Socialismo Versus Comunismo: Respondiendo a Preguntas de Obreros

Los Ángeles—USA— “Qué pasa con Venezuela”, me preguntó un chofer de camiones (trailero), durante una discusión política. Él es parte de una gran familia de varios traileros y varias mujeres costureras. Hace unos años, 10 de ellos participaron en una Cena Pro-Primero de Mayo del PCOI.

“Venezuela no es comunista, es capitalista. Y su crisis es la crisis del capitalismo”, le contesté. Luego le expliqué sobre el papel del petróleo, compra y venta, y la explotación de la clase trabajadora. Y que Venezuela está en medio de una pelea inter-imperialista entre Estados Unidos por un lado y China y Rusia, por el otro.

Venezuela es el país con más reservas petroleras en todo el mundo y todos los imperialistas quieren controlar esa riqueza. Pero para sacar ese petróleo al mercado se necesita inversiones millonarias, las cuales la clase capitalista venezolana no tiene y necesita a los imperialistas, en este caso el presidente Maduro se inclina a los imperialistas rusos y chinos. Los imperialistas de EE. UU. no están contentos con eso, ya que ellos eran los que anteriormente controlaban esa riqueza petrolera.

Durante la época de Hugo Chávez y su Socialismo Siglo 21 el precio del petróleo estaba a más de $100 el barril, y Chávez pudo dar algunas reformas a los trabajadores, mientras sus amigotes se hacían multimillonarios. Pero, EE.UU. y Arabia Saudita hicieron un trato para bajar el precio del petróleo a un promedio de $50 dólares por barril, para atacar a Venezuela, Irán y Rusia. Debido a eso, la crisis de Venezuela se ha agudizado y las masas han sido las más afectadas.

“¿Y qué de Cuba, Rusia y China, son comunistas?”, me preguntó.

Nos enfrascamos en una discusión sobre la base del comunismo, donde dependeremos de la producción colectiva en beneficio de los mismos trabajadores, por lo tanto, no necesitaremos dinero, ni bancos, ni patrones, ni fronteras. El socialismo (capitalismo de Estado) en esos países dejó las raíces del capitalismo, el dinero, los bancos y la explotación, y es lo que vemos hoy en día.

Le mencioné que no es la primera vez que la humanidad puede vivir así. Por miles de años antes de las sociedades de clases, los humanos vivieron en una sociedad comunista, donde compartían todo.

Luego él dijo, “sería bonito vivir así, pero la gente no entiende. Aunque, donde yo crecí sembrábamos maíz, otros sembraban otras cosas y las compartíamos. Pero, ¿qué pasará con las personas que no quieran trabajar?” Hablamos sobre la lucha colectiva y algunos ejemplos de China a ese respecto.

Mi amigo estaba investigando, haciendo muchas preguntas. Sus desacuerdos y dudas todavía están por salir más adelante.

“¿Qué te hace pensar así?”, le pregunté.

“Lo que veo en la vida no me gusta, quisiera algo diferente”, me contestó. Luego pregunto, “¿Cuantos miembros tienen?”

“Contigo seremos uno más”, le contesté.

Lo invité a participar con nosotros en reuniones y actividades y a ver la necesidad del comunismo como lo primario. Él se sonrió y contestó, “déjeme pensarlo.” Dejaba la puerta abierta a discusiones futuras y a una lucha donde él puede convertirse en un líder dentro de su familia y la clase trabajadora internacional. Se llevó Bandera Roja, y dando nuevas oportunidades para el crecimiento del PCOI.

Primera página de esta edición

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