Hace tres semanas asistí a una reunión sindical a nivel estatal como delegada sindical. Nuestro contrato expira este otoño. Los funcionarios del sindicato dicen que este año ganaremos el mejor contrato de la historia, si le demostramos a la gerencia nuestra unidad y compromiso con nuestras metas específicas.
Fui a esta reunión porque es importante estar con las masas y para distribuir Bandera Roja (BR)
Distribuí aproximadamente 50 BR (había como 200 asistentes). Un camarada me había animado a tomar más copias, pero no quería sentirme obligada a seguir distribuyendo hasta que se me acabaran. Sin embargo, una vez que comencé, sentí no haber traído más.
Comenzar es siempre más difícil para mí que parar. Inicialmente tengo miedo al rechazo, pero cuando empiezo, esto desaparece.
Solo una persona hizo un comentario sarcástico. Todos los demás, educadamente, declinaron, dijeron que apoyaban la causa o tomaron entusiastamente el periódico.
Algunos dijeron cosas como: “¿Comunismo? Sí, déjame ver eso”.
“¿Eres comunista? Eso es genial, claro que leeré tu periódico”.
Un hombre dijo que era un socialista y quería hablar más tarde. Por error, no tuve tiempo de ir a hablar con él después de la reunión de todo el día. Debería haberle pedido su información para contactarlo.
No soy buena para hacer contactos. Tuve una larga conversación en la conferencia con mi compañera de cuarto y su compañero de trabajo. Este me pidió mi información de contacto diciendo: “Realmente admiro lo que estás haciendo y lo que representas. Te llamaré después de leer tu periódico.” Dije, ¡genial! Pero no obtuve a cambio su información de contacto. Han pasado tres semanas y no he tenido noticias suyas. Necesito cambiar esto.
No soy tímida, lejos de eso. Cuando los funcionarios sindicales hablaron sobre pedirles a los miembros que donen más para la organización política del sindicato, tomé el micrófono y anuncie que era muy difícil para mí solicitar contribuciones para ese propósito. Declaré que el capitalismo no fue diseñado para que funcione para la clase obrera y que no puede ser reformado. Organizando políticamente, haciendo campaña política o pidiendo contribuciones para ellas es una contradicción demasiada grande para mí.
Dije que preferiría dedicar mi tiempo a organizar para acabar con el capitalismo para que mis hijos o nietos puedan vivir algún día en un sistema diseñado para el bienestar de todos. Para que no trabajen por dinero, sino de acuerdo a su amor, compromiso y capacidad. Produciremos abundancia y no permitiremos que unos la acaparen o desperdicien, sino que todos compartiremos lo que produzcamos. Viviremos en verdadera unidad, como un solo puño.
Después, algunas personas me agradecieron por mis comentarios.
Entonces, ¿por qué no consigo contactos? Permitiré que mi colectivo lidie más conmigo sobre esto.
Camarada Nacida con Pañales Rojos