EL SALVADOR. “Hay que tener cuidado no se debe atacar al compañero sino al sistema capitalista”, señaló un trabajador que asistía por primera vez a una reunión del partido.
En algún lugar de la costa del Pacífico salvadoreño, se reunió la colectiva industrial del PCOI. A esta reunión asistieron camaradas de tres diferentes fábricas textiles, maestros y estudiantes. En un contexto donde los ataques patronales se intensifican, es necesario continuar con estas actividades para el desarrollo político de todos los miembros de nuestro partido.
Empezamos la reunión con un informe internacional, analizando las contradicciones entre los capitalistas en Estados Unidos, su relación con Rusia y las políticas migratorias de la administración de Trump y como esto se relaciona directamente con los trabajadores en El Salvador. Muchos trabajadores de las maquilas han emigrado o intentan emigrar hacia los Estados Unidos. La deportación de salvadoreños y la intensificación de las fuerzas represivas contra los migrantes harán que muchos de estos regresen o se incorporen a las maquilas. Estos trabajadores han sentido en carne propia la brutalidad del capitalismo ¡Necesitamos organizarlos por el Comunismo!
“¿Cómo se imaginan la vida en el Comunismo?” es una pregunta común en estas reuniones pero cada vez hay nuevas opiniones al respecto, hablamos sobre como el transporte en el Comunismo será organizado para evitar tráfico, contaminación y pérdida de tiempo. Empezamos a construir las ideas de cómo sería la vivienda en la nueva sociedad comunista, complejos habitacionales colectivos donde tengamos cubiertas nuestras necesidades básicas y cerca de los centros de producción.
Esta discusión encendió los ánimos de los compañeros y compañeras de la maquila. Cada uno de ellos expresó su inconformidad con el sistema. Las agresiones verbales, la tabla de producción, horas extras sin pago, artimañas en los salarios y muchas cosas más enfurecían a nuestros camaradas. “Los supervisores nos dicen que antes trabajamos más rápido y nos pagaban menos” dijo una trabajadora industrial. Los patrones y sus ratas supervisoras presionan cada vez más a los trabajadores con la excusa del aumento salarial. “Yo no me dejo, yo le digo que si ella quiere poner a alguien más, que lo haga, pero yo no me voy a estar matando por un dólar más” expresó una compañera.
Continuamos la reunión leyendo colectivamente un artículo de Bandera Roja. Estudiamos el artículo sobre la distribución de volantes comunistas en las afueras del complejo industrial donde se encuentra nuestra célula. Los camaradas obreros contaron que la mayoría de nuestra propaganda llego a manos de una fábrica donde actualmente los trabajadores están siendo maltratados verbalmente y la producción está siendo manejada de forma extraña para pagar un salario más bajo.
En esta ocasión, una de las líderes comunistas de la célula industrial hizo un llamado a todos a estar atentos a estos ataques y a cuidarse las espaldas. Usualmente, son nuestros referentes (camaradas) los que responden ante situaciones de este tipo, sin embargo, ellos mismos hacen el llamado a responder de forma colectiva a los ataques patronales.
La situación dentro de las fábricas es difícil y requiere de un trabajo colectivo entre los miembros del partido dentro y fuera de ellas. La distribución de nuestra propaganda se consolida poco a poco, nuestro siguiente paso es crear nuevos escritores para Bandera Roja y a la vez aumentar el número de lectores.
Terminamos la reunión planificando el Primero de Mayo Comunista. Hablamos de nuestras experiencias en años anteriores y puntos específicos a mejorar esta vez. Se planea aumentar el número de trabajadores, campesinos y estudiantes que marchen bajo las banderas rojas de nuestro Partido. Los trabajadores y trabajadores se apropian cada vez más de las ideas comunistas, estamos seguros de estar del lado correcto de la historia.