LOS ANGELES, EEUU, 1 de enero – Hoy nos reunimos, dos miembros del Partido Comunista Obrero Internacional y una docena de amigos, para compartir nuestras esperanzas y planes para el nuevo año. También compartimos pupusas, tostadas, pan de maíz, verduras, y muchas otras comidas deliciosas.
“Tuvimos grandes discusiones sobre la política, la economía, el accionar político, y de donde provenimos (los apellidos y los orígenes)”, informó un invitado. “Si el resto del año continúa así, ¡será un gran año!”
El grupo incluyó negros, asiáticos, latinos y blancos, gente religiosa y ateos. Dos cosas se destacaron. En primer lugar, nosotros y otros que conocemos sentimos una mayor necesidad de “conectarnos”. En segundo lugar, todos tenemos amigos que por primera vez comienzan a activar políticamente. Esto es cierto en distintas generaciones.
Naturalmente hubo importantes desacuerdos. (La filosofía comunista, el materialismo dialéctico, nos dice que hay contradicciones en todo).
Algunos creen en luchar por la democracia real. Esperan que se den grandes cambios que cambien gradualmente la política electoral a nivel local. Algunos de nosotros, como comunistas, entendemos que la democracia y las elecciones encubren la dictadura clasista de los capitalistas sobre las masas.
Nosotros también trabajamos para pequeños cambios: cambios en la conciencia política. A través de conversaciones pacientes y la distribución masiva de Bandera Roja profundizamos y difundimos el entendimiento de lo que es el comunismo y por qué es posible. El materialismo dialéctico también nos enseña que pequeños cambios (cuantitativos) pueden dar lugar a saltos cualitativos. El comunismo no evolucionará pacíficamente de manera alguna del capitalismo o su democracia. Somos revolucionarios, no gradualistas.
Nuestro colectivo del Partido dio algunos pequeños pero importantes pasos hacia adelante en 2016. Un amigo ingresó al Partido. Comenzamos una distribución regular de Bandera Roja en un hospital grande. Comenzamos a trabajar más colectiva y consistentemente en escribir para nuestro periódico. Estamos recaudando más dinero para el trabajo internacional del Partido.
Movilizar a las masas para el comunismo es nuestra estrategia ahora y siempre. Pero tomará formas cualitativamente diferentes a medida que el Partido se fortalezca y se arraigue más en las fábricas y los cuarteles durante este período de crisis capitalista mundial.
La lucha de clases comunista comienza con acciones limitadas en los trabajos, barrios y escuelas. A medida que crezcamos, significará organizar huelgas políticas para el comunismo, rebeliones para el comunismo y, finalmente, la revolución para el comunismo. Entonces significará movilizar a las masas para crear la sociedad comunista bajo cualquier condición que encontremos.
No todos nuestros amigos estaban ansiosos o incluso dispuestos a participar en esta discusión del 1º de Enero. Uno insistió en cambiar la conversación.
Más tarde, un compañero le dio por primera vez una copia de Bandera Roja a un amigo. Un amigo mutuo dijo (sólo medio en broma): “Cuidado, ella va a tratar de convertirte.” Pero el amigo tomó el periódico. Preguntó por qué muchos activistas de Los Ángeles apoyaban a Cuba. Dijo que los cubanos que conocía eran fuertemente anticastristas. Explicamos que los cubanos pro-Castro no huyeron en 1959 a los Estados Unidos con su riqueza. Describimos los logros del gobierno de Castro en la salud y educación. Pero, explicamos, que Castro nunca fue realmente un comunista.
Hacia el final de la tarde acordamos organizar más eventos como este. Un amigo ofreció su casa para ello, diciendo que podía traer dos personas más.
La mayoría de nosotros también estuvo de acuerdo de que hay más oportunidades para iniciar conversaciones políticas con más de la gente que nos rodea. Eso incluye a algunos que probablemente no están de acuerdo. Un amigo más tarde expresó su preocupación de que el “inevitable crecimiento de la organización de la izquierda” será enfrentado con dura represión. Nuestro Partido confía en que los obreros industriales y soldados, inspirados por una visión de la sociedad comunista, pueden liderar a las masas a enfrentarse exitosamente al fascismo con la revolución comunista.
Eventos como éste ayudan a construir nuestra confianza de que podemos discutir y luchar contra nuestros desacuerdos, incluso los grandes, y seguir siendo amigos. Sí, queremos “convertir” más gente al comunismo. Pero eso no significa “lavarles el cerebro”. Significa escucharlos. Significa tratar de entender sus contradicciones internas. (El materialismo dialéctico muestra que las contradicciones internas son primarias en el desarrollo.) Significa intentar mostrarles (no “decirles”) que el comunismo es la única manera de realizar sus aspiraciones más profundas para ellos y para el mundo.
Si el resto del año continúa así, será un gran año.