Los siguientes comentarios son parte de un discurso dado por un joven obrero industrial en la carne asada para iniciar el Proyecto de Verano del PCOI en Los Ángeles:
A partir de kindergarten, las escuelas nos entrenan para que seamos obreros industriales. ¡No faltes ningún día! ¡Llega a tiempo! ¡Haz lo que te digo! ¡No hagas preguntas! ¡No aprendas demasiado!
Casi todos los trabajos en el capitalismo son así, incluso aquellos que requieren un titulo universitario. Nos entrenan para ser esclavos asalariados, motivados para trabajar sólo por dinero. Todo en el capitalismo gira en torno al dinero. Y los esclavos asalariados recibimos apenas lo suficiente para sobrevivir.
Necesitamos el comunismo para eliminar el dinero. La motivación para trabajar será nuestra dedicación a cada uno de nosotros y nuestro deseo de hacer uso de nuestras capacidades. En lugar de comprar y vender o incluso trocar, compartiremos lo que produzcamos para satisfacer las necesidades de todos.
En el capitalismo casi todos somos esclavos asalariados, pero existen diferencias. He trabajado en muchos empleos, como entregando pizzas, guardia de seguridad, y en un centro comercial. Realmente no se puede organizar mucho en empleos como estos. Nos contraponen los unos contra otros. Competimos por horas o por el respeto del jefe (para que ella o él te den más horas). Más horas significa más dinero para pagar las cuentas.
También he tenido empleos industriales. Ahora trabajo en un lugar donde se repara aparatos relacionados con el sector aeroespacial. Somos todos iguales, no estamos en competencia los unos contra los otros. Todos nos levantamos temprano para llegar a tiempo. Todos almorzamos juntos. Todos nos vamos a casa al mismo tiempo y nos vamos a dormir temprano para poder levantarnos a tiempo el día siguiente.
Todos dependemos de todos. Estos son las clases de relaciones sociales que necesitamos para el comunismo. Al trabajar en la industria aprendes habilidades válidas que serán útiles para la construcción del comunismo. No es como ser un guardia de seguridad o trabajar en una caja registradora.
También muestra  más claramente cómo somos explotados. Me pagan $ 13/hora, ¡pero la empresa les cobra a los clientes $75/hora por mi trabajo! Más horas significa más explotación.
Pero los obreros industriales no elaborarán un plan para el comunismo sólo por ser explotados. Tenemos que llevarles la idea de movilizar a las masas para el comunismo.
Los obreros en el Partido tienen una gran oportunidad, a largo plazo, de hacer esto adentro. Podemos construir relaciones adentro y fuera del trabajo. Podemos tener muchas conversaciones. Pero el Partido también tiene una gran oportunidad de masificar las ideas comunistas, desde afuera, de maneras que nosotros no podemos hacer sin ser despedidos de inmediato.
Durante el primer Proyecto de Verano del PCOI en Los Ángeles, yo fui uno de los estudiantes que ayudó a distribuir Bandera Roja afuera de las fábricas de costura y Bases de autobuses de MTA. Ahora hay por lo menos seiscientos obreros del transporte que han estado leyendo Bandera Roja durante cinco años. Incluso más obreros de la costura leen el periódico. Algunos de estos obreros industriales han ingresado al Partido. Otros ayudan a distribuir el periódico.
Así que les estoy pidiendo a todos los presentes a que participen este año en los Proyectos de Verano del PCOI en Los Ángeles y Seattle. Y espero que más líderes jóvenes pensarán seriamente en entrar a la industria, tal vez antes o después de hacer el trabajo militar.

Yo viajaba en el transporte público el otro día. Iba a la ciudad para conseguir mi pasaporte. Cuando yo estaba sentado allí, con la última edición de Bandera Roja en mi mano, un estudiante universitario sentado a mi lado se fijó que yo llevaba el periódico. Pero él nunca lo había visto antes, así que me preguntó qué tipo de periódico era.
Le expliqué que no era un periódico nuevo, sino una herramienta revolucionaria contra el capitalismo. Le expliqué que éste era el arma más importante en nuestro arsenal para destruir el capitalismo. El quería saber más sobre el comunismo porque le dije que el Partido Comunista de Sur África no era un partido comunista, sino un partido socialista porque los comunistas no pueden dormir en la misma cama con los capitalistas.
Pero estábamos en un taxi, así que decidimos intercambiar números telefónicos y yo le dí el ejemplar de Bandera Roja. Me dijo que lo llamara para que nos pudiéramos ver otra vez porque él vive cerca de mi casa.
Tuvimos una reunión el domingo, pero desafortunadamente algunos de mis camaradas no pudieron asistir. Sin embargo, llegó este nuevo compañero que conocí durante la semana, al igual que otros dos camaradas. Decidimos, por lo tanto, que ya todos ellos no estaban familiarizados con la filosofía de la dialéctica, hablaríamos de la dialéctica. Me sorprendió lo rápido que ellos entendieron el concepto.
Un camarada quería saber cómo íbamos a destruir el capitalismo. La respuesta no vino de mí, sino de otro compañero, quien le dijo que para que nosotros destruyéramos el capitalismo tenemos que movilizar a las masas para el comunismo; esa es la única manera que podemos ponerle fin a la enfermedad que llamamos capitalismo. También hablamos del nacionalismo, así que decidimos que cuando nos reuniéramos otra vez vamos a hablar de dos cosas: nacionalismo e idealismo.

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