Elecciones: Trampa Mortal para los Obreros y Obreras

Organicémonos en el PCOI y Luchemos por una Sociedad Comunista

MÉXICO–El 4 de junio se llevarán a cabo las elecciones por las gubernaturas de los Estados de Coahuila, México, y Nayarit. Con las promesas y mentiras de siempre, los politiqueros capitalistas mexicanos lanzaron sus candidaturas y empezaron sus campañas.

Los trabajadores debemos estar claros que ningún partido capitalista cambiará nuestra situación. Necesitamos construir nuestro propio Partido, el Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI), para destruir a los capitalistas, acabar con su dinero y esclavitud asalariada y construir un mundo sin fronteras ni naciones donde nuestras necesidades sean satisfechas.

También es necesario entender las dos funciones importantes que funge el circo electorero capitalista. Ambas buscan impedir que nos movilicemos para la revolución comunista.

Primero, las elecciones sirven para que los capitalistas diriman sus desacuerdos sin irse a una guerra civil. Guerras civiles, con millones de obreros y campesinos armados como en la Revolución Mexicana de 1910, crean el potencial para una revolución comunista.

Segundo, las elecciones sirven para encausar hacia el callejón sin salida de las urnas la ira y odio de nuestra clase contra el capitalismo. En vez de revolución armada por el comunismo quieren que votemos por “su cambio pacífico”.

MoReNa es el partido de moda porque mejor puede engañarnos con su política populista. También, su programa coincide con los intereses económicos y políticos de un importante sector de capitalistas mexicanos y sus aliados imperialistas.

MoReNa les es mucho más útil ahora que la disputa por los negocios capitalistas se agrava. Esta lleva a guerras más amplias y eventualmente a la guerra mundial, también urge a nuestra clase conformar su partido mundial, el PCOI.

Los voceros capitalistas quieren engañarnos diciendo que los imperialistas grandes pueden repartirse el mundo pacíficamente. Lenin refutó esta idea diciendo que la guerra entre las grandes potencias es inevitable. La Primera y Segunda Guerra Mundial lo confirmaron.

Pero, las guerras y crisis capitalistas abren oportunidades para emanciparnos de las cadenas de la esclavitud salarial, como lo confirmaron nuestros hermanos/as rusos y chinos. Ambos hicieron una revolución, los primeros en 1917 durante la 1ª Guerra Mundial, los segundos poco después de la 2ª Guerra Mundial. Su error fue luchar por el socialismo en vez del comunismo.

La crisis capitalista mundial actual acerca más nuestra oportunidad, no cometeremos los errores del pasado. La experiencia colectiva de los trabajadores en todo el mundo nos asegurará un futuro donde todos contribuyamos según nuestro trabajo y disfrutemos colectivamente de sus productos.

Como en Siria (ver artículo Pág. 12), en México los bandos capitalistas criollos y sus respectivos aliados imperialistas se disputan el control de la fuerza laboral de nuestra clase, la riqueza petrolera, manufacturera y de materias primas.

Bajo el ataque de los imperialistas de EE.UU. encabezados por Trump, los capitalistas en México han vuelto sobre la DIVERSIFICACIÓN de sus negocios: buscar inversiones distintas a las de EE.UU., “fortalecer el mercado interno” al tiempo que se sostienen las exportaciones; las cuales tampoco deben enfocarse solo a EE.UU.

La pelea actual con respecto al Tratado de Libre Comercio (TLC), es porque el imperio estadounidense quiere negarles privilegios de TLC a los otros manufactureros extranjeros en México, especialmente a los productores de carros, alemanes, japoneses y chinos.

No ven con buenos ojos que el grupo Atlacomulco, uno de los pilares del Partido Revolucionario Institucional (PRI) haya realizado negocios con industrias europeas como Daimler-Benz, o hayan firmado contratos con China para construir el tren de alta velocidad que iría de la ciudad de México a Querétaro, o el fallido “Dragón mall” en Cancún; ambos detenidos por presión de EE.UU.

Además, los patrones de EE.UU. están perdiendo grandes ganancias en la industria automotriz, desplazados por imperialistas europeos, japoneses y ahora chinos, ésta vez produciendo autos en Ciudad Sahagún, con inversión conjunta de Carlos Slim – el capitalista mas rico de México.

Los imperialistas rivales de EE.UU. no se cruzarán de brazos, China ofreció su apoyo si EE.UU. se retiraba del TLC, los europeos dijeron que no sacarían sus industrias de México, aun si se les imponía un arancel del 35%.

La devaluación del peso, que golpea duramente a nuestra clase, beneficia a los capitalistas criollos e inversionistas imperialistas porque los productos ensamblados en México se venden más en USA y el resto del mundo.

Como podemos ver, la fidelidad capitalista es solo al dinero y mantenernos explotados. Nuestra fidelidad es a nuestra clase y a la revolución comunista que destruirá el capitalismo para siempre.

Te invitamos a unirte al esfuerzo de la construcción del PCOI. ¡Organízate con nosotros para darle la estocada final al capitalismo y juntos construir un mundo comunista!

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