USA, 19 de Noviembre—Campamentos de tiendas de campaña están surgiendo en Chico, en el norte de California. Están alojando a refugiados del enorme incendio forestal que destruyó la ciudad Paraíso, dejando más de 70 muertos y 1.000 desaparecidos.
Esto campamentos han estado surgiendo más al sur en Oakland, California, por más de un año. Alojan a los refugiados de los estragos de los magnates de bienes raíces buscando sus pingues ganancias. Al igual que sus compatriotas en Chico, las familias en los campamentos no tienen defensa contra el aire saturado de humo tóxico derivado del fuego. Respirarlo, según expertos, equivale a fumar de 14 a 20 cigarrillos al día.
Los campamentos de tiendas de campaña están surgiendo en Tijuana, México, cerca de San Diego, California. Alojan refugiados huyendo de la violencia de la explotación imperialista en Centro América.
Las tiendas de campana en su mayoría albergan familias blancas en Chico, familias negras en Oakland y familias centroamericanas en Tijuana. Extendiéndose a lo largo y ancho de California, señalan las muchas caras de la crisis general del capitalismo.
Actualmente, en el mundo hay 400 desastres “naturales” al año que afectan a unas 200 millones de personas. Esto, según un informe de la ONU, es el doble de los casos reportados hace 20 años. Con la excepción de terremotos, la intensidad de los otros (inundaciones, incendios forestales, sequías severas, huracanes, etc.) es causada por el cambio climático. ¿Y qué es el cambio climático? Nada más que la necesidad descontrolada de adquirir ganancias, o el capitalismo en acción.
Sin embargo, a medida que la crisis general se profundiza, también se profundiza la respuesta de las masas. Los campamentos de tiendas de campaña surgen y llega la comida. No ha sido pedida, es donada. Aquí y allá llega el cocinero de un restaurante y comidas son preparadas. Ropa es donada. Un grupo de maestros establecen clases para ayudar a restaurar un sentido de normalidad entre los niños pequeños.
No hay mercado, ni intercambio, ni dinero. Las masas satisfacen las necesidades de las masas lo mejor que pueden. De la noche a la mañana, la base de una sociedad comunista de compartir hace a un lado el modelo inútil del libre mercado del capitalismo. De las masas a las masas es el eslogan operativo tácito. Satisfacer la necesidad de extraños, no explotarlos con fines lucrativos, es el principio fundamental.
Es una expresión espontánea del comunismo, no una política. No ataca al capitalismo. Como tal, tiene sus límites y es desigual. Las tiendas de campaña en Oakland, por ejemplo, reciben menos apoyo. Las de Tijuana están amenazadas por fuerzas fascistas. El racismo sigue siendo una importante arma del capitalismo. Si bien todo esto nos recuerda que se necesitará una revolución para lograr una sociedad comunista, la disposición de las masas a abandonar “el mercado”, las ganancias y la propiedad privada y organizarse directamente para satisfacer las necesidades de las personas nos dice mucho del poder de nuestros principios comunistas organizadores.