Los Comunistas Deben Permanecer con las Masas y Movilizarlas Para el Comunismo
El odiado zar ruso había abdicado. El gobierno provisional pro-capitalista, que incluía a los mencheviques (socialistas), había promulgado reformas políticas liberales.
Pero los soldados rusos aún morían en el frente. Los obreros urbanos pasaban hambre debido a la escasez de alimentos y la manipulación de precios. Los campesinos esperaban en vano la tierra prometida.
Los soviets de los obreros, soldados y campesinos se multiplicaron. Los anarquistas y socialistas lideraban la mayoría de ellos. Pero el apoyo a los bolcheviques (comunistas) crecía entre los soldados, marineros y obreros de la capital, Petrogrado.
El Congreso de los Soviets se reunió el 3 de junio en Petrogrado. Una fuerte lucha política estalló.
Los mencheviques, defendiendo al Gobierno Provisional, querían desarmar a los soviets de los soldados dirigidos por los bolcheviques. Los bolcheviques (13% de los delegados votantes) rechazaron el gobierno y exigieron “todo el poder a los Soviets”. Los mencheviques ganaron el Congreso, pero no a las masas.
Los bolcheviques llamaron por una manifestación masiva. Los mencheviques, apoyando una prohibición gubernamental, les dijeron a los obreros fabriles que se mantuvieran alejados. Los obreros estaban enfurecidos.
Los cosacos rechazaron los llamamientos mencheviques para ayudar a aplastar a los bolcheviques. Las unidades militares enteras siguieron el liderato bolchevique. Acordaron apoyar la prohibición sólo porque los líderes bolcheviques les pidieron que lo hicieran. Los obreros y marineros querían luchar por el poder soviético – la demanda bolchevique – pero los líderes del partido los retuvieron.
Los mencheviques, aislados, abandonaron su demanda de desarme. Llamaron para una manifestación el 18 de junio. Ese día, el gobierno lanzó una ofensiva bélica fresca y desastrosa. Los bolcheviques dirigieron marchas anti-guerra, con 400,000 participantes en total, en las principales ciudades rusas.
Los obreros de Putilov, una fábrica de municiones se declararon en huelga. Los bolcheviques organizaron a obreros de otras 70 fábricas para reunirse con ellos. Pero pidieron “moderación”, esperando el apoyo, que no llegaba, del Congreso de los Soviets.
Soldados y Marineros Comunistas: Claves para la Revolución
Masas de soldados y marineros exigían el derrocamiento inmediato del gobierno. Divisiones enteras fueron arrestadas por desobediencia. El 1er Regimiento de Ametralladoras desafió las órdenes de ir al frente. Se reunieron para discutir la insurrección armada, y luego marcharon sobre Petrogrado.
El Comité Ejecutivo Soviético era ahora parte del Gobierno Provisional. Les dijo a los soldados que se fueran a casa. En vez de esto, marcharon, armados, a las fábricas. Pronto decenas de miles demandaban enérgicamente “¡Todo el poder a los soviets!”
Los bolcheviques organizaron comida y alojamiento para los soldados rebeldes. Desafiando los deseos de los líderes del partido, la Organización Militar Bolchevique ayudó a difundir la revuelta a los distritos obreros y a los marineros de Kronstadt. Ellos también llamaron por el derrocamiento del Gobierno Provisional. El 2º Regimiento de Ametralladoras y el 3º de Infantería se unieron a la rebelión.
Los líderes bolcheviques trataron de calmar las cosas. Pero en la noche del 3 de julio, miles de obreros marcharon al cuartel general bolchevique. El comité del partido en Petrogrado entonces revirtió su posición. Se unió a la Organización Militar Bolchevique para dirigir la manifestación. Pero los líderes del partido todavía trataban de canalizar la protesta hacia la elección de delegados para presentar demandas al Gobierno Provisional.
Para entonces, el Partido Bolchevique en Petrogrado había pasado de 2000 miembros (en febrero) a más de 32.000.
Los socialistas y los capitalistas del Gobierno Provisional atacaron a los bolcheviques por el levantamiento masivo. Organizaron tropas de las provincias para que llegaran a suprimirla. Ellos atacaron a las masas, matando a cientos. Destruyeron las prensas bolcheviques, que seguían pidiendo moderación.
Cientos de miles de trabajadores estaban en la calle, en una huelga general masiva, bajo el lema bolchevique de “todo el poder a los soviéticos”. ¡Pero los soviets no querían el poder!
Algunos bolcheviques abogaban por que su partido dirigiera la las masas a la revolución. La mayoría, incluyendo a Lenin, pensaban que no estaban preparados.
En cierto sentido no lo estaban, pero no por las razones que pensaban. No habían preparado a las masas para el poder COMUNISTA. Habían aplazado cualquier discusión masiva sobre cómo sería la sociedad comunista. De este modo, desarmaron ideológicamente a las masas revolucionarias.
Imagínense si el lema bolchevique hubiera sido “movilizar a las masas para el comunismo” en vez de ¡”todo el poder a los soviets”!
El gobierno aplastó la rebelión con terror masivo y propaganda anticomunista. Pero un Congreso Bolchevique de toda Rusia semanas después representaba a 240,000 miembros del partido. Declaró imposible la revolución pacífica y acordó por primera vez el principio del “centralismo democrático”.
Lenin dijo dos días después de la crisis, que “Los errores son inevitables cuando las masas están luchando pero los comunistas permanecen con las masas, ven estos errores, los explican, tratan de rectificarlos y luchan con perseverancia por la victoria de la conciencia de clase sobre la espontaneidad”.
Pero los bolcheviques cometieron el error más crítico. Pensaban que lograr el comunismo requería una “etapa socialista” con un gobierno soviético (“estatal”) separado del partido. En vez de luchar por el “poder para los soviets”, deberían haber organizado soldados, marineros y obreros fabriles para movilizar a las masas más amplias para luchar directamente por el comunismo.
¿Habría eso hecho posible la toma del poder y la construcción del poder comunista en julio de 1917 o incluso en noviembre de 1917? Nunca lo sabremos. Pero nosotros debemos estar listos cuando llegue nuestro tiempo.