Camaradas del PCOI en una marcha masiva en en contra de las deportaciones en el 2013
Desde África, donde nacieron, los seres humanos se expandieron para habitar todo el globo terrestre. En este viaje gigantesco, no encontraron barreras u obstáculos, excepto el paisaje y los climas de la naturaleza los cuales vencieron implacable y exitosamente.
Luego, por miles de años, el mundo perteneció a la humanidad. Trabajaron colectivamente, y compartieron según las necesidades, los productos de su trabajo, tomando de la naturaleza solo lo que necesitaban.
La sociedad de clases cambió esto. Cuando los humanos pudieron producir consistentemente más de lo que necesitaban para sobrevivir durante un día, se dieron las condiciones materiales para la propiedad privada y la explotación. La sociedad se dividió en explotadores y explotados, y el mundo se convirtió en propiedad privada de los explotadores y opresores.
Esto se ha perpetuado a lo largo de la historia escrita, desde la esclavitud hasta el feudalismo y hasta el capitalismo-imperialismo ahora. Sin embargo, la división del mundo – la propiedad privada de los gobernantes- en naciones con fronteras y leyes de inmigración es únicamente una creación de la producción mercantil del capitalismo.
El capitalismo se desarrolló por primera vez en Europa. Como era de esperar, fueron estos gobernantes quienes en el siglo 16 dividieron el mundo en continentes. A medida que el capitalismo se expandía por todo el mundo, los capitalistas dividieron estos continentes en naciones con fronteras. Esto comenzó en el siglo 17. A fines del siglo 19, cuando se dividieron África entre ellos, el mundo quedo dividido por completo en naciones.
Al principio, las naciones se desarrollaron para garantizar un mercado interno para los capitalistas locales, promulgando leyes y aranceles para excluir o hacer más costosos las mercancías de sus competidores. Pero, a fines del siglo 19 y comienzos del siglo 20, vieron cómo estas podrían usarse políticamente, principalmente para fomentar el patriotismo, para sus guerras depredadoras e imperialistas. Por lo tanto, los capitalistas-imperialistas promulgaron sus leyes y políticas de inmigración, utilizándolas también para dividir aún más a la clase obrera, super-explotar a los obreros inmigrantes y reducir los salarios y condiciones laborales de los llamados ciudadanos.
Dada esta historia, nuestro Partido lucha contra todos los ataques contra nuestros hermanos y hermanas inmigrantes haciendo un llamado a una revolución comunista para destruir las naciones, fronteras y leyes de inmigración de los capitalistas-imperialistas. Luchamos por una sociedad comunista sin clases que destruirá su propiedad privada del mundo. El mundo volverá a pertenecer a la humanidad para trabajarla colectivamente y compartir el producto de nuestro trabajo y los recursos de la naturaleza de manera responsable de acuerdo a nuestras necesidades.
Para este fin, debemos movilizar a las masas para el comunismo y nada más. No deberíamos plantear ninguna demanda reformista, como tarjetas de residencia para cualquier inmigrante en particular, amnistía para todos los trabajadores indocumentados o abolir a ICE (La Migra).
Nuestros lemas deberían ser: ¡Luchar por un mundo comunista sin naciones, fronteras o leyes de inmigración! ¡Solo el comunismo puede unir a nuestra familia global como una sola raza – sin racismo, sexismo ni xenofobia!
Camarada en Los Ángeles, USA