EL SALVADOR, Julio 2018.- Son las 4:00 pm en algún lugar de la periferia de San Salvador, miles de hombres y mujeres salen exhausto después de dejar su fuerza y vida en los talleres maquileros. Afuera, un grupo de comunistas reparten su propaganda, cientos la toman e incluso ayudan a distribuirla. Con estas pequeñas acciones se empieza a construir un mundo diferente.
Desde el aumento al salario mínimo los patrones han intensificado la explotación, controlando por hora la producción en las maquilas. Aprovechan también estas condiciones, con la complicidad de algunos sindicalistas, para hostigar y desesperar a los obreros y obreras comunistas organizados en el PCOI.
Ante esta situación, la célula industrial discutió y decidió la forma comunista de responder a los ataques patronales. Denunciar los abusos de parte de los patrones nos dio una gran oportunidad para masificar las ideas comunistas y llamar a organizarse en el PCOI.
El volante explica de forma breve y concreta que las humillaciones y aceleramiento son parte de la explotación que el capitalismo necesita para sobrevivir, alentamos a ser parte de la discusión de las ideas comunistas en las células del PCOI para fortalecer nuestro programa político.
“Ah, es Bandera Roja, la de aquellos (refiriéndose a nuestros camaradas que organizan dentro de la fábrica)”. Inmediatamente, los trabajadores reconocieron el periódico y relacionaron el volante con el trabajo político que realizan día a día los comunistas dentro de las maquilas. Se repartieron 500 volantes y 200 Bandera Roja.
“Están en algo, ningún sindicato se atreve a hacer lo que los de Bandera Roja denuncian”, aseguró un joven obrero a la mañana siguiente dentro de la fábrica. La forma audaz de responder a los ataques de los patrones genera confianza en nuestro partido y nuestras ideas, el compromiso con el PCOI es también el compromiso de hacer constante este tipo de acciones. Encontremos el obstáculo principal que nos impide hacerlo.
No habrá golpe sin respuesta, esto debe quedar claro en la mente del patrón, pero sobre todo en la del obrero y la obrera. Pero para poner fin al origen de la explotación tenemos que eliminar toda la base material del capitalismo. Eliminar la esclavitud asalariada, organizar la producción y la sociedad para satisfacer las necesidades esenciales para todos y todas.
No hay respuestas finales ni soluciones mágicas. Necesitamos que más personas se integren a nuestras células para discutir y fortalecer la línea que hemos desarrollado hasta ahora para luchar por una sociedad comunista. ¡Hay mucho trabajo por hacer!