“Aquí una persona puede entender mejor el socialismo en su corazón de lo que puede en su casa en su cabeza después de leer toda una biblioteca”. Así es como un visitante obrero sueco describió el efecto de ver “El Misterio del Trabajo Liberado”.
El “trabajo liberado” fue un espectáculo masivo producido en Petrogrado (más tarde, Leningrado) en los primeros años de la revolución bolchevique rusa. La Revolución fue un verdadero festival de los oprimidos. Desató la alegría de las masas y dio lugar a nuevas formas de teatro que involucraron a las masas como participantes y no solo como espectadores.
La primera gran ocasión fue el aniversario de noviembre de 1918 de la revolución bolchevique. La celebración de Moscú contó con un gran desfile y discursos de Lenin, pero también con docenas de representaciones teatrales en veintiún teatros. Cada músico disponible fue empleado tocando en clubes, salones sindicales y teatros gratuitos. Por la noche, las efigies de los líderes capitalistas y enemigos de clase fueron quemadas durante cuarenta minutos. Esto fue seguido con fuegos artificiales e izada del nuevo emblema, la hoz y el martillo.
En términos de teatro, Petrogrado trató de superar a Moscú. La especialidad de Petrogrado fue el teatro de calle más tarde a veces llamado Teatro de Guerrilla). Grupos teatrales se movilizaron por toda la ciudad en plataformas arrastradas por camiones y tranvías. Las presentaciones incluyeron parodias, payasos y canciones, y duraron aproximadamente 15 minutos.
En marzo de 1920, un grupo del Ejército Rojo presentó “La Caída de la Autocracia”, el primer espectáculo masivo. Como Richard Stites escribió en Revolutionary Dreams (Sueños Revolucionarios), “los actores soldados representando a la autocracia y la Revolución recitaron líneas de la prensa, tuvieron reuniones estilizadas, cantaron y simularon combates”. “La Caída de la Autocracia” tuvo tanto éxito que fue presentada 250 veces en cuarteles, campamentos y plazas alrededor de Petrogrado.
Artistas experimentados y de formación clásica se involucraron con entusiasmo y las producciones se volvieron más ambiciosas. El 1 ° de Mayo de 1920 interpretaron “El Misterio del Trabajo Liberado”. (Foto de arriba)
Este espectáculo dramatizó la historia de la gente trabajadora intentando romper el portón de oro del “reino de la hermandad y la igualdad”. Espartaco, Stenka Razin (un rebelde cosaco contra el zarismo) y los sans-culottes de la revolución francesa atacan a los líderes, pero son aplastados Finalmente, una estrella roja se levanta en el oriente. Los bolcheviques irrumpen por el portón y dispersan a los explotadores. En la final, los barcos en el río iluminan la escena, los cañones en la fortaleza se disparan, cuatro bandas tocan la Internacional, y el público se fusiona con los artistas para unirse al canto. Había cuatro mil artistas y treinta y cinco mil espectadores.
Otros tres espectáculos fueron producidos solo en Petrogrado ese año. Sin embargo, La nueva forma de arte no duró. Después de la guerra civil, el ejército retiró su apoyo y los espectáculos terminaron. El arte soviético se revirtió al modelo capitalista en el que un puñado de estrellas élites (ya sea ballet o cine) actúan para una audiencia masiva pero pasiva.
Podemos aprender mucho de los experimentos con el teatro comunista durante la guerra civil. Una lección es que todos pueden desempeñar un papel en la producción de grandes obras de arte. Podemos estar seguros de que muchos de los cuatro mil actores del “Trabajo Liberado” eran relativamente poco calificados. Y que al mismo tiempo aprendieron mucho de producir la obra.
En el comunismo movilizaremos a las masas para arte comunista. De hecho, ¡podemos comenzar ahora! Podemos cantar canciones, rap, hacer carteles y pinturas, armar obras teatrales, bailar. ¡Qué gran manera de involucrar a las personas en la lucha por el comunismo!
Organizando Artes Creativas Para Crear Comunistas
Los espectáculos masivos de los bolcheviques involucraban a cientos de actores relativamente inexpertos – “aficionados” – pero de aficionados no tenían nada. Los aficionados compensaron su falta de experiencia con su compromiso y disciplina. Realizar una actuación con miles de actores es prácticamente una operación militar.
Los organizadores incluyeron un pequeño grupo de artistas experimentados que eran profesionales en la vieja sociedad. Uno de los principales líderes fue Platón Kerzhentsev, un veterano bolchevique y cofundador de la organización Proletkult (cultura proletaria). Kerzhentsev había pasado varios años en el exilio en occidente y aprovechó el tiempo para estudiar nuevas tendencias en el teatro.
Quedó impresionado por el espectáculo tradicional de Hampstead (Inglaterra), “San Jorge y el Dragón”, que se realiza todos los años. Era un trabajo conjunto de toda la comunidad e involucró a cientos de aldeanos. Hicieron todo, desde actuar, tocar música, pintar accesorios.
Kerzhentsev regresó a Rusia después de la revolución y ayudó a los talleres de teatro del Ejército Rojo a producir los espectáculos masivos. Tomaron el enfoque de Hampstead y lo ampliaron por un factor de diez.
Kerzhentsev elaboró una teoría de la producción artística de masas, y la describió en su libro “Teatro Creativo”.
Kerzhentsev insistió en que el teatro popular no era un teatro para la gente, sino un “teatro de la gente”, basado en el trabajo creativo de la clase trabajadora. Dijo que “la tarea del teatro proletario no es producir buenos actores profesionales que realicen con éxito las obras de un repertorio socialista, sino dar una salida al instinto artístico creativo de las amplias masas”.
Desafortunadamente, una vez que el socialismo (opuesto al comunismo) apretó su control, el teatro soviético se convirtió en lo que Kerzhentsev había advertido.
Primera página de esta edición