Abel, de 8 años, huyó de El Salvador con su abuela porque los pandilleros lo amenazaron con matarlo si no pagaba una tarifa mensual. Los oficiales de ICE se lo quitaron en la frontera y pronto la deportaron. Abel, ahora considerado “no acompañado”, estaba tan aterrorizado que apenas podía hablar.
Esta historia fue reportada por una abogada que se describe a sí misma como “devastada por mi incapacidad de aliviar el sufrimiento”. Multiplíquelo por 3000 y comprenderán por qué las masas furiosas en los EE. UU. y en otros lugares salen a la calle en números crecientes.
También comprenderán el llamado a “¡Abolir ICE!”. Suena radical o incluso revolucionario. Pero no lo es.
El Departamento de “Seguridad Nacional” de EE. UU., formado en 2003, fusionó y reorganizó el Servicio de Inmigración y Naturalización y el Servicio de Aduanas de EE. UU. Una de las nuevas agencias fue la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
La política de separación familiar abiertamente fascista de la administración de Trump es ahora tan impopular que 19 agentes de ICE están pidiendo un cambio. Dicen que la ejecución de la Aduana se ve cada vez más obstaculizada por su conexión con las políticas brutales antiinmigrantes. En los EE. UU. y en otros lugares, es difícil para ellos conseguir que alguien coopere.
“Abolir ICE” significaría nuevamente separar la vigilancia de las aduanas y la inmigración. En lugar de ICE, sería la odiada “Migra” llevando a cabo las deportaciones fascistas.
Los comunistas insistimos en que la clase obrera es una familia internacional. “La clase obrera no tiene fronteras”. La revolución comunista destruirá las fronteras.
Desde el siglo 19, los comunistas han sido acusados de “destruir a la familia”. En cierto sentido, lo haremos. En el comunismo, todos compartiremos colectivamente la responsabilidad por el bienestar de todas las personas de todas las edades, en lugar de dejar eso a la “familia”.
Pero es el capitalismo-imperialismo, no el comunismo, lo que arranca a los niños de sus padres y abuelos. Es el capitalismo-imperialismo, no el comunismo, el que obliga a los trabajadores a emigrar.
No “exigimos reformas” de los viles gobernantes capitalistas. Organizamos masas para la revolución para hacer realidad nuestros lemas comunistas:
¡No Fronteras! ¡No naciones! ¡Todos bienvenidos a todos lados! De todos según su habilidad y compromiso, ¡a todos según su necesidad!