19 de abril – Miles de personas en EE.UU. y en otros países “Marcharán por la Ciencia” el 22 de abril. Marcharán por la alegría de explorar el mundo natural y nuestro lugar en ello. Marcharán por la creación de nuevas tecnologías que potencialmente pueden extender y mejorar nuestras vidas. ¡Pero, un momento! ¿Por qué piensan que tienen que marchar por esto?
Están marchando debido a que existe en EE.UU. “una tendencia alarmante hacia desacreditar el consenso científico y restringir el descubrimiento científico”. La marcha apoyará al 99% de científicos del mundo que dicen que la actividad humana – en realidad el capitalismo – es responsable por el calentamiento global.
El gobierno de Trump-Pence y los republicanos en el Congreso están amenazando con recortes importantes de fondos para la investigación científica, incluyendo la ciencia del clima y la investigación médica. Su creencia declarada en “hechos alternos” (mentiras convenientes) contradice los principios básicos de la investigación científica. Sirve a intereses capitalistas poderosos que se lucran enormemente de ocultar la verdad.
Las grandes corporaciones usan su dinero y poder político para suprimir o atacar a la investigación que perjudica sus ganancias. Las compañías petroleras no quieren limitaciones a los combustibles fósiles. Las compañías de cigarrillos quieren seguir matando a las personas con tabaco. La Liga Nacional del Fútbol Norteamericano ataca a investigadores que prueban que este deporte ocasiona lesiones cerebrales.
Grupos religiosos tratan de impedir la enseñanza de la evolución biológica y la investigación de las células madres, como lo hizo la administración de G. W. Bush. La religión no es la única amenaza al materialismo científico, el cual es opuesto por el idealismo de muchas maneras. Las religiones insisten en la verdad absoluta de los textos que creen ser sagrados. La ciencia, por el contrario, reconoce que el mundo está siempre cambiando y nuestro conocimiento es siempre incompleto. El conocimiento que tenemos está siempre basado en experimentos y observaciones prácticas, no en la revelación divina.
Pero muchas teorías académicas seculares liberales son también idealistas y anti-ciencia. Los estudiantes universitarios suelen ser instruidos en “interpretar textos” sin referencia alguna a la realidad social o material. El modelo capitalista de “división del trabajo”, aplicado al conocimiento humano, crea esta contradicción entre las “humanidades” y las “ciencias”.
El asalto a la ciencia no es simplemente el producto de capitalistas avaros y religiosos reaccionarios. Es una característica general de la crisis del capitalismo mundial, de fascismo, de un cadáver apestoso que necesita ser enterrado – ¡lo más pronto posible!
Ciencia y las Sociedades de Clases
Los seres humanos hemos aprendido de nuestras interacciones con el resto del mundo natural mientras desde que empezamos a andar en la tierra. Pero con el surgimiento de las sociedades de clases se dio una división entre el conocimiento “popular” y el conocimiento “sacerdotal” o elitista que separaba la práctica de la teoría. La teoría estaba dominada por la ideología religiosa que servía a los gobernantes. El conocimiento práctico de cosas como la agricultura y la partería se volvió “tradicional” en vez de innovador.
Esto comenzó a cambiar con el aumento del comercio en el mundo islámico (de África a Asia oriental) entre 700 y 1300 DC. Los califas abasíes usaron su creciente riqueza para apoyar a estudiosos que realizaban estudios del mundo real sobre medicina, luz y óptica, geografía y otros temas.
A medida que el capitalismo mercantil se extendía a Europa, estas primeras semillas científicas comenzaron a germinar. Por ejemplo, los amoladores de lentes inventaron telescopios para proporcionar una ventaja competitiva en la detección de buques de carga. Galileo volteo el suyo hacia el cielo. Él revolucionó nuestro entendimiento de nuestro lugar en el universo.
Cuando el capitalismo industrial se impuso al capitalismo mercantil en el Siglo 19, la ciencia como la conocemos realmente se disparó. La competencia capitalista hizo primaria la innovación y, por lo tanto, la investigación. La física y la química avanzaron para servir los intereses capitalistas, como lo hacen ahora la medicina y la biología.
Gran parte de ese conocimiento podría serles útil a las masas cuando tomemos el poder. En la sociedad capitalista, sin embargo, siempre ha sido la clase obrera la que más sufrido de la contaminación industrial, las enfermedades y lesiones en los puestos laborales y la reducción del trabajo a rutinas sencillas. El capitalismo ha excluido a masas alrededor del mundo de cualquier beneficio que fluya de su ciencia.
Y la ciencia capitalista es fundamentalmente incapaz de ayudarnos a entender la sociedad. La sociología, economía, “ciencia política” y el resto de lo que enseñan están comprometidos con mantener la sociedad actual, no en cambiarla. Sólo podemos entender la historia – el cambio social – a través de los lentes del materialismo dialéctico comunista.
Entendemos el entusiasmo que muchos sienten por la ciencia. Pero el comunismo eliminará las cadenas puestas a la ciencia para servir a las ganancias. Involucrará a las masas obreras en reconectar la teoría y la práctica en el contexto de la producción industrial y más allá. Desatará la imaginación y el potencial creativo de miles de millones de trabajadores, que avanzarán la ciencia mucho más allá de lo que tenemos hoy día.
Por lo tanto, decimos: para Marchar para la Ciencia… ¡Marchemos por el comunismo! ¡Marchemos el 1º de Mayo con el Partido Comunista Obrero Internacional.