El Comunismo Abolirá Prisiones y Policías
Rebelión en la prisión de Attica, EE. UU., 1971
Los prisioneros en todo Estados Unidos están en huelga contra las condiciones racistas e inhumanas que enfrentan en el sistema penal más grande del mundo. Millones de hombres, mujeres y niños en los Estados Unidos están encarcelados – son abrumadoramente negros, latinos/as o pobres. En cualquier momento dado, al menos 80,000 personas son sometidas a la tortura del confinamiento solitario.
La chispa que precipitó la huelga fue un motín carcelario el 15 de abril que, según un grupo de prisioneros, fue causado por “la avaricia provocada por el encarcelamiento masivo y la falta de respeto por la vida humana que está arraigado en la ideología penal de nuestra nación”. La huelga se ha vuelto nacional, comenzó el 21 de agosto, el aniversario de una rebelión de presos en 1971 en San Quentin, California, y terminará el 9 de septiembre, el aniversario del levantamiento de 1971 en la prisión Ática en el Estado de Nueva York.
Aunque las autoridades penitenciarias están tratando de suprimir las noticias de la huelga, hay informes de presos en Florida que se niegan a trabajar y detenidos en la prisión de ICE (inmigración) en Tacoma, Washington, negándose a comer. Cinco cárceles de Florida están ahora cerradas, y hay actividad de huelga adicional en Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia y California.
En las cárceles y prisiones de los EE. UU., los reclusos están divididos abiertamente por raza, etnia y presunta o verdadera afiliación a una pandilla. Los organizadores de la huelga han hecho un gran esfuerzo para construir la unidad a través de todas estas divisiones.
El sistema penitenciario es la manifestación más racista e inhumana de la falta de respeto que el capitalismo tiene para todos los trabajadores.
Las prisiones reflejan la necesidad del capitalismo de imponer violentamente el régimen de la pequeña clase capitalista a la gran mayoría: la clase obrera. Mientras los capitalistas -los verdaderos criminales- caminan libres, las cárceles y las prisiones encierran a drogadictos no violentos, personas desamparadas, personas que padecen enfermedades mentales, inmigrantes detenidos por cruzar las fronteras patronales y aquellos a los que el sistema ha fallado.
El aumento del 700% en la población carcelaria desde la década de 1970 refleja el declive de los Estados Unidos como potencia imperialista. Las décadas de 1960 y 1970 presenciaron rebeliones masivas de soldados y trabajadores negros en Vietnam y en las ciudades de los EE. UU. alzándose contra el racismo sistemático de todas las instituciones sociales, incluida la policía. A finales de los años 70 se produjo el cierre de las fábricas de acero, automóviles y llantas, donde los hombres negros habían empezado a tener trabajos fijos. Esta combinación de mayor comba tividad y desempleo masivo aterrorizó a la clase dominante, ya que mostraba el potencial revolucionario de los trabajadores negros.
Lo que siguió en la década de 1980 fue una afluencia de cocaína crack, un aumento en la vi gilancia agresiva policiaca y la duplicación de la población carcelaria en una década. El caos y la pobreza que los gobernantes de EE.UU. crearon en América Central y México, forzó a millones de obreros a inmigrar a EE.UU. Esto les permitió a los gobernantes encarcelar a cientos de miles de obreros negros, al mismo tiempo encausando a los trabajadores inmigrantes a los trabajos peor pagados en la agricultura, costura e industrias de servicios. Actualmente, los presos latinos/as es un sector en rápido crecimiento en la población encarcelada.
La sociedad comunista resolverá los problemas sociales de manera colectiva y humana Los organizadores de las huelgas penitenciarias condenan la naturaleza racista e inhumana del sistema penitenciario y piden reformas. Exigen que el trabajo penitenciario – que incluye carcelarios, extinción de incendios y contratación por grandes empresas – se pague con el salario mínimo, en vez de los centavos por hora que paga ahora.
Nosotros hacemos un llamado a la revolución, no a la reforma, para una sociedad comunista donde eliminaremos la explotación y el dinero, y trabajaremos colectivamente para resolver problemas sociales en vez encarcelar a las personas. Otras organizaciones piden la abolición de prisiones. Según la revista Nation, “exigen una visión de una sociedad donde se satisfagan la vivienda, educación y atención médica, permitiéndole a las personas vivir vidas seguras y plenas sin necesidad de cárceles”. Proponen una moratoria para la construcción de cárceles, justicia restaurativa y el fin de la vigilancia policial.
La abolición de las cárceles atrae a muchas personas que comparten nuestros ideales de una sociedad justa, pero no comprenden que esto requerirá una revolución. El capitalismo se basa en ganancias, exprimido del trabajo de nuestra clase. Requiere la división racista y sexista de la clase obrera. Exige una fuerza policial para mantener el poder y el control en manos de unos pocos, mientras se condena a millones de nuestra clase en todo el mundo a la pobreza, falta de vivienda, atención médica inadecuada y extrema enajenación. Por el otro lado, el capitalismo también nos junta en el trabajo, nuestras escuelas y comunidades, prisones y cuarteles, donde podemos organizarnos para derrocarlos. Debemos aprovechar este potencial y movilizar a las masas en la cárcel y afuera para la revolución y para construir una sociedad comunista.