Las Peleas Entre Capitalistas Agudizan la Lucha de Clases, Crean Potencial para el Verdadero Comunismo
“Siempre me gusta leer tu periódico”, dijo un chofer de autobuses en Los Ángeles. “¿Puedes escribir algo sobre Corea del Norte? Todo el mundo aquí está hablando de eso”.
Los medios de comunicación occidentales a menudo usan a Corea del Norte (República Popular Democrática de Corea) para mostrar lo terrible que supuestamente es el comunismo. Pero Corea del Norte no es comunista.
Si fuera comunista, no tendría una economía basada en el dinero. Las masas no trabajarían por salarios (actualmente $ 5-11 por día) en Corea, ni en China (donde ahora trabajan 94,000 norcoreanos). Si Corea del Norte fuera comunista, las masas estarían organizadas para ejercer el poder directamente. No habría un “Líder Supremo” hereditario (Kim Jong-un).
El sitio Web capitalista Investopedia (2015) llama a Corea del Norte una “economía no reformada, aislada, dictatorial y fuertemente controlada”. Los capitalistas condenan la falta de libertad del individuo en una economía controlada. Sin embargo, nunca hablan de las ventajas de la capacidad del Estado para dirigir los recursos para suplir ciertas necesidades importantes.
Los capitalistas individuales y las corporaciones controlan la mayoría de los recursos en lo que describen como “sociedades libres”. Además, a través del uso estratégico de su riqueza, controlan el gobierno en todos los niveles. En estas sociedades, no hay responsabilidad para que los controladores de la riqueza consideren a las masas en sus decisiones. Por lo tanto, permiten que el hambre y el desamparo existan en medio de una gran riqueza.
Durante la Guerra de Corea (1950-53) Corea del Norte fue reducida a escombros por el bombardeo incesante de EE.UU. y sus aliados. Desde entonces ha habido progresos sorprendentes en la construcción de viviendas y el desarrollo de la industria, pero en una dirección capitalista.
El gobierno provee viviendas gratuitas, en su mayoría en edificios modernos altos. Pero los altos funcionarios obtienen las unidades mas codiciadas de las plantas bajas. La mayoría de los trabajadores terminan en los pisos más altos con electricidad poco confiable y por lo tanto con elevadores poco confiables.
En una verdadera sociedad comunista, nadie tendrá privilegios especiales. Cada uno recibirá según su necesidad. ¡Y no construiríamos edificios altos sin elevadores funcionales!
La propiedad privada es técnicamente ilegal en Corea del Norte. Pero la economía monetaria fomenta el soborno. Los “agentes inmobiliarios” informales con influencia en el gobierno consiguen comisiones enormes para asegurarles unidades de primera a clientes ricos. En medio de un auge en la construcción de viviendas, los capitalistas especulan en estas propiedades cuasi-privadas.
Desde mediados de los 1950s hasta la década de 1970, Corea del Norte rápidamente reconstruyó y amplió su base industrial. Esto era capitalismo de estado al estilo de la Rusia Soviética y no comunismo. Como en otras partes, continúa agudizando las contradicciones de clases.
La clase obrera está cada vez más desesperada y hambrienta. Pero la gente rica de la capital, Pyongyang, usa trajes de negocios occidentales mientras compra en tiendas bien surtidas. Los funcionarios gubernamentales (cuadros del partido) forman una clase dominante hereditaria estrechamente interconectada. Sus hijos se convierten en los nuevos cuadros. Se casan sólo dentro de su clase. Los no miembros del partido están supuestos a hacer reverencias ante los cuadros del partido.
¿Cómo podría esto suceder en un país comunista? ¡No podría! Por lo tanto, los gobernantes norcoreanos inventaron una nueva ideología nacionalista y autoritaria (Juche) para reemplazar al marxismo-leninismo. Al igual que el revisionismo de Jruschov, rechaza la lucha de clases y promueve “la defensa de la patria”. Para 2009 los gobernantes coreanos no hablaban para nada del comunismo.
La Prueba de Misiles de Corea del Norte Expone el Aislamiento del Imperialismo Estadounidense en Asia
Mientras tanto, Corea del Norte ha escapado la suerte de países como Libia e Irak que intentaron sin éxito apaciguar a EE.UU. Su estrategia era desarrollar armas nucleares y misiles para prevenir la agresión estadounidense.
Los gobernantes norcoreanos eligieron el 4 de julio para lanzar un misil de largo alcance capaz de llegar a Alaska. ¿Cuál es su objetivo? ¿Cómo responderán los gobernantes estadounidenses? ¿Estarán dispuestos estos a arriesgarse a una guerra con Corea del Norte – y China también? (Ver recuadro abajo)
Los gobernantes norcoreanos saben que si lanzan un misil armado contra EE.UU., las bombas estadounidenses pueden reducir el país a escombros radioactivos. Su última prueba probablemente era para aislar aún más a EE. UU. en el este de Asia. Puede que esperen negociar que las fuerzas militares de EE.UU. se retiren en la región. Todos los analistas imperialistas de EE.UU. admiten que EE.UU. no tiene una buena respuesta.
El programa armamentista de Corea del Norte también busca crear orgullo nacional para desviar la creciente ira de las masas. Un experto coreano, Jae-Jean Suh, escribió que “en caso de una gran catástrofe en Corea del Norte, las familias de los cuadros del partido y las autoridades de seguridad, así como la élite de la clase principal, serían los primeros en huir del país.
“Si Corea del Norte se lanzara a la guerra, los fusiles de las armas de Corea del Norte podrían también voltearse, es decir, la gente podría muy bien apuntarlos contra los cuadros mismos”.
Los capitalistas en todas partes, ya sean nacionales o imperialistas, enfrentan el mismo dilema. A medida que compiten entre sí, y especialmente cuando su rivalidad estalla en guerra abierta, su enemigo mortal es la clase obrera.
La explotación despiadada capitalista y su represión brutal son razones suficientes para movilizarnos para el comunismo. El asesinato y destrucción en masa de sus guerras hacen que la revolución comunista sea más necesaria y urgente.
Cuando hables de Corea del Norte, piensa en esto. Y habla con tus compañeros de trabajo, compañeros soldados, compañeros de escuela, familiares y amigos acerca de ingresar al Partido Comunista Obrero Internacional COI y construirlo masivamente.
Capitalismo-Imperialismo Significan Guerra… Estén Listos O No
“Trump podría literalmente twittearnos a una guerra nuclear” sobre Corea del Norte, advirtió la experta Laura Rosenberger en el diario Washington Post.
Pero es un error culpar a Trump del peligro – o a su contraparte norcoreano Kim Jong Un. La verdadera causa es el agudizamiento e inevitable conflicto entre dos potencias imperialistas: un EE.UU. declinando y una China en ascenso
El ex presidente Obama y su Secretaria de Estado Clinton tenían la política de “virar hacia Asia-Pacífico”. Esta incluía el Tratado de Asociación Transpacífico, ahora ya muerto. Mientras tanto, la influencia económica china en la región cree. En 2015, por ejemplo, China y Corea del Norte ampliaron las rutas marítimas y las líneas ferroviarias de alta velocidad entre los dos países, y crearon una zona comercial fronteriza.
Obama también aumentó el despliegue de tropas y otras actividades militares en Asia-Pacífico. Estas incluyeron patrullas navales, ejercicios militares conjuntos y una estrecha vigilancia de China. El fortaleció la cooperación militar con aliados como Japón, Corea del Sur y Singapur. China continúa expandiendo y modernizando sus fuerzas armadas, especialmente sus fuerzas navales y aéreas. Estas fuerzas están casi todas concentradas en Asia-Pacífico, a diferencia de las fuerzas de EE.UU. que están esparcidas por todo el mundo. La enorme población de China le permite lanzar un ejército masivo.
La península coreana, estratégica y rica en re*** cursos naturales, ha sido por mucho tiempo la causa de los conflictos entre las grandes potencias. Japón ocupó Corea después de la guerra ruso-japonesa de 1905. Invirtió mucho en construir la base industrial de Corea, pero las masas coreanas siguen enojadas con la brutalidad de la ocupación de 1915 a 1945. Con la derrota de Japón en 1945, los gobernantes soviéticos y estadounidenses dividieron a Corea en “Norte” y “Sur”. El comienzo de la Guerra Fría hizo imposible la reunificación pacífica. En 1948 gobiernos separados fueron organizados. Dos años después, tropas norcoreanas respaldadas por Rusia cruzaron la frontera, tratando de reunificar a Corea. La Guerra de Corea (1950-53) involucró a tropas chinas. Pero las tropas de EE.UU. y Corea del Sur destruyeron a Corea del Norte y restablecieron la frontera, que sigue siendo altamente militarizada.
La Unión Soviética fue entonces el principal aliado y socio comercial de Corea del Norte. Fue clave para reconstruir la base económica industrial pesada de Corea del Norte. En 1988, cerca del 60% del comercio de Corea del Norte era con la Unión Soviética. Después de que esta colapsara, China intervino. Hoy día, China le provee a Corea del Norte la mayoría de sus alimentos y energéticos. Más del 90% del comercio de Corea del Norte es ahora con China.
Los gobernantes chinos no quieren la guerra en Corea del Norte. No quieren que las armas nucleares norcoreanas sean una excusa para un ataque militar de EE.UU. Ellos quieren estabilidad y una zona de amortiguamiento entre China y las fuerzas de EE.UU. en Corea del Sur. Temen que la inestabilidad (refugiados o la lucha de clases) puedan extenderse a China misma.
La política de Obama con respecto al programa de armas nucleares de Corea del Norte era “paciencia estratégica”. Es decir, no quería lanzarse a la guerra con ella, igual que Japón y Corea del Sur.
Hay muchos lugares donde el conflicto EE.UU.- China podría explotar en una 3ª Guerra Mundial nuclear. Corea del Norte no es el más probable. Sin embargo, pocos – incluyendo los comunistas que visualizaban la guerra imperialista en el horizonte – habrían predicho que el asesinato de un archiduque austríaco desencadenaría la Primera Guerra Mundial.
Los capitalistas e imperialistas de todo el mundo saben con razón que la “inestabilidad” y la guerra crean oportunidades para la revolución obrera. Esas oportunidades ya existen. Aprovechémoslas para movilizar a las masas para el comunismo.