervisor requiera de uno para mantener el empleo, trabajaremos juntos para producir lo que necesitamos.
Las mujeres tampoco se verán obligadas a sufrir abuso doméstico por parte de sus maridos porque es él es el sustento económico de la familia. Nos organizaremos en colectivos para compartir los frutos de nuestro trabajo. Nadie será obligado a permanecer en una relación abusiva debido a la necesidad económica.
Pero no será automático. La historia del movimiento comunista muestra que será necesaria una lucha política fuerte para acabar con las prácticas sexistas que heredaremos del viejo orden social. Un ejemplo proviene del libro Fanshen de William Hinton, basado en las experiencias del pueblo chino de Long Bow después de la revolución. Los hombres en posiciones de liderazgo del Partido abusaron de su poder para tomar ventaja sexual de las mujeres, además de otras formas de comportamiento corrupto e individualista. Esto estaba lo suficientemente extendido en Long Bow que el liderato del partido lo toleró durante bastante tiempo.
Finalmente, una joven expuso el comportamiento abusivo de su esposo y solicitó el apoyo de la aldea para solicitar el divorcio. Una movilización masiva de mujeres la apoyó y luego denunció los abusos de poder que habían resultado en el abuso sexual de mujeres, tanto por parte del partido como por los maridos de muchas mujeres. Las mujeres comunistas tomaron la iniciativa al hacer esto, pero la movilización requirió la participación masiva y activa de toda la aldea para cambiar la dinámica de poder entre hombres y mujeres.
Cuando tomemos el poder, la lucha se intensificará para eliminar los residuos de las ideologías y prácticas capitalistas en el Partido y las masas. El Partido tomará el liderazgo en esa lucha. La lucha contra el sexismo es similar a la lucha contra el racismo. Estas ideologías capitalistas dividen a la clase trabajadora. Para luchar por el comunismo, debemos superar esas divisiones. Nunca podremos destruir el capitalismo y construir una sociedad comunista mientras no lo hagamos. Sin embargo, para ganar la victoria final sobre el sexismo, tendremos que borrar su base material: el capitalismo.
El sexismo nació con la propiedad privada y la sociedad de clases. La cultura sexista ha justificado las relaciones desiguales de poder, ha degradado el potencial intelectual de las mujeres y fomentado la violencia sexual en todas las sociedades de clase.
El capitalismo ha usado el sexismo para intensificar la explotación de hombres y mujeres, al superexplotar a las mujeres trabajadoras, especialmente a mujeres no blancas, aprovechando además su trabajo doméstico no remunerado. La cultura sexista ha mercantilizado los cuerpos de las mujeres, usando el sexo para vender todo, desde autos hasta pasta de dientes.
La sociedad comunista nacerá con las marcas de nacimiento de la sociedad de la que surgió. Hombres y mujeres en la sociedad capitalista han internalizado las normas sexistas. Las mujeres han sufrido agresiones sexuales, tanto de sus hermanos de clase como de los patrones.
Pero, a lo largo de la historia, las mujeres también han desempeñado un papel clave en los movimientos revolucionarios en Rusia, China, Sudáfrica y América Latina. En nuestro propio Partido, las obreras de las maquilas en El Salvador y las mujeres jóvenes en Estados Unidos y México están dando liderazgo comunista. Luchando contra el sexismo en nuestro Partido y hacer de la lucha contra el sexismo una cuestión masiva en nuestro trabajo político fortalecerá el liderazgo de las mujeres, el Partido y las masas en general.
Invitamos a las trabajadoras de todo el mundo, que abiertamente confrontan el comportamiento sexista, a unirse a nosotros para movilizar a las masas para el comunismo. El movimiento comunista internacional necesita tu ira y energía en la lucha contra el sexismo. Y tú necesitas un mundo comunista, donde la eliminación del sistema salarial nos permitirá ganar la victoria final contra el sexismo y todas las formas de opresión.
Asesinatos de Mujeres en México en Centroamérica
En México han sido asesinadas más de 10,000 mujeres desde el 2012 al 2017, estas son nuestras hermanas de clase. Mostrando que cada día se pierden 6 ó 7 vidas de mujeres. En varias ciudades se tiene un índice de asesinatos más alto que los países del triángulo norte de Centroamérica (Honduras, El Salvador Y Guatemala) calificados por la organización Small Arms Survey entre los 12 países más peligrosos del mundo para ser mujer. La mayoría han sido asesinatos en forma violenta ya sea a balazos, descuartizadas, violadas, asfixiadas o golpeadas hasta morir.
Entre 1985 y 2009 murieron asesinadas 34,176 mujeres en México. La tendencia al alza sigue en aumento. En el Estado de México es donde más mujeres fueron asesinadas, entre 2000 – 2009 hubo 2,881. Cada 15 segundos una mujer es agredida y cada 9 minutos una mujer es violada en todo México. Esto no es un producto de un “machismo ofendido”, sino de un sistema capitalista en decadencia. Esto llama por una revolución comunista para ponerle fin a este sistema sexista.