- Las muertes masivas del ciclón Idai exponen el racismo, el imperialismo, la opresión de clase
- El capitalismo causante del cambio climático debe ser destruido
- La urgencia expresada en Youth Climate Strike debe traducirse en una movilización masiva para el comunismo.
Respeten la Existencia o Esperen Resistencia
El 14 y 15 de marzo, el ciclón Idai recorrió Mozambique, Malawi y Zimbabwe en el este de África, matando a cientos de nuestras familias de clase trabajadora. Eliminó el 90% de la infraestructura de la ciudad de Beira, en Mozambique. Desplazó hasta un millón de personas.
El mismo día en que Idai tocó tierra, la Cumbre One Planet, convocada por el presidente francés Micron, comenzó en Nairobi, Kenia. Comenzando con la “Semana del clima de África”, los gobernantes de los países africanos se reunieron en cómodas habitaciones con aire acondicionado. Hablaron de plantar más árboles. Esto encubre deliberadamente la creciente inversión imperialista en la extracción de carbón y petróleo y en las centrales eléctricas de carbón en el continente.
También al mismo tiempo, cientos de miles de estudiantes de escuelas primarias a universidades en 123 países realizaron una huelga de ausentismo. Exigieron medidas urgentes sobre el cambio climático.
Las tormentas como el ciclón Idai, el huracán María en Puerto Rico en 2017 y el huracán Katrina en los EE. UU. En 2005 ponen de manifiesto la naturaleza del racismo, el imperialismo y la opresión de clase. Las personas más pobres y oprimidas son las que mueren en estos eventos. Son asesinados por un sistema capitalista que convierte un fenómeno natural en un desastre humano.
Pero tormentas como éstas exponen el problema más grande del cambio climático causado por el capitalismo.
La gente común no es la causa raíz del cambio climático. Campañas como Good Deed Green del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, que alienta a las personas a realizar una buena acción verde por día, encubren el verdadero problema. Solo 100 empresas producen el 71% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.
Mozambique es un excelente ejemplo de las desigualdades del calentamiento global. Las Naciones Unidas clasifican a este país 180 de 189 países en una medida de educación, prosperidad económica y esperanza de vida. Aporta un miserable 0.14% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Al menos la mitad de la población de Mozambique vive en la pobreza. La división entre ricos y pobres se está volviendo cada vez más extrema. El legado del colonialismo y la guerra civil ha hecho a las masas vulnerables al clima extremo y al aumento de los niveles del océano.
El informe de la ONU sobre el cambio climático de agosto de 2018 advirtió que es necesario tomar medidas drásticas para revertir el cambio climático en la próxima década. Esto subraya la urgencia de movilizar a las masas para el comunismo ahora, como explicamos en Bandera Roja Vol. 9 # 14.
Esto es lo que ha galvanizado a los jóvenes de todo el mundo. Ellos saben que esto es un desastre sin precedentes. Están exigiendo que los gobernantes actúen.
Eso es como exigir que los mosquitos dejen de chupar la sangre de sus anfitriones. El beneficio es la sangre vital del capitalismo. Y la competencia capitalista requiere el máximo beneficio: ¡se condene la supervivencia de las masas en este planeta! No podemos esperar que los políticos que siempre han estado en los bolsillos de los capitalistas luchen repentinamente por el bienestar de las masas explotadas.
Lo que los jóvenes de todo el mundo, y todos nosotros, debemos hacer es deshacernos de los chupadores de sangre capitalistas y su sistema. El capitalismo no puede ser reformado, debe ser reemplazado. Necesitamos el comunismo, donde lucharemos por energía e infraestructura renovables y seguras, porque el motivo será la vida de los trabajadores en lugar del lucro.
La urgencia que sienten los jóvenes sobre la supervivencia del planeta debe traducirse en acciones urgentes para movilizar a las masas para la revolución comunista.