El Comunismo Ve Camaradas, No CategorĂas
No hace mucho, muchos cientĂficos enseñaban que la ârazaâ era una categorĂa biolĂłgica fija. Los racistas – incluidos algunos cientĂficos – mintieron que la segregaciĂłn y la superexplotaciĂłn eran resultados ânaturalesâ de supuestas diferencias biolĂłgicas.
Ahora sabemos mejor. Si bien la genĂ©tica afecta muchos rasgos fĂsicos, no existe una forma biolĂłgica de clasificar a los humanos en cinco, tres, o en cualquier cantidad de ârazasâ distintas. El racismo de la sociedad de clases – especialmente la esclavitud capitalista en EE. UU. – creĂł ârazasâ. Cuando la sociedad de clases sea destruida por la revoluciĂłn comunista, terminaremos con el racismo. Eventualmente, incluso la idea de ârazaâ desaparecerĂĄ,
Casi lo mismo es cierto del sexo y género.
Con pocas excepciones, los roles de gĂ©nero provienen del sexismo de la sociedad de clases, no de las diferencias biolĂłgicas innatas. Incluso la divisiĂłn binaria de la humanidad entre âhombresâ y âmujeresâ es una construcciĂłn social igual que ârazaâ.
Los gobernantes de las sociedades de clases necesitan dividir a las masas que explotan y oprimen. Necesitan hacer que su dominaciĂłn cruel y egoĂsta parezca ânaturalâ. Al principio, la religiĂłn era la excusa principal, y aĂșn sirve para ese propĂłsito. Pero en la era capitalista, la ciencia distorsionada de los gobernantes se convirtiĂł en la nueva razĂłn para el sexismo al igual que para el racismo.
Los comunistas luchan por una sociedad sin clases donde nadie explotarĂĄ a nadie. Trabajaremos voluntaria y colectivamente para satisfacer las necesidades de todos sin ganancias, dinero o trueque. Para ganar y construir el comunismo necesitamos destruir el racismo, sexismo, fronteras y cada âismoâ que los gobernantes usan para dividirnos.
El comunismo significa âde cada cual segĂșn su capacidad y compromiso, a cada cual segĂșn su necesidadâ. La sociedad comunista valorarĂĄ a cada persona como un camarada distinto dentro de una gran red social interconectada. No pensaremos en nosotros mismos o en los demĂĄs en tĂ©rminos de âcajasâ como razas o gĂ©neros.
ÂĄEso no significa descartar la ciencia! Por el contrario, muchos mĂĄs de nosotros haremos y entenderemos mucha mĂĄs, y mejor, ciencia.
El GĂ©nero y la BiologĂa
ÂżCĂłmo difieren biolĂłgicamente los humanos varones y hembras? No mucho. Son ânoticias falsasâ que la biologĂa hace âHombres de Marte, Mujeres de Venusâ.
Las diferencias de gĂ©nero no provienen de una anatomĂa diferente. No estĂĄn en los genes que son nuestra herencia biolĂłgica. No estĂĄn en las hormonas que recorren nuestros cuerpos. (Ver recuadro)
Casi todas las diferencias psicológicas y sociales que vemos (o creemos que vemos) entre hombres y mujeres provienen de cómo el capitalismo nos trata de manera diferente. Y de las formas sexistas que el capitalismo nos enseña a vernos y tratarnos a nosotros mismos.
GĂ©nero y Cultura
Varias culturas precapitalistas identificaron mĂĄs de dos gĂ©neros. Un tercer gĂ©nero es reconocido por los zapotecos en Oaxaca (muxes) y por hindĂșes y musulmanes en la India (hijras). Warias es un tercer gĂ©nero en Indonesia, ahora estigmatizado por los gobernantes musulmanes. Los misioneros cristianos en Hawai reprimieron a los indĂgenas Mahus. MĂĄs de 150 grupos indĂgenas entre los nativos norteamericanos tradicionalmente reconocieron y veneraron a un tercer gĂ©nero llamado âgente de dos espĂritusâ.
El pueblo Buginese de Sulawesi (Indonesia) reconoce cuatro gĂ©neros y una quinta categorĂa para las personas que pertenecen a los cuatro. El judaĂsmo clĂĄsico tenĂa seis gĂ©neros.
Los grupos de los derechos humanos ahora estĂĄn presionando mucho, a nivel internacional, por los derechos de las personas transgĂ©nero. Pero nunca cuestionan cĂłmo el sexismo de la sociedad de clases da forma al sentido individual de ser ârealmente masculinoâ o ârealmente femeninoâ. El movimiento âgenderqueerâ rechaza el âbinario de gĂ©neroâ masculino/femenino, pero generalmente no la sociedad capitalista que lo perpetĂșa.
Una vez que el comunismo destruya la base material del sexismo, podremos ganar la batalla para terminar con todas las discriminaciones y divisiones basadas en el género o el género percibido. A partir de ahora, nos movilizamos por el comunismo en base a una apreciación de las contribuciones de todos y de las necesidades de todos, y en una lucha activa contra el sexismo en todas sus formas.
El GĂ©nero y La BiologĂa
ÂżCĂłmo se determina el sexo de una persona? Usualmente por su anatomĂa (externa e interna) o por sus genes.
El gen es la unidad bĂĄsica de herencia. Cada gen es un tramo del ADN quĂmico, que se encuentra en las estructuras llamadas cromosomas en cada cĂ©lula. Heredamos una copia de cada gen de cada padre.
Los genes ayudan a determinar nuestros rasgos fĂsicos codificando la producciĂłn de proteĂnas especĂficas. Los cientĂficos todavĂa estĂĄn descifrando por quĂ© un gen desencadena la producciĂłn de una proteĂna en una cĂ©lula, pero no en otra.
La mayorĂa de los humanos tiene 23 pares de cromosomas en cada cĂ©lula. Un par se llama âcromosomas sexualesâ y los otros 22 se llaman âautosomasâ. AquĂ nos interesan principalmente los âcromosomas sexualesâ. El mĂĄs grande se llama âXâ y el mĂĄs pequeño es âYâ.
Alrededor del 45% de todas las personas tienen dos cromosomas X y son anatĂłmicamente femeninas. Tienen ovarios, Ășteros y otros Ăłrganos femeninos. Otro 45% tiene un cromosoma X y un cromosoma Y y son anatĂłmicamente masculinos.
Eso deja alrededor del 10% de todas las personas que no encajan perfectamente en las categorĂas genĂ©ticas de gĂ©nero masculino / femenino. ÂĄEso es bastante! Es mĂĄs que el porcentaje de personas no pertenecientes a la etnia Han en China o el porcentaje de âpersonas de colorâ en SudĂĄfrica. Es el doble del porcentaje de asiĂĄticos en los Estados Unidos.
Hay mucha variaciĂłn entre ese 10%. Aproximadamente uno de cada 500 varones nacidos es âXXYâ. Otros son XXXY, XXXXY, XXYY o XXXYY. Casi todos tienen genitales masculinos, pero muchos tienen caracterĂsticas sexuales secundarias (como el tipo de cuerpo o los patrones del vello corporal) que no son tĂpicamente masculinos.
Algunas personas que se presentan como hembras tienen tres, cuatro o incluso cinco cromosomas X, o solo uno. Ellos, tambiĂ©n, a menudo difieren de las mujeres âtĂpicasâ. Los casos mĂĄs desconcertantes son los reciĂ©n nacidos con anatomĂa masculina, pero cromosomas XX.
Algunas personas son âmosaicosâ. Sus cĂ©lulas tienen diferentes conjuntos de cromosomas âsexualesâ. Algunos de estos son tĂ©cnicamente intersexuales. QuizĂĄs el 2% de todos los bebĂ©s tienen genitales externos ambiguos.
Pero el compromiso del capitalismo avanzado con el âbinario de gĂ©neroâ exige que todos sean etiquetados como âmasculinosâ o âfemeninosâ. Por lo general, un mĂ©dico decide el sexo ârealâ del bebĂ© y realiza una âcirugĂa correctivaâ.
¿Qué de las hormonas Masculinas y Femeninas?
Las hormonas son mensajeros quĂmicos que se crean en las glĂĄndulas endocrinas, reguladas por genes. Son indispensables para la mayorĂa de las principales funciones corporales, incluida la reproducciĂłn.
Los ovarios de las mujeres secretan las hormonas estrĂłgeno, testosterona y progesterona. Los testĂculos de los hombres producen testosterona. Otras glĂĄndulas endocrinas tambiĂ©n secretan hormonas que estĂĄn involucradas en el libido, o âdeseo sexualâ.
Debido al pensamiento binario de gĂ©nero, la testosterona se denomina âhormona masculinaâ, aunque las mujeres tambiĂ©n la producen. El estrĂłgeno y la progesterona se llaman âhormonas femeninasâ a pesar de que los hombres tambiĂ©n las producen. Todos necesitan todas estas hormonas para mantenerse saludables.
La biologĂa es real. Pero no justifica el pensamiento binario de gĂ©nero. Y no es el destino.