La Democracia es la Forma Política de Producción de Mercancías

Las Masas Necesitan la Revolución Comunista, No Elecciones Democráticas — Parte I

En este momento de la historia, el capitalismo mundial necesita fascismo y guerra. Los gobernantes liberales promueven elecciones para intentar arrinconar a la clase trabajadora en pasividad y desviar a los trabajadores de la revolución comunista. Este es un grave error y peligro para la clase trabajadora. Por esta razón, Bandera Roja está comenzando una serie de artículos que consideran la democracia como una forma de dictadura de clase del opresor. Invitamos comentarios, sugerencias y contribuciones

CALIFORNIA, EE. UU. – “La democracia es un fraude”, dijo un docente que recientemente se unió a un circulo de estudio dirigido por el PCOI. “Es como el gobierno estudiantil en una escuela secundaria. Los estudiantes pueden elegir qué color de globos tendrán en la fiesta de graduación. Pero los políticos pagados y comprados por las grandes empresas eligen qué habilidades e ideas se les enseñarán”.

No vale la pena defender la democracia. Incluso cuando los gobiernos viran a la derecha, no vale la pena defenderla. Incluso cuando ese cambio conlleva a una violencia desenfrenada. Incluso aun cuando aumentan los ataques racistas y sexistas contra grupos minoritarios, inmigrantes y otros, y la atención medica y las prestaciones sociales son recortadas drásticamente – no vale la pena defender la democracia.

La perspectiva del desarrollo del fascismo desata una ola de ira entre las masas. Las masas están despertando políticamente. La oportunidad revolucionaria yace junto al peligro reformista. Las fuerzas liberales, que ayer fueron desenmascaradas como ineptas, hoy intentan canalizar la energía y la ira de las masas hacia las elecciones. La respuesta a un Trump en los EE. UU. O Modi en India no es un representante más democrático, sino una revolución comunista.

En la sociedad pre-clases, los alimentos y otros elementos esenciales de la vida se compartían según las necesidades. Hemos aprendido cómo eso funcionó estudiando las sociedades modernas de cazadores-recolectores como la de los ¡Kung San en el Desierto Kalahari de África. Las decisiones fueron tomadas e implementadas por todos los adultos en un concilio al llegar aun consenso. Los comunistas vemos esto como un buen comienzo para entender cómo funcionará el comunismo por el cual luchamos.

La democracia pretende dar a todos los ciudadanos, ricos o pobres, igual voz en las decisiones importantes sobre lo que sucede en la sociedad. Su historia muestra lo contrario! La democracia enmascara la realidad de la sociedad de clases, en la cual la mayoría somos esclavos asalariados explotados por los dueños de los medios de producción. Se interpone en el camino de una sociedad inclusiva, estabiliza el régimen de clases y el gobierno de la élite sobre las masas.

Si queremos construir un mundo sin clases, libre de opresión y explotación, necesitamos confiar el uno en el otro. Necesitamos una sociedad organizada para promover discusiones abiertas y honestas, donde las personas dicen directamente lo que quieren decir. Necesitamos una sociedad donde las personas trabajen solo para satisfacer las necesidades de los demás.

La propiedad privada en manos de unos pocos se institucionalizó en la sociedad de clases. Los reyes y los señores usaban la religión y la violencia del estado para aferrarse a lo que les robaron a las masas, principalmente sus productos agrícolas. La sociedad antigua (y los retrocesos como la sociedad feudal) veían la riqueza basada en la tierra. Ya que en cualquier zona política dada hay límites para la tierra que vale la pena adueñarse, esto llevó a un grupo pequeño pero estable de propietarios que ejecutaban las demandas del estado.

La democracia surge de una sociedad que produce cosas para obtener ganancias privadas. Es la forma política de la producción mercantil. El surgimiento de un nuevo tipo de riqueza – la riqueza mercantil del comercio y la producción – comenzó a rivalizar y superar a la de la aristocracia terrateniente. La presión creció para una clase dominante más expandida y un tipo de gobierno más dinámico. Lo llamaron democracia, ¡pero fue realmente la dictadura de los ricos!

Tal sociedad carece de cohesión social por su propia naturaleza. No es de extrañar entonces que el acto más inclusivo que la democracia moderna ofrece a las masas sea el voto secreto. No importa lo que digamos en público, solo importa lo que votamos en privado. La principal institución masiva (la urna) de la democracia impone el secreto sobre la apertura. Promueve la fragmentación sobre la cohesión social. ¡Hace de la falsedad una heroína!

Organizar a la sociedad para solo producir para satisfacer las necesidades sociales requerirá una forma política diferente, una más directa. Esta es la forma política comunista que desarrollaremos mientras organizamos una nueva y revolucionaria forma de vida. Crecerá de nuestra actividad colectiva y cooperativa cotidiana de producir cosas para otros seres humanos. Luchando por satisfacer las necesidades de seres humanos vivientes – no el acaparamiento de dinero en efectivo sin vida – será el pegamento que nos unirá a todos. La idea de la colectividad comunista es una visión política convincente. Es una que podemos comenzar a construir ahora a medida que desarrollamos relaciones sociales comunistas.

El próximo artículo de esta serie analizará la democracia y la esclavitud en la antigua Grecia y en el siglo XVII Inglaterra.

Primera página de esta edición

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