Mujeres Obreras Fueron Líderes Claves en la Lucha contra el Apartheid

El Comunismo Eliminará el Racismo, Sexismo y Esclavitud Salarial

En Sudáfrica, el Día de la Mujer el 9 de agosto conmemora la marcha de miles de mujeres a los Edificios Gubernamentales de Pretoria en 1956 en protesta contra las leyes de pasaportes del apartheid que buscaban restringir los movimientos de los sudafricanos no-blancos.

Una camarada comienza la historia:

En 1956, miles de mujeres sudafricanas se pusieron de pie y dijeron ¡basta! Las cosas eran muy malas. Los sudafricanos negros tenían que llevar identificación a donde quiera que fueran. Y había lugares prohibidos para las mujeres negras. Los hombres blancos podían hacer lo que quisieran sin consecuencia alguna. Es gracias a las mujeres que la ley de identificación fue derogada. Mujeres como Lillian Ngoyi, Albertina Sisulu y Helen Joseph, a pesar del color de su piel, se levantaron y tomaron una posición. Es de allí donde proviene la frase “Golpeas a una mujer, Golpeas una roca”.

1956

Otro camarada prosigue la historia:

En 1956, mujeres de todos los estratos sociales de Sudáfrica marcharon demandando fin al apartheid. Mi madre estuvo involucrada en esta marcha. Ella tenía dieciséis años y fue con mi abuela. Marcharon 20 kilómetros para tomar un tren a Johannesburgo. Desde allí marcharon alrededor de 300 kilómetros hasta los Edificios Sindicales en Pretoria.

Las mujeres venían de todas partes: de áreas rurales, áreas urbanas. Algunos de sus maridos se estaban en lugares como Johannesburgo donde trabajaban en las minas, por tanto ellas estaban directamente afectadas por el sistema. Tomaron la decisión de demandar el fin del apartheid y el fin de las leyes de pasaportes.

Este fue un evento significativo. El apartheid era conocido por su brutalidad e intolerancia a la oposición y por la fuerza con la que reprimían la disidencia. Por lo tanto, para que las mujeres se pusieran de pie demandando el fin de esa injusticia era significativo porque las mujeres en esta sociedad se caracterizan como objetos, como débiles, frágiles y emocionales. La marcha mostró que esto no es cierto.

Mi madre se lamentaba de que eso fue hace más de 50 años, pero hoy día seguimos hablando de las mismas cosas. Los hombres piensan que literalmente pueden comprar las mujeres o que pueden hacer cualquier cosa, tocarlas donde quieran si les da la gana.

Esto no es solo una actitud de hombres; es una actitud perpetuada por la sociedad capitalista en la que vivimos. Para que esto cambie, para que se realicen los sueños o aspiraciones de 1956, necesitamos la emancipación total. Esto significa la erradicación del capitalismo porque el sexismo, como el racismo, crece con el capitalismo. Para acabarlos, hay que acabar con el capitalismo.

Le dije a mi madre que lo que faltaba entonces es lo que estamos proveyendo ahora: el punto de vista comunista, el liderazgo comunista para la clase obrera. Si se hubieran organizado y movilizado en torno al comunismo, las cosas serían diferentes hoy en día.

Vemos lo que está sucediendo ahora. Estos son los síntomas del sistema en el que vivimos. No creo que sea sabio que luchemos solo contra los síntomas, como lo hace el movimiento #me too. Lo importante es luchar contra la enfermedad: el capitalismo. Una vez que lo hagamos, destruiremos la base material del sexismo. Entonces habremos ganado la mitad de la batalla contra el racismo, sexismo y la corrupción. Para la emancipación de las mujeres, es imperativo que destruyamos el capitalismo y lo reemplacemos con una sociedad verdaderamente justa e igualitaria: el comunismo.

En el comunismo, las mujeres participarán en la producción y también en la distribución de los productos. Tanto hombres como mujeres participarán en tareas domésticas. Por lo tanto, la erradicación del capitalismo se convierte en una prioridad en la lucha contra el sexismo. Tanto ahora como en el comunismo participaremos en una lucha ideológica contra los puntos de vista sexistas. En el comunismo, todas las formas de sexismo, racismo y otras tendencias capitalistas no deben ser toleradas y no serán toleradas por los trabajadores.

Por lo tanto, esto es lo que le dije a mi madre. Si hubieran luchado por el comunismo las cosas cambiarían. No es demasiado tarde para luchar por el comunismo porque las mujeres de todo el mundo están hablando de lo mismo. Y es muestra tarea en el PCOI organizar a toda la clase obrera, incluidas todas las mujeres del mundo, para luchar y derrotar al capitalismo y construir una nueva sociedad comunista.

El Legado del Sistema del Apartheid

Las leyes del apartheid dividieron al país en diferentes áreas para diferentes grupos raciales. Se suponía que los negros debían vivir en “patrias” que incluían algunos de los desiertos más áridos del país. Para sobrevivir, los hombres tenían que encontrar trabajo en las minas y fábricas, que estaban en las áreas blancas. Tenían que llevar pasaportes en todo momento, los cuales incluyan el nombre de su empleador.

En 1955, el gobierno aprobó una ley que exigía que las mujeres llevaran pasaportes. Esto significaba que a menos que una mujer tuviera trabajo, no podría estar con su esposo en la ciudad. En 1956, 20,000 mujeres marcharon a Pretoria para presentar sus demandas.

Aunque las leyes de apartheid y sus pasaportes fueron eliminados en 1994, el capitalismo y su brutal explotación permanecieron. El capitalismo obliga a los hombres a dejar a sus familias en el campo para encontrar trabajo en las fábricas y las minas. En Rustenburg, hay miles de hombres trabajando en las minas y viviendo en apartamentos. Solo pueden regresar a sus familias en el campo durante sus vacaciones.

El Sexismo Sigue Vivito y Coleando en Sudáfrica, a Pesar de la Abolición del Apartheid

Las camaradas informan que el sexismo todavía es un gran problema. Incluso cuando honramos a los héroes de la lucha, tendemos a mencionar a los luchadores masculinos y rara vez mencionamos a las mujeres luchadoras, olvidándonos convenientemente de que fue su abnegación de ellas que llevó al entonces presidente, Hendrik Verwoerd, a escuchar a los negros.

La lucha contra el apartheid no tenía como objetivo la emancipación de las mujeres mediante la abolición del sistema mercantil capitalista y la creación de un orden económico y social comunista. Su objetivo era terminar con el opresivo sistema económico, social y político de separación racial conocido como apartheid. Al hacer esto, el Congreso Nacional Africano y el Partido Comunista de Sudáfrica crearon un gobierno donde unos pocos sudafricanos negros ocuparon importantes puestos públicos nacionales, las leyes del apartheid fueron abolidas y el capitalismo permaneció en Sudáfrica.

El sexismo no puede ser completamente eliminado bajo el capitalismo. Debemos acabar con la esclavitud salarial y crear una organización social, económica y cultural comunista de la sociedad. Esto creará la base material para que hombres y mujeres vivan como camaradas y para que desarrollemos plenamente nuestro potencial humano.

Las mujeres aún enfrentan discriminación en sus trabajos.

A veces uno encontrará que la trabajadora está más calificada que el hombre, pero los patrones le darán el puesto al trabajador.

Algunas veces encontrarás que una mujer está a cargo, pero los hombres no la respetan tanto como respetarían a un hombre.

Algunos hombres todavía piensan que puedes decir y hacer lo que quieras con una mujer. La tocan y ella se queja. La respuesta es: “Debes estar feliz de que te haya tocado. Eso muestra que eres una mujer real porque las mujeres están hechas para ser tocadas”.

En casa, los hombres simplemente hacen que el trabajo de una mujer sea criar y entrenar a los niños. Incluso cuando una hija de la familia queda embarazada antes de tiempo, culpan a la mujer, a la madre.

Algunos hombres todavía piensan que el lugar de una mujer es la cocina. Se sentarán en casa y esperarán a que la mujer regrese del trabajo, cocine y limpie la casa, olvidando que está igualmente de cansada.

Algunos camaradas en nuestro colectivo todavía tienen la mentalidad de que las mujeres deberían hacer el trabajo domestico. Algunos todavía piensan que lo que ellos dicen es más valioso de lo que dice una camarada. Pero nosotros no estamos aceptando eso.

Estamos luchando dentro del Partido contra estas prácticas sexistas y contra la historia que nos ha enseñado todas las actitudes y conductas sexistas que retrasan la lucha por el comunismo. Una de las luchas ha sido con los estudiantes, que comenzaron como un colectivo exclusivamente masculino, para que hicieran los cambios internos necesarios para que el colectivo incluyera mujeres. El reporte en la parte de arriba de esta página muestra que estamos avanzando en esa dirección. ¡Aluta continúa!

Primera página de esta edición