Protestas por Asesinato de Charleena Exigen Movilizarnos para el Comunismo
SEATTLE, EE.UU., 27 de junio – El Ayuntamiento se desbordó con gente furiosa y frustrada. Trabajadores y estudiantes de todas las “razas”, sexos y edades llegaron a expresar su indignación por el asesinato racista de Charleena Lyles, pero la ira de las mujeres negras mayores se destacó. Muchas habían perdido hijos, amigos u otros parientes – asesinados por policías. Algunas han participado por décadas sin éxito en la lucha contra el terror racista policíaco. El comunismo le pondrá fin a este frustrante ciclo de asesinatos perpetrados por policías racistas.
Residentes de Seattle airados llenaron una sala de conferencias de la universidad de Washington con cupo para 800 personas. Llenaron los asientos, los pasillos y una sala adicional, culminando una semana de protestas casi diarias que involucraron millares. Como era de esperar, el Alcalde y el Jefe de la Policía no se presentaron.
Charleena Lyles, una mujer negra de 30 años, fue abatida a tiros enfrente de tres de sus cuatro hijos. Había llamado a la policía porque creía que alguien estaba entrando a su casa. En lugar de ayudarla, la mataron porque tenía un cuchillo en la mano.
La multitud no estaba de humor para ser aplacada. “Todo Concejo Municipal ha sido incapaz de controlar la policía”, dijo una oradora, desechando las agradables palabras de los miembros del consejo de la ciudad en el panel que dirigía la reunión.
“Compongan el sistema. Estamos muriendo. Estamos enterrando a nuestros hijos “, dijo otra, recibiendo un sincero acuerdo de la multitud.
Muchos oradores expresaron la frustración generalizada. No querían tener que regresar otra vez por lo mismo: otro asesinato policíaco.
“¡Pero volverán!”, dijo un amigo del Partido en Boeing después de recibir un informe de la reunión.
La amarga experiencia le ha enseñado, igual que a muchos en la reunión y protestas, que los policías son esenciales para inculcarle terror a la clase trabajadora, especialmente entre a los obreros y jóvenes no blancos. Los comités civiles de supervisión, regulaciones del gobierno federal y juicios (que algunos pidieron) no cambiarán esto. Para eso se les paga a los policías: para proteger y servir a los capitalistas.
Si no queremos regresar año tras año, mes tras mes, para protestar contra otro asesinato perpetrado por policías racistas, necesitamos movilizarnos para el comunismo. Nuestros camaradas abogaron por esto en la manifestación más grande y en el Ayuntamiento. Ese es el mensaje que cientos recibieron en nuestro volante (icwpredflag.org/wp/wordpress/?s=lyles) y Bandera Roja.
En el comunismo, el partido organizará regularmente reuniones de masas en los lugares de trabajo y en los barrios para que los trabajadores jueguen un papel activo en todas las decisiones que afectan sus vidas.
Organizaremos reuniones totalmente distintas para responder a los asesinatos racistas. No tendríamos reuniones solo para que la gente exprese su frustración y luego llevar a cabo una investigación, que dure meses o años, dirigida por los opresores y organizada por los policías.
Para empezar, no tendríamos una fuerza policial, por lo tanto, cero asesinatos por policías racistas. Sin embargo, tendremos reuniones masivas para lidiar con cualquier acto odioso y racista. Se llevarán a cabo en los lugares de trabajo, centros de aprendizaje y en todos los lugares donde los trabajadores y jóvenes se congregan. Los hechos serán presentados, pero la mayoría de todas estas reuniones serán dedicadas a movilizar a las masas para asegurar que no tengamos que volver una vez más. Los trabajadores y estudiantes dejarían estas reuniones con un plan (que ellos elaboraron) para acabar con los racistas.
Todo esto será posible porque el comunismo eliminará la base material del racismo. Como nuestro volante decía:
“Sólo el comunismo puede acabar con el racismo (y con ello el terror policial racista), primero aboliendo el dinero, la propiedad privada y el sistema salarial. Todos trabajaremos colectivamente para satisfacer las necesidades de todos en igualdad de condiciones. Los recursos (materia prima, mano de obra) se asignarán de acuerdo a las necesidades obreras y no a las ganancias capitalistas. Sin salarios, no existirá mano de obra barata. No habrá explotación, y por lo tanto tampoco súper-explotación racista. No habrá clase dominante, ni fronteras, ni guerras – ni policías racistas”.
Para acabar con el terror y el racismo de la policía, necesitamos que millones de personas se movilicen para el comunismo. Necesitamos una revolución comunista. Si algo aprendimos de la reunión y manifestaciones de la semana pasada, es que la frustración e ira de las masas crea la posibilidad de movilizarlas para el comunismo.
Algunas consignas exigían verdadera justicia para Charleena. Eso nunca sucederá, pero podemos destruir el sistema que la asesinó. Ingresa al PCOI y ayúdanos a acabar con el terror racista policíaco para siempre.