¡Afuera Nazis!
El 13 de octubre, aproximadamente un cuarto de millón de personas marcharon en Berlín, Alemania, contra el fascismo, racismo y la xenofobia. Antes, ha habido marchas como esta en Frankfurt, Munich, Chemnitz y otras ciudades, pero ninguna tan grande como esta. Las marchas anteriores apenas tuvieron decenas de miles de participantes.
La marcha de Berlín fue en parte en respuesta a las manifestaciones de miles de fascistas del partido ultraderechista AfD y del movimiento xenófobo Pegida. Una de estas manifestaciones, en Chemnitz, terminó en un pogromo con los fascistas persiguiendo a cualquiera que se pareciera inmigrante.
El hashtag de la marcha de Berlín fue #unteilbar (indivisible) y su eslogan fue “Por una Sociedad Abierta y Libre: ¡Solidaridad, No Exclusión!”. El Poster en la página 5 dice, “En contra de las ideas de 1933”refiriéndose a la ideología de la Alemania Nazi.
La marcha era un frente unido que incluía “movimientos feministas y antirracistas, organizaciones de migrantes, sindicatos, asociaciones, ONG’s, comunidades religiosas, sociedades y barrios” (de su volante). Este frente unido fue tan amplio que recibió el apoyo de Heiko Maas, el ministro del interior de Alemania. ¡Solo faltaba Ángela Merkel (la canciller alemana)!
Los comunistas han tenido largas y dolorosas experiencias con frentes unidos. Son inevitablemente defensivos y buscan retornar a la democracia burguesa y al estado de bienestar social. Como dice el volante #unteilbar, “No permitiremos que el estado del bienestar social se juegue contra el asilo y la migración. Resistiremos cuando los derechos y libertades fundamentales corran peligro de ser restringidos aún más”.
El problema es que la democracia y el estado de bienestar social ya han fallado a los trabajadores. La democracia produce gobiernos de polítiqueros respaldados por corporaciones y bancos. Imponen la austeridad y matan de hambre al estado de bienestar social y a los que dependen en él. No podemos retroceder, debemos avanzar, hacia el comunismo.
La lección histórica más costosa que hemos aprendido es esta: Tenemos que avanzar hacia el comunismo, no retroceder hacia la democracia burguesa. Es inspirador ver a un cuarto de millón de personas marchando contra el fascismo, pero aplastar el fascismo requiere el comunismo y el comunismo necesita comunistas, es decir, miembros del PCOI. Si solo una pequeña fracción de los que marcharon en Berlín se nos uniera, estaríamos mucho mas cerca de ganar el comunismo y acabar con el fascismo para siempre.