CARTAS CRITICAS Y SUGERENCIAS
Este es el periódico de la clase trabajadora. Obviamente no recibimos ayuda económica de los capitalistas, sus fundaciones ó ONG’s. Por favor colabore generosamente para ayudar a cubrir los costos de producción y distribución.
La Lucha Política Contra las Acciones Sexistas en el Trabajo
“Soy un camarada hombre, en el trabajo he observado el comportamiento sexista con los compañeros. Comentarios del cómo se debe comportar si se es hombre o mujer (el hombre siempre debe de ser fuerte y la mujer es débil) siempre salen a relucir.
En ocasiones me he reído de comentarios como: solo las viejas lloran, los hombres no se quejan de los golpes, las mujeres se deben de quedar haciendo aseo. En ocasiones por miedo no hago observaciones de ello o incluso pensé que eran normales.
Sin embargo, he reflexionado sobre esos comportamientos. Todos tenemos diferentes habilidades con las cuales podemos contribuir y hacer un mundo mejor, todos necesitamos de todos.”
Esto escribió el camarada, mientras tratábamos de delimitar un tema. Concluimos que nos falta ser más agudos en la lucha contra el sexismo. Estamos contentos porque estamos formando una nueva y buena colectiva. Tenemos limitantes que poco a poco vamos entendiendo y avanzando. No tenemos círculos formales de estudio como habíamos planeado, pero el trabajo nos permite estar cerca y continuamente estamos analizando diferentes temas. En las discusiones con los demás compañeros de trabajo podemos mostrar una posición más política respeto a esas cuestiones.
En una charla posterior con una compañera le mencioné de nuestro folleto sobre el sexismo, ella está de acuerdo que no necesitamos terapeutas para tomar conciencia de nuestros actos. Indicó que las relaciones sociales y la experiencia nos va ayudando a tomar conciencia y poder ayudar a otras personas.
Como autocrítica debí decir que necesitamos una línea política comunista, la línea política del partido para tener mayor claridad al hacer los análisis. Ella es pareja de un exmilitar a quien frecuentamos y se caracterizan por ser solidarios. Usualmente, ella siempre está de acuerdo con lo que le exponemos con el camarada arriba mencionado, excepto en la cuestión religiosa. En sus ratos libres, dice ella, lee los artículos del partido que hablan del sexismo. Hay una lucha intensa por varios frentes, pero estamos contentos de compartir nuestro trabajo. Por una sociedad comunista, camaradas desde México.
Viajar a Palo Alto Abre los Ojos a la Miseria de la Clase Obrera
Sentados bajo los postes de luz que contienen pancartas que anuncian Stanford Athletics, Stanford Credit Union o Stanford Medicine, se pueden encontrar impactantes ejemplos de la miseria de la clase obrera en Palo Alto, California.
Mientras conducía cerca de la universidad privada (que cuenta con una dotación de US $ 24.8 mil millones), noté una gran cantidad de vehículos recreativos más viejos (RVs) estacionados en una calle urbana importante. Vi no menos de 25 vehículos de estos estacionados dentro de un área de cuatro cuadras. Esto motivó las conversaciones que tuve con un editor de noticias radicales sobre el Valle Silicon y la miseria de la clase obrera. El desamparo en esta región no solo toma la forma de mujeres, hombres y niños durmiendo en refugios. También se puede ver en la vida de los pobres que trabajan, personas que tienen empleos pero que no pueden pagar los alquileres astronómicos en el Área de la Bahía de San Francisco y que, por lo tanto, viven en vehículos recreativos o en sus automóviles.
Palo Alto, CA tiene un ingreso promedio de $ 137,000 y una población de más de 66,000. Con el alquiler promedio listado a más de $ 2,300 por mes en las redes sociales, uno se pregunta dónde viven los trabajadores que hacen los empleos manuales que pagan $ 15 por hora. Algunos, tal vez muchos, están en estas casas rodantes en esta calle principal en una de las ciudades universitarias más ricas de California.
A lo largo de este corto tramo de camino cerca del Campus de Stanford, se encuentra una tienda de Verizon, restaurantes que van desde McDonald’s hasta restaurantes étnicos de moda, junto con hoteles como Travelodge. No hay graffiti, ni ventanas tapiadas, ni señales de pobreza. Las calles están relativamente limpias, las personas caminan o conducen, yendo al gimnasio, a comer o a sus asuntos cotidianos normales. Un cine multiplex está en la avenida. Se puede ver a las personas con ropa de la Universidad de Stanford preparándose para asistir a un evento deportivo.
No hay razón para tal panorama. Pero hay una razón, y esa es el capitalismo. El capitalismo ha creado muchas crisis en su tiempo de vida, y el desamparo es una de ellas. Internacionalmente, la clase obrera y los pobres se ven obligados a vivir en las calles, en las montañas, donde sea que puedan encontrar refugio debido a la crueldad del sistema. El capitalismo no tiene solución para la crisis de la vivienda, la escasez de viviendas asequibles, el aumento exagerado de los alquileres y los altos costos de comprar casas. Por lo tanto, la clase obrera sobrevive de cheque a cheque, con muchos incapaces de pagar el alquiler que demandan los propietarios y las compañías administradoras de propiedades.
Necesitamos un nuevo sistema, un sistema comunista donde produzcamos para la necesidad humana, no para obtener ganancias. El albergue es una necesidad humana y cuando eliminemos los salarios, el dinero y los mercados, podremos garantizar que se satisfagan las necesidades de todos. ¡Únete al PCOI – la revolución comunista es la única solución!
Movilizar a las Masas para el Comunismo y nada Menos
En la última edición de Bandera Roja, la nota editorial introduciendo tres cartas en la página 10 y el artículo de Seattle en la página 1, dijo que “forman parte de una discusión en curso sobre la lucha de clases comunista y cómo organizarla”.
Más claramente, es realmente un debate entre si deberíamos “movilizar a las masas para el comunismo y nada más”, o movilizarlas con las luchas de clases planteando demandas reformistas.
Los autores de las cartas “Imagínate Este Cuento Ficticio” y “Aire Acondicionado” argumentan que debemos participar en la lucha de clases y, si es necesario, presentar nuestras propias demandas reformistas o apoyar las propuestas por los trabajadores.
Nosotros argumentamos por participar como comunistas en todas las luchas de clases, iniciándolas u organizándolas sin apoyar las demandas reformistas de los trabajadores ni presentar nuestras.
Los dos ejemplos siguientes de nuestro trabajo en LACMTA prueban este punto:
En una Base de Autobuses, la gerencia aprovechaba las muchas pequeñas faltas de un mecánico – como sus llegadas tardías, tardanza en entregar el papeleo, etc. – para hostigarlo y poder despedirlo. La verdadera razón, sin embargo, era que él era un inspector muy meticuloso que enviaba demasiados autobuses a reparación por defectos menores.
Propusimos escribir un artículo en BR sobre este caso. Sus compañeros de trabajo se negaron porque no querían “defenderlo” porque no les agradaba a ellos por sus muchas faltas. Argumentamos que se trataba de un ataque capitalista contra la clase trabajadora que no podíamos aceptar pasivamente.
En el comunismo, dijimos, nadie sería despedido. Solo si fueran un peligro para sus compañeros de trabajo o para el público serían sacados de su trabajo, tal vez asignados a otro diferente, donde no serían amenaza alguna, pero nunca se les negaría las necesidades básicas de supervivencia.
Ganamos a sus compañeros de trabajo a nuestro puesto y escribimos un par de artículos en BR desenmascarando la inhumanidad del capitalismo y cómo el comunismo sería diferente. Nunca exigimos que no lo despidieran o que la gerencia detuviera su hostigamiento. Distribuimos cientos de BR a los trabajadores de MTA en nuestras distribuciones masivas regulares.
En otra Base, un mecánico fue humillado públicamente por su supervisor por no reparar los frenos delanteros y traseros de un autobús en un día. Por cuestiones de seguridad se requiere un mínimo de dos días. Los mecánicos aquí estaban molestos por este incidente degradante, por el aceleramiento que se les imponía y por la amenaza a la seguridad de los choferes y pasajeros.
Escribimos un artículo atacando la inhumanidad del capitalismo, y cómo el comunismo haría todo lo posible para que crear condiciones laborales sanas y seguras para los mecánicos, choferes y pasajeros. No planteamos demandas reformistas, como exigir una disculpa o dos días para arreglar los frenos. Distribuimos cientos de BR en nuestras distribuciones masivas regulares en las Bases de MTA.
La lucha de clase es guerra de clases. No podemos controlar lo que los capitalistas harán y no debemos tratar. Nuestras únicas preocupaciones deben ser cómo librar esta guerra para avanzar la comprensión comunista de nuestra clase para organizar la revolución que necesitamos y visualizar la sociedad comunista que debemos construir.
Esto nos ayudó a acercar más a los obreros al Partido, consolidar los miembros existentes, y aumentar la distribución de Bandera Roja. Cientos de trabajadores de la MTA en esas y otras divisiones obtuvieron un mejor, más claro y especifico entendimiento – relacionado directamente con sus problemas cotidianos – sobre cómo sería una sociedad comunista y cómo debemos luchar por ella.
Ante este contraataque comunista, la gerencia de la MTA se retractó. En el primer caso, dejaron de hostigar al mecánico y enviaron a todos los mecánicos de esa Base a un curso de re-entrenamiento sobre cómo inspeccionar más cuidadosamente los autobuses.
En el segundo, el supervisor se disculpó públicamente con el trabajador que había humillado y les dijo a los mecánicos que podían seguir tomando dos días para cambiar los frenos.
Camarada de LA
Relaciones Comunistas dentro de PCOI
Me uní al movimiento hace 6 o 7 años. Creo que el movimiento fue fundado en mi casa. Pero no he estado activo durante mucho tiempo, no porque no estaba de acuerdo con la línea del partido, camaradas. Pero yo era un drogadicto y me llevó mucho tiempo llegar a esta conclusión.
Les digo camaradas que sin el apoyo de mis camaradas tal vez ya estuviera muerto. Lo que más me afectó fue el hecho de que estas son las personas a las que más he lastimado. Incluso robé de algunos de ellos debido a mi adicción. Sin embargo, fueron más allá de lo inimaginable para intentar sacarme de este agujero oscuro en el que estaba.
En algún momento mis acciones fueron desestabilizadoras para el movimiento. Fue después de que el camarada M me envió un artículo sobre las relaciones comunistas que entendí. Después de leer ese artículo, me quedó claro por qué mis camaradas todavía luchaban conmigo para ser una mejor persona. Me dio otra perspectiva sobre la importancia del colectivo y la camaradería.
Sin relaciones personales sólidas que puedan resistir la lucha política, no me llamaría un miembro orgulloso del PCOI. Espero que esta carta también ayude a otros camaradas que tienen un problema similar al mío. Cualquiera que sea el problema que tengas, no es demasiado grande para el colectivo. Debemos confiar el uno en el otro. El individualismo es nuestra perdición. Solo cuando estemos unidos podremos destruir el capitalismo.
Un camarada en Sudáfrica
Movilizar a las Masas para el Comunismo y nada Menos
En la última edición de Bandera Roja, la nota editorial introduciendo tres cartas en la página 10 y el artículo de Seattle en la página 1, dijo que “forman parte de una discusión en curso sobre la lucha de clases comunista y cómo organizarla”.
Más claramente, es realmente un debate entre si deberíamos “movilizar a las masas para el comunismo y nada más”, o movilizarlas con las luchas de clases planteando demandas reformistas.
Los autores de las cartas “Imagínate Este Cuento Ficticio” y “Aire Acondicionado” argumentan que debemos participar en la lucha de clases y, si es necesario, presentar nuestras propias demandas reformistas o apoyar las propuestas por los trabajadores.
Nosotros argumentamos por participar como comunistas en todas las luchas de clases, iniciándolas u organizándolas sin apoyar las demandas reformistas de los trabajadores ni presentar nuestras.
Los dos ejemplos siguientes de nuestro trabajo en LACMTA prueban este punto:
En una Base de Autobuses, la gerencia aprovechaba las muchas pequeñas faltas de un mecánico – como sus llegadas tardías, tardanza en entregar el papeleo, etc. – para hostigarlo y poder despedirlo. La verdadera razón, sin embargo, era que él era un inspector muy meticuloso que enviaba demasiados autobuses a reparación por defectos menores.
Propusimos escribir un artículo en BR sobre este caso. Sus compañeros de trabajo se negaron porque no querían “defenderlo” porque no les agradaba a ellos por sus muchas faltas. Argumentamos que se trataba de un ataque capitalista contra la clase trabajadora que no podíamos aceptar pasivamente.
En el comunismo, dijimos, nadie sería despedido. Solo si fueran un peligro para sus compañeros de trabajo o para el público serían sacados de su trabajo, tal vez asignados a otro diferente, donde no serían amenaza alguna, pero nunca se les negaría las necesidades básicas de supervivencia.
Ganamos a sus compañeros de trabajo a nuestro puesto y escribimos un par de artículos en BR desenmascarando la inhumanidad del capitalismo y cómo el comunismo sería diferente. Nunca exigimos que no lo despidieran o que la gerencia detuviera su hostigamiento. Distribuimos cientos de BR a los trabajadores de MTA en nuestras distribuciones masivas regulares.
En otra Base, un mecánico fue humillado públicamente por su supervisor por no reparar los frenos delanteros y traseros de un autobús en un día. Por cuestiones de seguridad se requiere un mínimo de dos días. Los mecánicos aquí estaban molestos por este incidente degradante, por el aceleramiento que se les imponía y por la amenaza a la seguridad de los choferes y pasajeros.
Escribimos un artículo atacando la inhumanidad del capitalismo, y cómo el comunismo haría todo lo posible para que crear condiciones laborales sanas y seguras para los mecánicos, choferes y pasajeros. No planteamos demandas reformistas, como exigir una disculpa o dos días para arreglar los frenos. Distribuimos cientos de BR en nuestras distribuciones masivas regulares en las Bases de MTA.
La lucha de clase es guerra de clases. No podemos controlar lo que los capitalistas harán y no debemos tratar. Nuestras únicas preocupaciones deben ser cómo librar esta guerra para avanzar la comprensión comunista de nuestra clase para organizar la revolución que necesitamos y visualizar la sociedad comunista que debemos construir.
Esto nos ayudó a acercar más a los obreros al Partido, consolidar los miembros existentes, y aumentar la distribución de Bandera Roja. Cientos de trabajadores de la MTA en esas y otras divisiones obtuvieron un mejor, más claro y especifico entendimiento – relacionado directamente con sus problemas cotidianos – sobre cómo sería una sociedad comunista y cómo debemos luchar por ella.
Ante este contraataque comunista, la gerencia de la MTA se retractó. En el primer caso, dejaron de hostigar al mecánico y enviaron a todos los mecánicos de esa Base a un curso de re-entrenamiento sobre cómo inspeccionar más cuidadosamente los autobuses.
En el segundo, el supervisor se disculpó públicamente con el trabajador que había humillado y les dijo a los mecánicos que podían seguir tomando dos días para cambiar los frenos.
Camarada de LA
Primera página de esta edición