Los Ángeles, CA—“¿Y cómo piensan hacer la revolución?”, fue una de las preguntas que hizo un obrero, que recientemente empezó a leer la literatura comunista del PCOI. El y dos de sus compañeros de trabajo recibieron recientemente Bandera Roja y el folleto Luchemos por el Día en que Ningún Trabajador sea Llamado Extranjero.
Explicamos que movilizar a las masas para el comunismo, es la base de hacer una revolución. Que necesitamos que miles y luego millones de obreros y obreras, que la gente en el ejército y las masas en general tomen estas ideas comunistas y las conviertan en una fuerza revolucionaria.
Dijimos que aunque relativamente pequeño, nuestro Partido tiene miembros y trabajo político en otros países como México, El Salvador, España, Sudáfrica, La India y otros. “Es impresionante”, dijo él, con una sonrisa de asombro.
Él nos habló sobre sus experiencias en el trabajo y como ha visto y sentido la explotación. Él dijo que trabajan con químicos que a la larga afectarán su salud y la de sus compañeros. También dice que la compañía recibe 3 veces más que los que les pagan a los trabajadores. Comentó que hace un tiempo les daban un bono mensual, pero si alguien tenía un accidente se los quitaban, y esto creaba conflicto entre los mismos trabajadores. “Es una manera de dividir a los trabadores”, dijo él.
Durante la reunión salió a relucir Venezuela y Cuba, y explicamos que estos no son países comunistas, sino capitalistas. Hablamos un poco sobre la revolución de Rusia y China. Pero que estas revoluciones dejaron intacto las bases del capitalismo y que ahora son abiertamente imperialistas. Mencionamos que en el comunismo no habrá dinero, ni explotación, que produciremos para satisfacer las necesidades de nuestra propia clase y que esa es la base del comunismo.
Fue una plática muy amigable, él trajo una botella de vino, pero no la abrimos porque andaba manejando y con él uno de sus hijos pequeños.
De antemano habíamos acordado que la reunión era para invitarlo a la Cena Pro-Primero de Mayo y como él puede ayudarnos a invitar a más trabajadores al evento. Estuvo de acuerdo en llevar la hoja de invitación a los otros dos compañeros para que inviten a sus familias.
También le pedimos participar en nuestras reuniones de célula y ahí poder discutir muchas de sus dudas y preguntas, y que invitaríamos a los otros dos compañeros también. Él estuvo de acuerdo y dijo trataría de participar en esas reuniones.
Esto es un nuevo avance con un grupo de obreros industriales, ligados a la célula de los trabajadores de la costura.
Camarada en Los Ángeles, USA.